La industria de los hidrocarburos en Colombia enfrenta un momento crítico. Según el más reciente Balance Petrolero presentado por la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios de Petróleo, Gas y Energía (Campetrol), la actividad en el sector cayó de forma sustancial durante 2024, lo que podría comprometer la seguridad energética del país si no se toman decisiones estructurales con prontitud.
Campetrol advierte sobre caída en perforación y producción petrolera: retos y soluciones para 2025
Los datos son contundentes: la perforación de pozos exploratorios se redujo en un 33,3 %, pasando de 51 pozos en 2023 a apenas 34 en 2024. La situación es igualmente preocupante en los pozos de desarrollo, que bajaron de 600 a 477, lo que representa una caída del 20,5 %.
Esta contracción también se reflejó en la actividad de los taladros, con un promedio de 107 equipos activos frente a los 127 del año anterior, una disminución del 15,7 %.
Producción en descenso y dependencia creciente del gas importado: La producción promedio de petróleo en Colombia en 2024 fue de 772.700 barriles por día (KBPD), lo que representa una reducción del 0,6 % frente a 2023. En paralelo, la producción de gas comercializado fue de 958,5 millones de pies cúbicos por día (MPCD), una cifra que evidencia una caída del 9,5 % en comparación con el año anterior.
A esto se suma un aumento en la importación de gas, que llegó a 214,1 MPCD, es decir, el 18,3 % del gas que necesitó el país el año pasado tuvo que ser traído del exterior.
Esta creciente dependencia preocupa al gremio, especialmente en un contexto donde el precio del crudo Brent oscila entre los 60 y 70 dólares por barril, una franja que pone en riesgo la viabilidad financiera de nuevos proyectos, así como la continuidad de aquellos que producen crudos pesados con altos costos operativos.
Propuestas para revertir la tendencia: En respuesta a este panorama adverso, Campetrol presentó una serie de propuestas técnicas y contractuales para reactivar el sector. Entre ellas se destacan:
- La modificación del esquema de regalías y del “factor X” en los contratos para incentivar la producción incremental.
- La evaluación de contratos actualmente suspendidos, con el fin de reactivar proyectos y extender su vida útil hasta el límite económico.
- La declaración de los proyectos offshore (en alta mar) como Proyectos de Interés Nacional Estratégicos (PINE), a través de un documento CONPES, lo cual permitiría acelerar su desarrollo y garantizar el abastecimiento futuro de gas natural.
- El fortalecimiento de los factores de recobro en cuencas clave, mediante mejoras tecnológicas y operativas que ayuden a extraer mayores volúmenes de petróleo de los campos existentes.
Preocupación por factores de entorno: Más allá de las cifras productivas, Campetrol expresó su preocupación por los crecientes costos operativos asociados a fenómenos como la extorsión, la intermediación laboral abusiva y los bloqueos territoriales. Estos factores no solo elevan los gastos de operación, sino que afectan directamente la competitividad del sector.
Nelson A. Castañeda Barbour, presidente ejecutivo del gremio, enfatizó que “esta es una propuesta rigurosa, basada en evidencia y orientada a preservar la sostenibilidad técnica y económica del sector.

La pérdida de competitividad por restricciones contractuales, distorsiones en los costos y bloqueos operativos puede acelerar el declive productivo y comprometer la autosuficiencia energética del país en el corto plazo”.
En ese sentido, Campetrol hizo un llamado al Gobierno Nacional, en especial a entidades como la Fiscalía General de la Nación y la Superintendencia de Industria y Comercio, para que se articulen estrategias de acción conjunta que permitan enfrentar estos retos de manera eficaz.
Revisar la inversión social, pero con visión técnica: Otro punto clave planteado por el gremio es la necesidad de reevaluar los esquemas de inversión social que están generando sobrecostos en algunas regiones.
Según Campetrol, muchas veces estas inversiones se traducen en sobredotación de personal y tarifas de servicios locales por fuera del promedio de mercado, lo cual distorsiona la estructura de costos de las compañías.
“Es urgente sincerar la estructura de costos, evaluar el impacto real de las inversiones sociales y alinear los instrumentos de política pública con una visión técnica y de largo plazo”, concluyó Castañeda.
Un llamado al trabajo conjunto: Campetrol reiteró su disposición para trabajar de manera coordinada con el Gobierno Nacional, los entes territoriales y las comunidades, con el fin de recuperar un sector clave para la economía colombiana y garantizar su sostenibilidad técnica, económica y social en el marco de la transición energética.
El gremio agrupa a más de 190 empresas nacionales y extranjeras que prestan servicios en toda la cadena de valor del sector de hidrocarburos. Desde 2020, ha ampliado su campo de acción hacia las compañías energéticas no convencionales, en línea con las tendencias globales de diversificación energética.
Con esta nueva hoja de ruta, Campetrol busca encender las alarmas, pero también entregar soluciones. El futuro energético de Colombia está en juego, y las decisiones que se tomen hoy serán determinantes para la seguridad energética y la estabilidad fiscal en los próximos años.