EDITORIAL
Nuestro editorial para hoy 6 de septiembre busca analizar lo que tiene que ser el ejemplo de un funcionario público para todo el país. Se equivocan quienes creen que no hay una conexión entre lo que faculta estar al servicio de un gobierno independientemente si es regional, nacional e indistintamente de la alcurnia que tenga el cargo y la humanidad.
Una humanidad que estaba siendo muy mencionada por un nefasto congresista de la República que desde hace mucho tiempo se le ha conocido por su prontuario con el licor, con las mujeres, con la forma de amedrentar a la prensa, con sus maneras de dirigirse a los contradictores y desde luego por otra serie de acciones non sanctas.
Se equivoca el senador del Pacto Histórico Álex Flórez al querer separar esa humanidad de la que tanto se aferraba el ejemplo, la decencia, de lo que como senador de la República él tiene que proyectar. Lo está viendo el país, los niños, los jóvenes, todos; como en alguna ocasión quizá burlesca se les ha conocido a los congresistas: es un padre de la patria, y, pues, como padre debería dar ejemplo.
No quisiéramos avalar que los medios de comunicación, la opinión pública o la justicia se meta en la vida privada de las personas, ahí podemos estar de acuerdo; en lo que no podemos estar de acuerdo es en desconocer la línea inseparable entre los derechos de las demás personas que empiezan cuando terminan los del primer sujeto mencionado, acá se está hablando de prostitución, de agresión a la autoridad -Policía Nacional-, agresión a empleados de un hotel y como si fuera poco, posterior a eso, agresión a la prensa, entonces deja de ser tan privada la vida del senador como su ejemplo, que no es para nada el mejor, él no puede pretender separarse de lo acontecido.
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El senador Flórez debe tener un poco de dignidad y reconocer que ha sido sistemáticamente mentiroso, no es la primera vez que al senador se le ve en estas condiciones. Es una persona que no da garantías para el debate democrático ni para el ejercicio de los medios de comunicación.
Tuvo la desfachatez de insultar a los policías, calumniarlos, acusarlos de crímenes para luego tener que ir a retractarse a las 72 horas para que no lo sigan procesando en medio de una denuncia, solo denota una cobardía mayúscula que ya muchos le conocíamos desde sus inicios en la ciudad de Medellín.
Es muy importante que quienes pretendan estar del lado del senador Flórez defendiendo su «humanidad» y atacando a quien se atreva a cuestionarlo y a revisar sus comportamientos que son de carácter público así él no lo quiera, se están ubicando del lado incorrecto de la historia y pueden terminar hundiéndose con el senador Flórez.
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