Las consecuencias de romper relaciones con Israel en materia de seguridad y defensa

Obedeciendo a las razones políticas, ideológicas y personales presidente Pedro decidió en plaza pública romper relaciones con Israel, una nación que ha sido aliada estratégica de los intereses colombianos en muchos frentes, pero quizás el que más la seguridad.

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Para quienes difieren de este escrito diciendo que sobre el tema de seguridad era importante la relaciones con Israel, nos permitimos informarles que en los últimos años los lazos con esta nación no solamente se habían fortalecido y se habían redefinido enfrente, es como el agro, la tecnología no militar, la cultura y la academia.

De manera que trascendió hace muchos años solamente ese vínculo militar entre las dos naciones que comparten muchísimas amenazas en común, los dos países han estado permanentemente en conflicto, asediados por distintos grupos terroristas y, si bien el tamaño de Israel es ínfimamente más pequeño que el de Colombia, sus capacidades han sido innegables en materia de defensa y son las miradas por el mundo entero, como por ejemplo su cúpula de Hierro, las mismas responsables de desviar más de 300 misiles con los que fueron atacados por el régimen tiránico de Irán y por los grupos criminales adyacentes a estos gobiernos como Hezbollah.

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Particularmente Colombia comenzó a fortalecer o a refundar prácticamente sus fuerzas armadas en el año 2002, pues se encontraban en un estado deplorable, prácticamente sin fuerzas aéreas, sin capacidades marítimas, sin inteligencia, sin seguridad y Estados Unidos e Israel jugaron un papel fundamental en esa creación de las nuevas fuerzas armadas colombianas, las mismas que le propinaron  más de 1.000 golpes a distintos grupos guerrilleros como las FARC, ELN y también a grupos paramilitares.

Pero pensando en algún momento que esta relación estaba blindada y que los intereses de la Nación estaban por encima de cualquier interés pasajero político, tomó por sorpresa que en medio del gran conflicto que se vive en la Franja de Gaza entre Israel y el grupo terrorista de Hezbollah, de la nada y en plaza pública con el fervor y el agite político en una manifestación, el presidente decidió sacar del sombrero la ruptura de las relaciones totales con Israel, dándole unas horas a su cuerpo diplomático para que abandonaran el país y acusan este Estado de genocida.

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Primero desconoce el Gobierno que el primer ministro Benjamín Netanyahu no es Israel, no representa a todos los israelís. En las naciones, cuando van a un punto de romper lazos como lo han hecho otros regímenes tiránicos de izquierda en Latinoamérica, pues han sido los únicos que lo han hecho, rara vez encuentran argumentos suficientemente claros, fuertes y sobre todo de fondo para justificar un tipo de decisión de ese calado.

Pero entendiendo y dejando claro que fue una decisión política, obediente al estómago del presidente, nos preocupa de sobremanera primero la situación actual. Ya lo hemos dicho de las Fuerzas Armadas de Colombia, particularmente la Fuerza Aérea, desde hace muchos años hemos advertido ese desmantelamiento que se viene dando en la misma, no solamente en este gobierno, pues las decisiones, las responsables y las necesarias que se han tenido que tomar, han sido puestas al escrutinio público y por cuenta de eso no se han comprado aviones que se han tenido que comprar, no se han hecho el mantenimiento de naves que se han tenido que hacer y no se han hecho compras necesarias porque, pues la opinión pública, como sabe de todo, dice oiga, no definitivamente yo cuando tengo que hacer nada.

En segundo lugar, hay una realidad respecto a ese comercio puntualmente entre Colombia e Israel, ya que en 2022 las exportaciones fueron de más de 175 millones de dólares y las importaciones fueron de más de 166 millones de dólares. El año pasado estas cifras venían ya decayendo por cuenta las mismas directrices del actual gobierno y hay que mencionar que los productos que se estaban exportando a Israel eran café, flores, piedras, preciosas, carbón vegetal y huellas.

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No estamos hablando de un componente netamente militar en materia de esa cooperación en seguridad entre Israel y Colombia; no solamente había aviones de combate, los aviones ya viejos que tiene Colombia, los Kafirs, en mantenimiento, sino drones, municiones para las armas que tiene el ejército colombiano en su mayoría, los equipos de inteligencia y desde luego mucha más inversión, por ejemplo, en material de ciberseguridad.

A esto se le suma que esa cooperación se ha visto diezmada con pares como Estados Unidos y entendemos que es para Colombia una pésima decisión romper esos lazos con Israel por muchas razones, pero principalmente en materia de seguridad, es abundar, profundizar la crisis, que ya tenemos como país en este frente y para la mente mientras incrementan las razones y la situación de inseguridad, criminalidad y terrorismo a lo largo en todo el país.

Sin Israel y sin cooperación mayor con Estados Unidos, ¿dee quién está dependiendo? Colombia o el país no quiere depender de nadie, pero tampoco está haciendo nada para crear unas fuerzas autónomas independientes y fuertes, queda la pregunta en el aire.

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