Irónico, pero ojalá aprendan de Singapur

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Hemos visto cómo desde Singapur, defensores del actual gobierno hablan de las maravillas con que se encuentran allí, de sus avances, sus logros, sus capacidades. Lo que nos causa curiosidad, es que en Colombia quieren implantar todo lo contrario a lo que se hace, se defiende y se piensa en Singapur. 


EDITORIAL

Como no hay mejor idea o ejemplo, que lo que es real, que lo que se puede ver, sentir o tocar, de lo que está comprobado que funciona y ni siquiera, se puede comparar con las teorías fantasiosas que están escritas en muchos libros o los discursos retóricos, llenos de hipérboles, de magia, de utopía; a los que por estos tiempos nos han acostumbrado a los colombianos. Pues estamos encantados en que los principales defensores y líderes del actual gobierno hayan estado en Singapur.

Creemos que se llevarán una grata sorpresa con las vías que hay en Singapur, con la infraestructura de puertos, aeropuertos, transporte público; las mismas que ellos cuando han estado en el poder, no han hecho, porque odian las vías, odian los vehículos, tampoco tapan huecos, tampoco arreglan andenes y tampoco son capaces de hacer un transporte público. Ahora, mucho menos de ampliar un aeropuerto y seguramente pasarán 4 años y tampoco lograrán mejorar las cifras de exportación en Colombia.

Ya hemos visto como el primer puente festivo, bajo este gobierno, tuvo los peores registros de los últimos años, pero está bien, este gobierno es muy amigo de la libertad, es muy amigo de no penalizar, de no criminalizar las malas conductas, de no apresar a nadie, de sacar a los criminales de la cárcel, no son amigos de construir cárceles; son amigos de que la policía no se defienda, que la policía y el ejército se tiene que dejar pegar de los indígenas, de los terroristas, de los criminales, porque no se pueden pasar, no son pobres personas equivocadas que van por la vida incomprendidas matando, robando, extorsionando.

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Lo que pasa es que en Singapur desde comer chicle, pasando por no recoger las necesidades del perro o tirar la basura en la calle o escupir o cruzar la calle por donde no es o fumar en lugares públicos, tienen normas, tienen multas absolutamente onerosas, que un gobierno como el actual en Colombia sería incapaz de imponer. 

Empecemos por la principal y la máxima diferencia en Singapur; y es que abogan por un alto grado de disciplina, por la limpieza, la seguridad, el orden en donde tampoco tienen crímenes, en donde tampoco tienen índices de criminalidad altos, ni medianos, son bajísimos todo lo contrario tenemos en Colombia.

Porque donde han gobernado tienen ciudades grises, feas, abandonadas, con huecos, con basuras, inseguridad, sin tecnología, todo lo contrario a lo que Singapur, pero la máxima, es que en Colombia es permitido traficar; así en la ley sea supuestamente un delito. En Colombia la gente puede consumir una dosis mínima de marihuana, la cual se consigue en cualquier esquina y ahora Colombia, desde hace varios años, pasó de ser exportadora a consumidora de drogas.

En Singapur el tráfico de drogas, se castiga por lo más bajito con azotes, en segundo nivel con multas y en tercero con encarcelamiento y hasta pena de muerte; este gobierno no es capaz de hacer eso y ni siquiera consideraría castigar el vandalismo callejero, como pintar grafitis que también está castigado con cárcel y azotes o tirar pólvora que en Colombia están permitidos, aunque la ley diga que no, en Singapur también castiga con cárcel, pero podríamos poner centenares de ejemplos y quedarnos acá 10 editoriales más.

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Es que nos llama la atención la incoherencia, nos llama la atención la desconexión de la realidad, pero a la vez nos encanta que estén entendiendo y ojalá la capacidad intelectual les ayude a ver, que todo lo que están promoviendo, proponiendo y haciendo en Colombia, es todo lo contrario, a lo que se está haciendo en Singapur y en cada uno de los frentes. Porque acá somos amigos de dejar hacer, de dejar pasar, de que los criminales pasen bueno. De que todos, quienes se les antoja, extorsionen al Estado porque no les parecen las reglas, porque las quieren a su modo y a su acomodo. En Singapur no es así.

Ojalá entiendan la raíz de cómo esa sociedad, pasó de ser una sociedad fallida, putrefacta, una sociedad que era un burdel, que era un lugar perdido para el mundo; a ser uno de los principales íconos del orden, de la seguridad, de la limpieza, del transporte y de la infraestructura.

Ojalá aprendan, pero para ser sinceros, creemos que pasará como con todas las comitivas oficiales de diputados, concejales, alcaldes, congresistas y gobernadores que viajan al exterior; supuestamente importar modelos de otras ciudades, pero en Colombia nunca vemos nada importado, en ninguna ciudad; entonces será como siempre pensamientos que se quedan en trinos y en ‘dicharachería’ política.

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