La revocatoria al alcalde de Medellín

Foto: @jrestrp

Es un proceso inédito en la ciudad sin lugar a duda acarreará un desgaste no solo para el avance de las obras y la contención de la pandemia, sino que aumentará la polarización política como antesala a las elecciones de Congreso y de Presidencia.


EDITORIAL

En los últimos tiempos, Antioquia ha tenido cierto grado de inestabilidad por algunos hechos políticos lamentables, como la entonces captura del hoy gobernador Aníbal Gaviria, quien afortunadamente se ha reincorporado a las labores y enfrenta en libertad su proceso judicial. Fue un tiempo complejo para el departamento y demostró que Antioquia unida estaba pidiendo que se le permitiera al gobernador ejercer su defensa en libertad mientras continúa al frente de la Administración Departamental en una de las épocas más complejas de la historia con la pandemia del coronavirus en pleno auge.

En el caso del alcalde Daniel Quintero, independientemente de lo que se le pueda reprochar según la subjetividad de las personas sobre su vida personal, sobre su pasado político, sobre las formas que utiliza, lo cierto es que Quintero ganó legítimamente en un sistema democrático en las elecciones del año 2019. Bajo esos parámetros, Quintero y toda la ciudadanía, deben apegarse a las normas y leyes vigentes en el ordenamiento jurídico colombiano. Ahora, quienes en su momento, por cálculos políticos, fueron los responsables del resultado de las elecciones hoy están en silencio, están por debajo incitando a que la revocatoria avance, sin asomar cabeza, de forma asolapada y claramente en un acto de irresponsabilidad; así como para el electorado que le respalda, fueron irresponsables a la hora de mantener una candidatura inviable y permitir que el ahora alcalde Quintero ganase las elecciones.

Como son cálculos políticos que no conciernen a este editorial, nos limitaremos a decir que ante este proceso que es inédito las contrapartes se preparen de la mejor manera posible. Nos sorprendió de manera negativa la presentación que ha hecho el vocero de la revocatoria, Julio Enrique González Villa, quien dedicó gran parte de su discurso en Plaza Mayor para hacer referencias ad hominem sobre Quintero, para luego hablar de las Farc, de Juan Manuel Santos, el proceso de paz y de políticos como César Gaviria, que nada tienen que ver con el desarrollo de la ciudad. 

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Cualquier profesional, conocedor de leyes electorales, sabe que la herramienta de la revocatoria está ceñida sí y solo sí para lo concerniente respecto al desarrollo de un programa de gobierno consignado en la Registraduría previo a elecciones. Luego, el alcalde se posesiona, que radica un plan de desarrollo ante la ciudad y este lo aprueba, modifica o rechaza; con base en esto se tiene que presentar esa revocatoria donde se demuestre que el alcalde está incumpliendo con lo prometido, por lo cual se esperaba que el discurso de los voceros de la revocatoria estuviera centrado en eso, en lo que según ellos ha fallado el alcalde Daniel Quintero como alcalde de Medellín, en lo que no ha hecho, en lo que no ha aceptado obviamente soportado en elementos probatorios, en distintos materiales que le den una estructura no solamente verbal sino argumental a toda la exposición que han hecho.

Esto para el alcalde está servido en bandeja de plata, pues fácilmente él y su equipo de trabajo podrán desvirtuar cada una de estas salidas que ha tenido el movimiento en su contra. Ahora, respecto a la Administración y su defensa: vemos con preocupación que por meternos en otra campaña política se descuiden aspectos fundamentales de la ciudad como la infraestructura vial, el cuidado de la malla vial, la seguridad ciudadana y de los proyectos de gran envergadura que se han establecido. No se pueden presentar dilaciones porque el tiempo apremia, seguimos enfrentando una pandemia, hay una urgencia en cuidar las empresas de la ciudad, que no se pierdan más empleos, en evitar más cuarentenas o toques de queda continuos y absurdos, y que prevalezca el bien común.

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Queremos también hacer un llamado respetuoso al alcalde, la primera dama y todos los funcionarios para que ejerzan la defensa que a bien derecho tienen de una manera respetuosa, amable, con argumentos y sin descuidar las labores de la Administración Municipal. Seguramente, las personas lo reconocerán si lo hacen de esta manera.

Esperamos que la ciudad tenga la capacidad y la inteligencia de mirar este proceso con objetividad, con responsabilidad y sobre todo con equilibrio. Que puedan entender que es un proceso complejo que demanda altura de los ciudadanos y que esperamos realmente que prime la razón, el conocimiento y la verdad. Medellín no puede estar a la merced de intereses políticos, empresariales, ni mucho menos mezquinos.

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