“La mano peluda de la industria no quiere que se firme la Ley de comida chatarra”, Mauricio Toro

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El representante a la Cámara por el partido Alianza Verde, Mauricio Toro, dialogó con 360 y manifestó su preocupación por la no firma de la Ley de Comida Chatarra a seis días de finalizar el periodo de Arturo Char como presidente del Congreso, para que luego pase a sanción presidencial por parte del mandatario Iván Duque.


360 Radio:

El país sabe de la importancia y de la necesidad de la ley de comida chatarra “por medio de la cual se adoptan medidas para fomentar entornos alimentarios saludables y prevenir enfermedades no transmisibles y se adoptan otras disposiciones”, pero esta nada que se firma a falta de siete días para que el presidente del Congreso Arturo Char deje su cargo.

¿Cómo conceptúa usted acerca de esto?, ¿qué hacer para agilizar?

Mauricio Toro (M.T.):

Es muy preocupante lo que ocurre, este proyecto de ley pasó a pesar de la oposición del Gobierno Nacional, a pesar de la oposición de la industria que se niega a poderles dar información a los ciudadanos sobre los contenidos de los comestibles ultraprocesados que son altos en grasas, en azúcares y en sodios, sobre lo que no nos informan y consumimos convencidos de que son saludables pero no es así.

Frente a todos estos palos en la rueda un debate que duró casi seis años, tres proyectos fracasados por esas «intermediaciones» que hacía la industria para tratar de que esto no pasara, y pues seguimos viendo el efecto de ese lobby y el efecto del poder para tratar de que el proyecto no termine su proceso.

El proyecto logró por primera vez en la historia cuatro debates, ya el país habló, los congresistas que representan al país hablaron y hoy el trámite de la firma por parte del presidente del Senado (Arturo Char) es meramente administrativo. Este proyecto tuvo dichos cuatro debates, dos en Cámara y dos en Senado por medio de los cuales fue aprobado casi que por unanimidad y esto pasa el despacho del presidente del Congreso, quien lo debe firmar como un trámite administrativo y enviarlo al escritorio del presidente de la República, quien tiene seis días para suscribirlo y volverlo ley, o en su defecto para objetarlo y devolverlo al Congreso de la República si no está de acuerdo.

La preocupación y la suspicacia está relacionado con lo siguiente: ¿qué está haciendo el Gobierno y la industria como presión para que el presidente del Senado no lo mande a Presidencia?, ¿quieren torpedear la voz de los ciudadanos y del Congreso que ya se pronunció? Quedan muchas dudas, y no dudo que ahí está la mano peluda de la industria y del Gobierno para tratar de hacer hasta lo imposible para que este proyecto fracase, eso nos preocupa mucho.

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360:

¿Aparte de la firma y posterior sanción presidencial qué es lo que falta para ya empezar a implementar esta ley que faculta no solo al Gobierno para fomentar hábitos de vida saludables, sino al Invima también para hacer respectivas sanciones por incumplimiento?

M.T.:

Cuando ya este proyecto de ley sea una ley de la república sancionada por el presidente Iván Duque, el Gobierno Nacional tendrá un año para concertar con la sociedad civil, con las organizaciones, con la academia y con la misma industria cuáles deben ser los detalles de ese etiquetado frontal para que de esa manera podamos empezarlo a ver en los empaques.

A partir de la sanción, tendríamos un año para poder definir esos detalles de cómo debería ser y de esa manera los colombianos puedan ver esa información en los productos ultraprocesados.

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Foto: Cortesía

360:

Una vez firmada y sancionada se tiene que trabajar en la educación respecto a esta ley, que haya las suficientes claridades en lo relacionado con qué es y qué no es comida chatarra, que no haya ambigüedades y que realmente sí se vele por la salud del colombiano de a pie.

M.T.:

De acuerdo, y lo que estamos buscando es eso; aquí no se pretende prohibir absolutamente nada sino informar adecuadamente a los ciudadanos sobre los excesos de grasas, azúcares y sodios, pero también enseñarles a las familias colombianas alimentarse mejor por medio de educación. El proyecto no solamente les enseña sobre todo a los niños, niñas y adolescentes cómo se deben alimentar mucho mejor sino que también les da la información; nada nos ganamos enseñándoles a alimentarse bien si cuando van a una tienda o supermercado no los alertan sobre los excesos de componentes nocivos de los comestibles para la salud.

Muchos de los productos que hoy encuentra uno en un supermercado tienen exceso en azúcares, sodios y grasas pero los maquillan diciéndonos que son ricos en fibra, en vitamina b1, en niacina, te hará fuerte y poderoso. Es completamente imposible que alguien pueda tomar una buena decisión porque están engañando con esas advertencias positivas cuando en realidad lo que hay detrás de muchos de esos productos comestibles son excesos de azúcares, grasas y sodios.

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Aquí estamos pidiendo que nos informen, cada cuál toma su decisión. Es fácil cuando es una gaseosa porque uno sabe que trae mucha azúcar, pero el resto de comestibles no se sabe porque los maquillan con esas adiciones mencionadas.

Por eso la importancia de enseñar, pero también de informar.

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360:

¿Por qué no se había trabajado antes por una ley de comida chatarra?

M.T.:

El poder de la industria es gigantesco, a la industria no le gusta que los ciudadanos sepan la realidad que hay dentro de esos comestibles porque seguramente se verá reflejado en una necesidad de tener que cambiar las fórmulas por unas más saludables y eso les cuesta, les tocaría invertir en innovación porque seguramente la gente teniendo la información no va a consumir determinado producto. 

Esto ha logrado que la industria misma se haya opuesto a este tipo de regulaciones en el Congreso históricamente de la mano con los gobiernos porque son financiados por esa misma industria.

Lo que ocurrió a raíz de la pandemia develó la realidad de la salud de los colombianos, empezamos a ver los altos niveles de obesidad en Colombia, empezamos a ver los altos niveles de hipertensión, empezamos a ver los altos niveles de diabetes, sobre todo la tendencia reciente de más niños, niñas y adolescentes con problemas de obesidad juvenil y diabetes juvenil.

Cuando llega el covid y nos encontramos con que esa enfermedad hacía más vulnerable a una persona con una enfermedad no transmisible como la que acabo de mencionar y con obesidad, dijimos que había que hacer algo, tenemos que corregir cómo nos estamos alimentando, esto nos está generando más mortalidad por esas enfermedades, que se controlan alimentándose bien y para ello hay que estar bien informados. 

Esto alertó a los congresistas y estos les dijeron a la industria: no, un momentico, esto nos está costando dinero, está empobreciendo a la gente; una familia que tiene que gastar un 30 % de sus ingresos en medicamentos y en tratamientos para curar una enfermedad que se pudo haber prevenido desde la juventud, la podría invertir en alimentos, en recreación, en educación, en vivienda; esto generó un ambiente muy positivo que logró invertir esa fuerza poderosa de la industria y de los gobiernos, por eso logramos sacarla después de tantos años.

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