Hace más de siete años he puesto a consideración dichos proyectos, y tengo claro que no son nuevos para la ciudad pues es una necesidad tan evidente que cientos de personas lo han propuesto. Lo importante es hacerlo realidad.
Por: Andrés Felipe Gaviria
A medida que este año se ha venido reactivando poco a poco, en donde pareciera muy difícil que se avecinen nuevos cierres, confinamientos o toques de queda, Medellín ha recuperado cada uno de los espacios de la época de prepandemia pero también se abre el comercio y finalmente cuando las empresas vuelven a llamar a sus trabajadores para que vuelvan a las oficinas, teniendo en cuenta que el proceso de vacunación está avanzando eficientemente, que el fenómeno epidemiológico está siendo más favorable para Colombia, así mismo han vuelto a la ciudad las congestiones viales.
Ciertamente dichas congestiones están siendo más fuertes y prolongadas por la ausencia de la medida del pico y placa. Personalmente, nunca he estado de acuerdo con esta medida, pues en la práctica no funciona al no reducir los tiempos de desplazamiento, lo único que logra es desplazar las congestiones, pues hoy se evidencia cómo estas se dan en horarios de no pico y placa, como a las 9:00 a.m., 12:00 m, 3:00 p.m. u 8:00 p.m.
Aunque la construcción de los puentes sobre el Río no van a solucionar mágicamente las congestiones de la ciudad y en general el área metropolitana, pues este problema tiene que ser comprendido como un debate metropolitano debido a que la movilidad no entiende de fronteras, e indiscutiblemente tiene que haber un acuerdo de todos con relación a la construcción de nuevas obras de las medidas de tránsito y tráfico, es entendido que la zona sur, de las más congestionadas, es a causa de las pocas conexiones que hay sobre el Río Medellín, que en un tramo de 25 kilómetros atraviesa toda el área metropolitana e inexorablemente se debe atravesar por un puente.
El último puente que se inauguró en la ciudad, sobre el Río, es en la zona norte: el puente de la Madre Laura durante la administración de Aníbal Gaviria, en la administración de Alonso Salazar se construyó el puente de la calle 4 sur, se amplió el puente de la calle 33, pero en las administraciones tanto de Federico Gutiérrez y Luis Pérez, no se construyó ningún puente.
Medellín tiene este problema diagnosticado hace mucho tiempo, y lastimosamente nada han hecho los gobernantes por solucionarlo. Hay una necesidad tácita entre el puente de la calle 30 y el puente de la calle 10, dos kilómetros que no tienen ninguna conexión y que comprende nada más y nada menos que una zona en total desarrollo, como es Industriales; paralelo a ello una nueva zona urbanística en los alrededores de las viejas plantas de gaseosas Lux.
Contamos con las mismas calles y su infraestructura anticuada, ineficiente para estos tiempos como el puente de la calle San Juan, el puente de la calle 30, el puente de la calle 10 y desde luego La Aguacatala, sin contar con el puente Simón Bolívar de Envigado.
Ahora, va a ser muy importante la entrada en funcionamiento del nuevo intercambio vial La Ayurá, impulsado por la Alcaldía de Envigado, la Alcaldía de Itagüí y el Área Metropolitana. Envigado, Sabaneta, Itagüí y La Estrella son municipios que han crecido exponencialmente en el número de habitantes, por ende la cantidad de tráfico crece de forma sostenida y demanda más infraestructura para una conexión segura en beneficio de todos los actores: quienes van en bus, en motocicleta, en vehículo particular y en bicicleta.
Se hace necesario impulsar la remodelación del puente Simón Bolívar en Envigado que conecta con Itagüí, hay que ampliarlo pronto y complementarlo con el intercambio de Fundadores, ese intercambio en esa rotonda tiene que construirse para garantizar un acceso rápido y eficiente al municipio de Envigado.
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Es también perentorio la construcción de un nuevo puente mucho más hacia el municipio de La Estrella, luego del puente Simón Bolívar. Otro puente entre la calle 77 sur, obra de infraestructura entregada en los últimos años, y el puente Pilsen, ubicado en la calle 60 sur, como también la construcción de retornos viales en esta zona aunque en lo largo del Río Medellín no existe ni un solo puente de único propósito de retorno vial, y esa zona sur lo requiere.
Son conexiones que simplemente le permiten a una persona que se dirija hacia la Autopista Sur tomar una u elevada, para luego devolverse a la Avenida Regional, tomar la Autopista Sur. Entre el puente de La Aguacatala hasta el puente de la calle 77 sur, se necesitan por lo menos cuatro de estas obras.
Medellín se vería beneficiada con este desarrollo de la zona sur del área metropolitana, y es necesario que se adelante un complemento al puente de la calle 33, sobre el que he venido hablando hace muchos años: un deprimido en esa calle que conecte la avenida Las Palmas con ese puente, y que luego se pueda garantizar que en la parte superior exista un transporte público eficiente y seguro, como un tranvía que conecte toda la calle 33 desde la avenida 80 hasta la Avenida El Poblado.
Se había diagnosticado construir once nuevos puentes hace más de diez años en la ciudad de Medellín, y para los anillos viales que mencionaba en dirección sur se requiere urgentemente en los tramos comprendidos entre la calle 50 (Colombia) y la calle 44 (San Juan). El puente del Mico, en inmediaciones del Parque Norte, y el puente de la calle 67, esto más hacia el centro de la ciudad.
Luego de la calle 4 sur hasta La Aguacatala también se requieren dos conexiones viales, una de retorno para el sur y otra de retorno para el norte. Cómo no ampliar las orejas de acceso a los puentes que no han tenido ni una sola obra de modernización en los últimos 20 años.
Medellín tiene que contratar urgentemente, junto con el Área Metropolitana y los otros municipios que la conforman, un estudio pero no para que se quede en los anaqueles de las administraciones y luego se olviden, sino para empezar a construir una ciudad con una movilidad eficiente, con productividad y competitividad pero sobre todo que esté convencida de que se debe tejer nuestra ciudad, que se requieren tanto conexiones viales en estos sentidos como también los retornos; pues si dejamos que dos o tres puentes atiendan todo el tráfico del sur del Valle de Aburrá y dos puentes todo el tráfico que conlleva la comuna 14, El Poblado, mientras la zona Industriales no tenga nuevas vías de acceso, Medellín va a seguir colapsando en este gran corredor que perjudica toda la movilidad del área metropolitana.