Escultor Gustavo Vélez: “La pandemia nos enseñó a convivir con el arte”

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En esta entrevista el artista Gustavo Vélez nos habla de las transformaciones humanas y sociales que se han vivido con el Covid 19 y la manera en que el campo artístico ha sido fundamental para darle vida y sentido a los espacios.

Este contenido hace parte de nuestra sexta edición de 360 Revista. Cada año, nuestro medio de comunicación realiza una publicación impresa con la compilación de los hechos más relevantes del año que culmina y con proyecciones de expertos para el que nos espera.


Gustavo Vélez en Revista 360:


360 Revista: 

Quisiéremos empezar con una pregunta si se quiere filosófica, pero es más de vida y realmente es:

Luego de una pandemia que ha detenido al mundo, de la que poco a poco hemos salido y el arte ha ayudado a miles de personas en el mundo a sobrellevar los temas difíciles; De manera personal usted como escultor y un artista icónico en este sector del mundo, ¿Qué le dejó esta pandemia? y más allá de la pandemia, ¿Cómo cree que le ha aportado a la vida de las personas que tienen sensibilidad con el arte en este tiempo?

Maestro Gustavo Vélez (G.V.:)

 Creo que la pandemia nos enseñó a todos de diferentes maneras, pero especialmente en el arte ha ocurrido un fenómeno especial, como también en otro tipo de carreras y profesiones han pasado muchas cosas. En el arte ha sido algo muy particular porque, aquellas personas -no era que no tuvieran la sensibilidad-, pero el arte los sensibilizó, los detuvo en el tiempo y los hizo cuestionar esa misma palabra -ARTE- y los metió más en ella. 

De alguna manera el arte busca es trasmitir eso: paz, tranquilidad, armonía en la vida y esa armonía nos llamó la atención por la naturaleza de este fenómeno que aún estamos viviendo, en que los espacios y los momentos -entre familia y amigos- se pueden vivir con el arte. Para muchos artistas, colegas y amigos también fue un tiempo de mucha reflexión, de madurar, de que la obra trascendiera a otros espacios. Al mundo entero le pasó ese gran fenómeno de que el arte convive todo el tiempo con nosotros. 

Con mi obra, en especial, han pasado muchas cosas que creo son positivas. El espacio que hubo de frenarnos y estar encerrados, más concentrados, sin movernos, me dio más tiempo para estudiar, reflexionar sobre mi obra y, de alguna manera, hay una madurez que se adquiere cuando tiene esos espacios de tranquilidad y de paz. 

Afortunadamente estuve acá en Colombia, me escapé de Italia justo en el momento más difícil y, aquí, en medio de la naturaleza, también pasaron muchas cosas, porque uno no se detiene ni siquiera a ver esos espacios naturales que ayudan tanto en la vida.

Creo que a la humanidad en el aspecto de inversión también nos tocó mucho. ¡Las personas se detuvieron en las casas a leer, a mirar las obras de arte que tenían y pudieron notar que tienen espacios importantes donde pueden convivir con el arte!

3. Gustavo Velez. escultor. Entrevista. VIDA 4 edited scaled
Ruptura Geométrica
2021, White Statuario Marble
174 x 56 x 63 cm
Crédito: Paola Tazzini

360 Revista : 

Maestro, a eso va nuestra siguiente pregunta: ¿Qué tanto ha cambiado el mundo entre galerías y exposiciones?, ¿y qué tanto cree usted que va a cambiar ese espacio de muchas personas (su hogar, su oficina) y que de pronto no habían tenido una cercanía con el arte, pero que quizá, a través de la música, la lectura y de las conversaciones se dieron cuenta de que no solo es importante, sino que a veces supera el valor de la inversión tener una obra porque muchas veces es invaluable?

G.V.:

Precisamente ese valor que cambia tanto fue el que por la pandemia cuestionó a muchos y, para mí, el gran valor es que se hayan dado cuenta que convivir con las obras de arte, interactuar con ellas, así como con la música y la lectura, nos ha enseñado que esos espacios son dignos de la vida, son los que hay que disfrutar y ahí es donde está la mayor ganancia, -aparte de la monetaria, que también ha funcionado bastante y ha habido buen movimiento-.

