EDITORIAL
La gente se está cansando de ver cómo los ilegales disfrutan de beneficios e impunidad, mientras personas de bien, cuando se defienden, terminan tras las rejas.
En Medellín, el pasado fin de semana ocurrió un hecho muy comentado y visto en las redes sociales, y tiene que ver con un atraco que se cometió en la Avenida El Poblado cerca al sector de Castropol. Allí, una persona se movilizaba en una camioneta Toyota Fortuner blanca junto con un niño y fue alcanzado por hombres en motocicleta, quienes amenazaron con hacerle daño a la integridad física del niño y del conductor si no les entregaban sus pertenencias.
En una reacción airada, el conductor tomó la decisión de pasarles el carro por encima y les provocó unas heridas considerables. Tuvo el apoyo de la ciudadanía presente en el acto, y lo cierto es que con el pasar de las horas se conoció que esta persona podría pagar 10 años de cárcel, y quienes lo asaltaron eran reincidentes siendo uno de ellos menor de edad, y pues evidentemente estaban libres.
Vuelve y se configura este lamentable círculo vicioso donde los jueces por causa del sistema judicial colombiano, la falta de cárceles y la impunidad rampante, dejan libre a delincuentes que amenazan la seguridad y la integridad de todas las personas que trabajan de una manera legal.
Es más que triste ver cómo los ciudadanos que todos los días cumplen con normas y deberes en el transcurso de estas ejecutorias se ven afectados a cualquier hora del día y en cualquier lugar por declincuentes que han tomado la facilista, mediocre y diabólica decisión de ir poniendo revólveres en las cabezas de las personas que vayan caminando, en un bus, en un taxi o en su vehículo particular amenazando con acabar su vida si no se les entrega sus pertenencias.
Tuvimos también un episodio similar la semana pasada, donde a una adulta mayor la intimidaron junto con su hija para atracarlas y quitarles 5 millones de pesos. Afortunadamente, por la reacción de la Policía se logró capturar a un bandido de estos. Aunque ya sabemos cómo termina todo: los delincuentes quedan libres y no pasa nada.
360 es un medio que ha recogido a lo largo y ancho de su existencia una serie de preocupaciones más que absurdas en el entendido de que va en contra de toda lógica que en un país que se dice justo y en orden los delincuentes tengan todas las facilidades para hacer sus fechorías. Es increíble encontrar cómo los ciudadanos del común se ven desprotegidos por el Estado y no tienen ningún chance de combatir la delincuencia frontalmente. Están absolutamente desprotegidos porque no pueden portar un arma, están tristes porque no confían en la justicia, y fuera de eso la Policía también se siente desmoralizada ante ese episodio grotesco de capturar delincuentes para luego quedar libres.
El próximo presidente de Colombia tiene un gran reto: reformar la justicia, endurecer las leyes para toda esta ralea de bandidos que creen que pueden hacer lo que les da la gana porque la ley se los permite. Tiene que llegar un presidente que hable duro, un Congreso que esté del lado de la gente de bien y empiece de una vez por todas a castigar estos crímenes, no es justo que los colombianos salgan de su casa con miedo sin saber si van a volver con vida porque a alguien se le dio que la podía arrebatar por no entregarles un celular.