La marcha del 1º de abril y sus repercusiones

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Confidenciales 360.

Efectivamente el sábado primero de abril se congregaron más de 700 000 personas a nivel nacional en distintas plazas principales, teniendo sin lugar a duda como mayor lugar de concentración a la ciudad de Medellín, donde según cálculos de los organizadores salieron unas 500 000 personas, mientras unos cálculos de terceros calculan unas 400 000 personas. De todas maneras un número muy significativo.

En Bogotá las cifras ascenderían a las 60 000 personas, mientras que en ciudades como Cali, Cartagena, Barranquilla, Santa Marta y Montería, estarían entre las 7 000 y 15 000 personas.

A pesar de que en reiteradas ocasiones se negó que la marcha fuera política, era ineludible asociar al Centro Democrático con esta manifestación, aunque si detenidamente se observan las fotos, existían personas en la marcha que estaban en contra incluso de Alejandro Ordoñez, de Álvaro Uribe y de otros líderes de derecha, pero están protestando contra el actual gobierno. Y en la finalidad esa era una de las metas de los organizadores, que no fuera una marcha, sino que fuera una marcha ciudadana donde se expresara el descontento con el actual gobierno del presidente Juan Manuel Santos Calderón.

Esto es sin lugar a duda una notificación para el presidente Juan Manuel Santos, sobre el alto descontento que hoy tienen algunos ciudadanos con su gobierno, el descrédito y la desconexión que su administración aún tiene con el país, y sobre todo los altos costos que tiene hacer acciones que como él bien dice no son populares, sino según su criterio correctas.

Lo que no le ha servido a la marcha en ninguno de sus episodios es la continua crítica entre ultrauribistas y ultrasantistas, como por ejemplo Roy Barreras que decía que la marcha fue un fracaso, o el senador uribista que acusó a las FARC de haber sido la culpable de la tragedia en Mocoa. Son dos extremos que no tienen ningún punto de aceptación y que tampoco le hacen bien a la realidad política colombiana.

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La crítica por lo general debería ser con estándares de construcción y no con señales de destrucción, como se han hecho muchas marchas, pero lo que hay que resaltar de esta marcha del primero de abril es su gran organización, su decencia para protestar, la limpieza con que dejan los lugares donde se concentran y sobre todo lo principal, lo que diferencia a la derecha de la izquierda, que no son marchas donde hay que tener ESMAD, donde hay que cuidar a cada uno de los que marchan, y donde dejan por donde pasan desmanes, vidrios rotos, buses dañados y sobre todo buna infraestructura de la ciudad perjudicada por vándalos que están marchando.

Aunque le falta un año y dos meses al gobierno del presidente Santos para terminar, sería importante que se analizara cómo por lo menos tratar de generar un consenso nacional para terminar este periodo de la mejor manera, y es que en realidad al país no le sirve que su presidente no se querido por los colombianos porque en general se produce una desconfianza.

Acá también tienen mucha culpa los grandes medios de comunicación, que se han convertido en cajas de resonancia del gobierno, tratando de desmentir cada una de las afirmaciones de quienes no están a favor del gobierno, o tantos opinadores a nivel nacional que deberían contar cómo y de qué manera se benefician del gobierno, que son a lo último gatos que pelean patas arriba para defender sus intereses.

Y es que lo que está generando eso es una confrontación mucho mayor, mucho más pesada y un carácter más negativo. Sino que el gobierno Santos, que para mucho en sus proyectos y programas no ha sido malo, deberían por lo menos empezar a trabajar en asuntos más de unidad y de menos rencor político, e inclusive dar instrucciones a sus aliados de masificar el ambiente de paz y de no respuesta, haber si tratando de desescalar este conflicto entre un sector político y el otro logramos por lo menos aportarle a que el país termine bien este periodo político.

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El uribismo tuvo una importante medición, algo muy riesgoso para algunas personas pero que sin lugar a duda sigue demostrando que uno de sus mayores fortines es Antioquia, y que puede contar siempre con un caudal entre los 3 y 4 millones de votos a nivel nacional, una cifra para nada despreciable en cualquier elección.

El expresidente Uribe en la marcha fue incisivo en reiterar la modificación de los acuerdos de paz y en pedirle al gobierno Santos más resultados en materia de la lucha contra el narcotráfico y contra la corrupción.

 

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