Las necesidades que tiene el país en materia de salud, pensiones y de régimen laboral son más que evidentes, y si hablamos de concesos es muy claro que hay una gran posibilidad de transformación en cada uno de estos frentes para tener legislaciones más concordantes con los tiempos modernos, la situación económica del país y el instante actual que nuestra Nación presenta en el escenario internacional.
Este último ítem es importante porque muchas veces en el afán de importar modelos de otros lugares o de querer compararnos con otros países, echamos de menos en cuales estamos bien posicionados y se encuentra en los primeros lugares, que a pesar de ser en pocos son muy destacados, y en medio del negativismo que cada vez hace más parte del ADN colombiano creemos que es necesario refundar la patria cada cuatro años, y con ella todas sus estructuras que se han elegido a través de los años.
Particularmente en el sistema de salud hemos evidenciado que hay unos avances destacados, no solamente en cobertura, sino que también de atención. Falta avanzar en modelos de prevención, mejorar el servicio y seguir asegurando la sostenibilidad financiera.
En materia pensional la reforma requiere pelear el principal obstáculo que es la informalidad, pues cada vez que se aumenta este ítem hay menos personas que estén cotizando su pensión, y hoy la reforma esto no lo combate. Este proyecto está considerando unas opciones desconectadas de lo que el sistema y el país necesita.
Esta situación ha sido analizada por expertos, universidades, centros de pensamientos, firmas consultoras nacionales e internacionales y todos coindicen en lo mismo. Será debido a que tienen la razón.
Por su parte, la reforma laboral comparte un elemento en común con la pensional y es que no ataca la informalidad y la necesidad de que cada vez más personas se puedan formalizar en el mercado. Sucede que esta no busca generar empleo y es un proyecto que no está leyendo el panorama actual en el mundo, y esto hace que esto tal y cual esta planteado salga muy mal.
Las reformas del Gobierno presentan dificultades para ser aprobadas en el Congreso
En grandes rasgos hoy en día estas reformas enfrentan serias dificultades para ser, no solamente tramitadas, sino aprobadas, y de serlo así van a terminar siendo una “colcha de retrasos” en donde las Cortes van a tener que hacer una revisión muy grande, y de seguro van a encontrar ítems para declararlas inexequibles. El solo debate en el Congreso de la República no solo no presenta garantías, sino que ya hay claros indicios de vicios en forma y tramite de las reformas.
La invitación de esta editorial es a no querer meter las reformas con calzador, a no querer sacarlas como den lugar. Es negativo para el país, el Gobierno y el Congreso.
El presidente Gustavo Petro se debe tomar ese tinto del que habla con las personas que piensan distinto, pero sobre todo, con quienes que tengan capacidad argumentativa, soportes, estudios y que solo estén buscando un solo propósito: sacar adelante a este país y lograr reformas en concesos ajustadas a lo que necesita Colombia.
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