La placa huella, solución o corrupción

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Siempre nos han dicho y enseñado que Colombia es un país que por su geografía y distancias es más eficiente su operación por carreteras que por ferrocarril, por cuenta de esto prácticamente toda la operación comercial se opera a través de tractomulas, y salvo algunas excepciones vía férrea para temas particulares, casi todo de transporte de carbón.

En Colombia hoy existen alrededor de 206.000 kilómetros de vías que de dividen en tres categorías, la red primaria compuesta por las grandes autopistas a cargo de la nación, muchas de ellas entregadas en concesión que son el 7%, una red secundaria que está a cargo de los departamentos que corresponde al 21%, y por último la red terciaria, compuesta por carreteras y caminos veredales que están a cargo de los municipios que son más del 70% de la red vial del país, esto corresponde a más o menos 143.000 kilómetros.

Durante los últimos gobiernos se han hecho un gran esfuerzo para el mejoramiento de las vías primarias, y algo se ha avanzado en las secundarias, pero es muy poco lo que se ha podido hacer en las vías terciarias, estas, en su mayoría están sin asfaltar y en una situación bastante deficiente, son tantas las necesidades de los municipios que pocos recursos se utilizan para vías. Las temporadas invernales hacen muchas veces imposible el uso de estas vías que en muchos casos es por donde sale gran parte de nuestra alimentación.

Desde hace unos años se viene utilizando para el mejoramiento de las vías terciarias, principalmente en los sitios más complejos de las vías, las placa huellas en concreto, este es un sistema de pavimentación en el cual se pavimentan únicamente las huellas por donde circulan las ruedas de los vehículos, y el resto se rellena con piedra pegada con concreto. Las placa huellas han sido una muy buena alternativa para el mejoramiento de parte de estas vías terciarias, pero como todo lo bueno que hacemos con ingenio le termina llegando ese cáncer de la corrupción y la politiquería.

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Los politiqueros regionales de turno se han dado cuenta los beneficioso que es la placa huella para sus intereses personales y desafortunadamente han venido convirtiendo una buena solución temporal para estas vías en un mecanismo para cobrar coimas y hacer favores políticos.

Hoy en día existen diferencias abismales en el costo de un metro de placa huella entre diferentes regiones y departamentos, esto seguramente tiene que ver con el monto de los contratos de obra que en general por ser pequeños no requieren licitación y su contratación es a dedo, aquí existe un potencial riesgo de corrupción que se refleja en el precio.

Otros de los problemas que han tenido la construcción de placa huellas han sido el favoritismo de construirlas en sectores que no se necesitan tanto, pero que si pueden generar beneficios y valorizaciones de tierras y fincas, o el mal uso por parte de políticos y gobernantes de utilizar su construcción como herramienta para beneficiar a su electorado o para conseguir nuevos electores en cercanías a elecciones. Precisamente en esta época cuando estamos a pocos meses de elecciones regionales es que aumenta la construcción y entrega de placa huellas con sus consabidas fotos, videos y tamales en las inauguraciones.

Por último, se me hace relevante también decir que las placa huellas siendo una solución parcial al desastre de las vías terciarias, también ha terminado acabando la posibilidad que algún día estas vías sean verdaderamente intervenidas y arregladas, nos quedamos cerrando la herida con una cura.

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JOSÉ MIGUEL SANTAMARÍA URIBE
Columnista
Twitter: @SANTAMARIAURIBE

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