Como siempre el mayor culpable de esta incertidumbre es el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, quien toma decisiones faltando pocas horas para hacer registros electorales.
Confidencial 360.
Muchos congresistas del Centro Democrático están asustados e inquietos porque no saben realmente que va a pasar con su partido de cara a las elecciones legislativas y parlamentarias del próximo año en nuestro país. Todo por cuenta de que el expresidente Uribe no se ha pronunciado sobre las modalidades que serán implementadas para escoger a sus candidatos, si serán listas abiertas o cerradas, y quienes podrán participar.
Cuando se le pregunta al expresidente Uribe por estos asuntos siempre omite las preguntas de una manera muy respetuosa, pero lo cierto es que fuentes fiables le han confirmado a 360 que evidentemente Álvaro Uribe volverá a aspirar al Senado de la República a pesar de una supuesta solicitud de Doña Lina Moreno de Uribe a su esposo de que por favor descansara y disfrutara de su familia, pero todos sabemos que la vocación de servicio de Uribe es inalcanzable, y él mismo lo ha expresado cuando dice «Dios ponga fin a mi existencia y acabaré el sevicio público».
Pero lo que está generando Uribe es más malo que bueno porque fue lo mismo que sucedió hace cuatro años con la conformación de las listas: personas que no sabían si entraban o salían, y todos llamando a Daniel García Arizabaleta, quien era el encargado de sacar y meter a la gente de los puestos y quien bajaba de categoría a las personas. Esto nunca generó una seguridad por lo menos jurídica y política al interior de ese partido.
Ahora, por parte de la bancada antioqueña se conoce que el senador Alfredo Ramos no volverá al Congreso de la República, pues evidentemente está esperando, inferimos desde esta tribuna, que se solucione la situación jurídica de su padre, pues en la familia Ramos hay una norma: que cuando hay alguien hace política el otro no la hace, o se respeta que esa persona termine su periodo, y está también muy interesado en asuntos ciudadanos, en seguir recorriendo a Medellín como la ha venido haciendo, porque cree que a la ciudad se le pueden sumar muchas cosas que serían para su beneficio, que quizá hoy están quedando en el letargo. Ramos, quien es un joven inteligente y comprometido con las causas sociales, está conociendo más a profundidad las problemáticas de Medellín.
La senadora Paola Holguín tampoco quiere volver al Congreso, pues ella aspiraría, eventualmente, a la Gobernación de Antioquia. En su reemplazo iría a la Cámara o al Senado el audaz y brillante Juan Espinal, quien se ha venido desempeñando en la línea de segundo mando de Corantioquia; y otros congresistas como Wilson Córdoba, Regina Zuluaga y Margarita Restrepo aún no han hablado de sesiones claras, aunque Córdoba aspiraría a un cargo de elección popular en el departamento del Chocó.
Sobre los asuntos de listas cerradas o abiertas los comentarios indican que el Senado se debe mantener cerrado porque nadie va a competir contra el expresidente Uribe en esa lista, mientras que piden que en la Cámara sean votos preferentes, es decir, listas abiertas para garantizar la democracia y el trabajo mancomunado de las personas y no que uno se ‘eche’ sobre el otro esperando a ver quién consigue los votos, y que la consecución de esos cargos se conviertan en un estandarte o en un escenario burocrático, donde unos abusan de su posición para tratar, prácticamente, de extorsionar a otros.
Sobre la candidatura presidencial el uribismo no ha cambiado sus políticas de mirar como precandidatos a tres de sus alfiles, no se ha hablado de mecanismo, ni de consultas interpartidistas, y se la va haciendo tarde al expresidente Uribe para ir tomando decisiones. Sería bueno que fueran más claros para garantizar la estabilidad de su partido y para evitar fugas que se puedan producir, o incluso nuevas peleas políticas como las que han venido ocurriendo y que sin explicación alguna obtuvieron respuestas por parte del senador Uribe muy tarde.