Las galerías de arte, a pesar de que hubo un cierre propio de las mismas, el mundo online se ha potencializado de una manera increíble; creo que es para donde vamos. Tener las obras físicamente es importante, pero de alguna manera ese mundo online ha servido mucho y ha sido un experimento que nos permite conocer cosas nuevas. 

velez
Expansión Geométrica
2021, Stainless Steel
185 x 70 x 79 cm
Crédito: Jaime Londoño

360 Revista: 

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Maestro, esta pregunta seguramente se la han hecho y para muchos no es una preocupación sino una inquietud: de Colombia a Italia se podría hablar de un abismo entre el arte, el conocimiento, la aproximación de las personas a este mundo, ¿cree usted que Antioquia y Colombia van en los pasos indicados, o por lo menos, en el camino correcto, para estar en un buen nivel de interacción con el arte?, ¿es todavía tan grande esa diferencia entre Italia y Colombia? 

G.V.:

Yo creería que, por el contrario, cada vez es más cercano, no solamente Italia, sino para el mundo entero cada vez es más fácil acceder a muchos mundos que, en cierto momento, eran muy ajenos para todos; por otro lado, creo que Colombia se ha acercado de una manera muy interesante y es trayendo recursos de afuera, para que los trabajos artísticos se fortalezcan y hacer acá mismo un buen desarrollo del arte en la escultura y la pintura, entre otros. 

Para Italia creo que ahora es más fácil este mundo, pero esto está en cada uno de nosotros, de hablar de esa propuesta, querer llegar allá, pero del cómo llegar solo depende de las ganas y de la sensibilidad que tenga cada persona. 

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360 Revista: 

Maestro, ¿recientemente en qué exposiciones ha trabajado?, ¿en cuáles estará?, además de esos traslados que usted ha hecho en los que siempre representa a Colombia, en el caso de sus grandes obras que requieren un trabajo, si se quiere llamar: “descomunal”, por la magnitud de estas, ¿cómo ha avanzado en esto? 

G.V.:

Si, esa logística no es fácil. Piezas que son muy pesadas. El mármol es, creería, de las piedras más densas, compactas y, por eso, tiene un peso importante. Trasladarlas no es fácil, pero eso es parte de los retos que mantengo.

Ahora estoy con proyectos de obras monumentales en varias partes del mundo; el año pasado, durante la pandemia, tuve una gran muestra en un museo en Francia, donde se movieron -dentro de Europa- piezas de más de cuatro toneladas, porque fue en un espacio público. Estuvo durante el año pasado en la exposición. 

Este año, una de las muestras que tuve fue en Italia y también con obras monumentales en espacio público, con la galería Blon de Forti de Marmi. Ahora, con la misma galería en Dubái estamos con otra exposición y estaremos en la feria de Arte en Roma, también siempre con estos pesos, estas obras y la logística siempre será difícil, pero para mí es un reto, hace parte del cuento, hace parte de lo que disfruto. 

Más que sufrir con los traslados de las obras, esto se convierte en un reto agradable. El año pasado, por ejemplo, instalamos una obra de 13.5 toneladas en China. Tener que ir hasta allá, instalarla, el tema de cómo amarrarlas, ponerlas en un mismo pin y que giren es un gran reto, pero ahí voy. 

Para el año entrante tengo una muestra importante -digo importante porque es una intervención en espacio público-, en República Dominicana, específicamente en la ciudad de Santo Domingo, en los sitios icónicos, algunos de ellos son patrimonio de la Unesco y van a ser intervenidos por obras monumentales de mármol y acero. Una exposición que va a durar seis meses. 

De manera alterna vamos a estar en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo y en algunos otros sitios importantes, ejemplo: Cap Cana, que son muy importantes.

3. Gustavo Velez. escultor. Entrevista. VIDA 5 1
Entre Cubos II
2019, Bronze
53.5 x 40.5 x 51 cm
Crédito: Paola Tazzini

360 Revista: 

Maestro Vélez, usted habla de algo fundamental, no solo para el desarrollo de las ciudades, sino para la creación de entornos culturales, y es la intervención en espacios públicosA nivel personal ¿qué espera usted con cada intervención en espacios públicos?, ¿qué espera de las personas que lo vean?, desde alguien que no entiende absolutamente nada de lo que ve, hasta quien se interese por el arte o incluso alguien que contemple la obra por unos instantes. 

