El tráfico más lento urbano se ha convertido en una de las principales preocupaciones de las grandes ciudades del mundo. De acuerdo con el más reciente informe del TomTom Traffic Index, la ciudad colombiana de Barranquilla ocupa el primer lugar global entre las urbes con el tráfico más lento del mundo, con un promedio de 36 minutos y 6 segundos para recorrer tan solo 10 kilómetros en automóvil.
Este preocupante dato posiciona a la capital del Atlántico por encima de metrópolis notoriamente congestionadas como Calcuta y Bangalore (India), Londres (Reino Unido) y Tokio (Japón).
India y Latinoamérica dominan el ranking de la lentitud vial
El listado muestra una fuerte presencia de ciudades indias: Calcuta (34 min 33 seg), Bangalore (34 min 10 seg) y Pune (33 min 22 seg) ocupan el segundo, tercer y cuarto lugar respectivamente, lo que evidencia una crisis sistémica de movilidad urbana en el país asiático.
Londres, reconocida por sus históricos embotellamientos, se ubica en la quinta posición con un promedio de 33 minutos y 17 segundos, seguida muy de cerca por Tokio (33 min 16 seg).
En América Latina, además de Barranquilla, destaca Lima (Perú), que aparece en el séptimo puesto con 33 minutos y 12 segundos. Cerrando el top 8, la ciudad filipina de Dávao registra 32 minutos y 59 segundos.
Barranquilla: ¿Cómo llegó al primer lugar del tráfico más lento?
El caso de Barranquilla es particularmente llamativo, ya que no suele figurar entre las metrópolis más pobladas del mundo. No obstante, su infraestructura vial limitada, el crecimiento urbano acelerado, la falta de un sistema de transporte masivo eficiente y una alta motorización particular contribuyen a esta alarmante cifra.
Además, expertos locales señalan que la falta de sincronización semafórica, el mal estado de muchas vías y la ausencia de controles efectivos de tránsito agravan la situación diariamente.
Por qué es importante: Más allá de la incomodidad que representa estar atrapado en el tráfico, estos tiempos de desplazamiento afectan la productividad laboral, la salud mental y física de los ciudadanos, y aumentan las emisiones contaminantes. La congestión vehicular refleja fallas estructurales en el diseño vial, la gestión del transporte público, y la planificación del crecimiento urbano.
Expertos en movilidad señalan que este tipo de diagnósticos deben ser tomados como una alerta para que las administraciones locales prioricen políticas públicas que fomenten el transporte sostenible, como buses eléctricos, ciclorrutas, metro o tren ligero.
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