Este contenido hace parte de nuestra quinta edición de 360 Revista.
La infraestructura, como todos los sectores, sufrió por cuenta de la pandemia. Retrasos en obras, sobrecostos, pérdidas económicas que terminaron afectando el desarrollo de calles, carreteras, autopistas, puentes, viaductos, túneles y otras obras asociadas como señalización, alumbrado, ventilación, puentes peatonales y sistemas masivos de transporte de pasajeros. Sin embargo, el futuro de este sector es promisorio porque hay mucho para hacer y los esfuerzos estarán encaminados para brindar un alcance nacional en pro de la reactivación económica.
El contexto nacional
Es importante mencionar que, en temas de infraestructura, Colombia es un país de contrastes. Por un lado, hay obras que han generado un impacto positivo y progreso en las regiones como el Metro de Medellín que se inauguró en 1995, trascendiendo del modelo de transporte masivo a un tema de Cultura Metro; o la Ruta del Sol, que, a pesar de sus retrasos, es un proyecto que busca promover negocios que están en el centro del país facilitando el paso de mercancía entre la capital del país y la región Caribe.
Pero también hay casos que se contraponen; por ejemplo, es difícil pensar que, debido a muchos factores, Bogotá esté pensando su metro desde hace más de 70 años y todavía se presenten discusiones sobre su pertinencia, extensión y características de funcionamiento. Además, no podemos dejar de mencionar algunos fracasos históricos de la infraestructura colombiana, como los puentes El Chirajara y La Pala que se desplomaron en 2018, ola célebre falla con el puente Hisgaura y su estructura de acordeón.
Mucho se habló de los proyectos 4G y según la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), entidad que tiene a su cargo las vías concesionadas del país, hay cinco obras que se entregarán pronto: Pacífico 2, Pacífico 3, Chirajara-Fundadores, Puerta de Hierro-Palmar de Varela y Carreto-Cruz del Viso, y Cartagena-Barranquilla y Circunvalar de la Prosperidad. El impacto será positivo y es algo necesario para el país, obras que nos unan y fomenten la reactivación.
Las vías terciarias siempre han sido un dolor de cabeza para el gobierno de turno. Este es uno de los mayores problemas para los campesinos colombianos, el difícil acceso a las grandes ciudades por culpa de las vías. No solo afecta el comercio por la dificultad a la hora de vender los productos, sino que les impide poder acceder a servicios de salud o educación.
El propósito del gobierno del presidente Iván Duque es invertir 4,7 billones de pesos en las vías terciarias bajo el ambicioso proyecto Colombia Rural, donde no solo se busca la conectividad, sino la reactivación económica.
Las obras son de los ciudadanos, no de los gobernantes
Varios proyectos no se detuvieron ni a causa de la pandemia. Desde que inició la crisis se tomaron decisiones que buscaban favorecer y trazar metas claras incluso con el caos de la coyuntura. El propósito fue claro, no solo volver para volver más competitivo al país, sino para mejorar las condiciones de vida en las diferentes regiones.
Según el Instituto Nacional de Vías (Invías), se han logrado entregar 216 proyectos en todo el territorio nacional durante el gobierno del presidente Duque. Estos comprenden desde kilómetros de doble calzada terminados, hasta proyectos estratégicos como la troncal del Magdalena Medio; la vía Mosquera-Anapoima; la vía Cartagena-Barranquilla y la vía Armenia-Club Campestre.
Los gerentes, directores y empresarios del sector coinciden en que es necesario unir los esfuerzos de todos los actores de la sociedad para lograr una sinergia de voluntades y acompañar las obras que terminarán siendo para el beneficio de todos.
Llegó la hora de la competitividad
Está claro que las obras civiles son vitales a la hora de hablar de reactivación económica, pues un aumento de la inversión en infraestructura de 0,5 por ciento del PIB anual durante los próximos diez años generaría un crecimiento adicional anual del PIB de 0,8 puntos porcentuales. Además, es un sector generador de empleo, según la Gran Encuesta Integrada de Hogares del DANE, este sector de la construcción empleó a más de 210.000 personas.
Con los movimientos e inversiones adecuadas se puede reducir el desempleo y la tasa de pobreza, se pueden modernizar vías que terminarán dinamizando el comercio para así acelerar la recuperación a nivel nacional, tal y como lo ha dejado entrever Fedesarrollo en estudios realizados este año. En este sentido, ellos mencionan la importancia del programa Vías para la legalidad, que pretende cerrar las mencionadas brechas entre ciudades y municipios mediante financiación 100 % pública.
Para ser más competitivos hay que tener mejores obras. Por eso, y ante la caída esperada de varios sectores por cuenta de la pandemia, el país debe centrar los esfuerzos en la infraestructura que al final su impacto termina permeando otros sectores y la calidad de vida de los colombianos.