G.V.:

Es algo muy bonito, porque la idea es intervenir un espacio donde cotidianamente nos acostumbramos o se nos vuelve paisaje, ver un parque donde vemos las zonas verdes y lo transitamos, pero que de un momento a otro esté esa intervención con una escultura mía, para mí eso es lo más bonito, porque se transforma, se cambia esa cotidianidad donde pasan cantidades de personas día a día y luego se sorprenden al ver una obra que, entiendan o no el significado, es una intervención al espacio, es algo diferente que puede llamar la atención. 

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Siempre trato de que en la obra monumental mía, en el espacio, se cree una armonía, que no lo agreda; creo que en ese aspecto el transeúnte normal, conozca o no conozca, pueda llegarle ese mensaje de que el arte puede estar en cualquier parte y que puede armonizar dentro del paisaje, de lo cotidiano.

360 Revista: 

Con base en la armonía y a esa convivencia para estas personas, que quizá no tengan esos conocimientos profundos y dicen: «mármol, acero o bronce», maestro, ¿cuál es su material preferido? y ¿qué contiene cada uno de estos elementos?

G.V: Cada uno tiene su encanto. 

El bronce es un material muy noble, que se ha trabajado en la historia, que tiene muchos pasos, un material que en el mundo de la fundición es -digámoslo así- algo admirable, porque a pesar de ser tan antigua esta técnica todo el mundo no funde un bronce y, para eso, hay otros grandes artistas que son los artesanos, los fundidores, con quienes comparto en cada obra. Detrás de cada material, en el caso del bronce, hay un número de personas que son el apoyo del artista, para lograr tener una pieza en este material.

El bronce en particular, aparte de la técnica, -porque la fundición es un proceso-, de moldes y lo que conlleva, hay algo muy bonito y es el color, el mundo de las pátinas que así se le llaman en el bronce. Las pátinas son lo que el artista elige y es que cada pieza tenga como fondo un verde, un rojo, un caobo, porque lo determina con base en la obra, que armonice dentro del diseño que tiene cada pieza. 

En el acero hay algo también muy bonito y es que las obras mías son construidas a martillo, hechas a mano, con soldadura y con procesos de acabado hasta llevarlas al espejo, que es de cierta manera casi que una intervención donde se registra lo que hay en el entorno, porque al llegar a esos espejos se refleja todo lo que hay en los alrededores. Cada pieza hace parte de lo que está al lado de ella, de lo que se refleja en el espacio. 

Y por último, el mármol, con el cual históricamente se hacían las tallas en la piedra, para mí son lo máximo que existe en la escultura, por lo antiguo y la técnicas que aún se trabajan, o al menos que yo aprendí hace ya casi 30 años de estar viviendo en Pietrasanta. Allí hay una conversación de tú a tú entre el artista y la piedra y es irle sacando, como decía Miguel Ángel, lo que sobra a cada bloque. 

Creo que cada persona que ve una pieza tallada puede ser histórica, del renacimiento o actual. Una obra mía es mostrarles la misma historia: que había un bloque virgen salido de la montaña, extraído de las cavas de Carrara en Italia hasta volverlas llenas de movimientos, de líneas que armonizan el espacio y que se llenan de otra vida. 

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Foto: Cortesía

Revista 360: 

¿Qué le pasa por la cabeza cuando le da forma a esas figuras, a esos cubos, cómo es esa imagen? 

G.V.: Los cubos son piezas de la última serie de los años recientes, que precisamente han estado en las últimas exposiciones y es un estudio real de la geometría, la intervención de la geometría, más que todo en el mármol.

Es a partir de esa línea fría que es la geometría precisa y volverla armónica, por medio de una intervención donde las líneas o las superficies convexas, cóncavas comienzan a hablar por sí solas y hay una dinámica dentro de ellas; muchas se sostienen simplemente en un perno donde giran y está el equilibrio, está esa parte donde, en el caso mío, intuitivamente trato de que ellas hablen por si solas, que demuestren que dentro de la geometría hay un mundo. 

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