Por: Redacción 360 Radio
No solo la pólvora genera quemaduras durante la época de fin de año, también una extensa exposición al sol o un accidente con fluidos calientes son comunes por estos días.
Lo primero que se debe tener en cuenta es el grado de la quemadura. Se puede decir que una quemadura de primer grado se presenta con enrojecimiento con hinchazón o dolor al tacto. Este tipo de lesión no requiere especialista, pero sí cuidados.
Una quemadura de segundo grado se identifica con manchas y ampollas, además de un dolor más intenso. Estas son causadas comúnmente por agua hirviendo, artículos muy calientes o exposición exagerada al sol.
En este caso es necesario lavar la herida con agua al clima y aplicar cremas especializadas que ayudarán a aliviar el dolor y a controlar las bacterias que se puedan generar. De ser necesario habría que aplicar vendaje, con crema, y cambiarlo diariamente. Sin embargo, si la extensión de la herida es muy grande a lo ancho, deberás visitar el doctor.
Las quemaduras de tercer grado son las más graves y requieren obligatoriamente atención médica inmediata, pues atraviesan tres capaz de piel, lo que podría comprometer músculos y huesos.
Estas pueden tener un aspecto negro o blanco, y presentar humedad, debido al rompimiento de las células y la filtración de proteínas.
Para tratar las menos leves es necesario dejar la zona expuesta a un chorro de agua por unos 10 0 15 minutos, según se calme el dolor. De no haber abundante agua disponible, se recomienda aplicar compresas frías con hielo en su interior, haciendo pausas de 30 minutos.
Cuando se aplica un vendaje, es necesario que vaya encima de una capa de aloe vera en crema, que evitará que el vendaje se pegue y se aún más dolorosa y difícil la recuperación. Claramente, un ungüento medicado específicamente para estas lesiones es la mejor opción.
La cruz roja advierte que aplicar mantequilla, clara de huevo y té es perjudicial porque pueden contener bacterias que agravan la herida y generan una infección. También, debemos procurar no drenar las ampollas generadas, y en caso tal de hacerlo, aplicar antibióticos y vigilar la herida.