Las ciencias y su poder transformador: Maloka 25 años

Por: María Cristina Díaz Velásquez, presidente ejecutiva de la Corporación Maloka

Compartir

Abrir un espacio para la reflexión sobre el papel que juegan los museos de ciencias en la sociedad, implica hacerse preguntas alrededor de cómo hacemos para vivir plenamente con nuestro entorno y con los otros. Más aún, frente a los desafíos que los fenómenos sociales nos plantean como grandes oportunidades para ser agentes transformadores en la construcción de futuros más armoniosos y sostenibles.

¿Cómo construir entonces narrativas de futuro frente a las grandes distopías existentes en un entorno diverso y cambiante?, ¿qué lugar tienen las ciencias y los ciudadanos en relación con estas, para generar esas transformaciones que todos añoramos? ¿Qué función tiene el conocimiento y todas sus derivaciones en estas apuestas? 

Las malocas de los pueblos amazónicos son la representación icónica y también la expresión tangible de ese conocimiento que hace posible que la comunidad viva plena consigo y con su entorno. Tal vez, la clave está en reconocer que la conversación con los otros, es la base de la colaboración que requiere una misión tan ardua como tan pertinente: convocar lo mejor del pensamiento y la acción humana para encontrar, de manera creativa, formas para afrontar grandes retos: el fin de la pobreza, la igualdad de género, el cuidado del medio ambiente y la construcción de un mundo más justo y sostenible.

Nuestro centro interactivo de ciencia y tecnología, Maloka con “k”, es un microcosmos de complejidad y aprendizaje. Con casi 7,5 millones de habitantes, la ciudad de Bogotá alberga diversas realidades, desde lo rural hasta lo urbano, con un crecimiento demográfico acelerado debido al fenómeno migratorio venezolano, entre otros. Aquí, se produce el 54,8 % del PIB colombiano, que se combina con altos índices de crecimiento de pobreza multidimensional.

Entonces, ¿cómo abordamos los desafíos en un museo de ciencias, influenciados por la diversidad cultural y creativa de nuestros entornos y los fenómenos socio-científicos y culturales, que desdibujan la naturaleza disciplinar tradicional de los museos?

La respuesta “no” es simple, pero comenzamos por identificar los habilitantes de esas conversaciones difíciles. Reconocemos a los protagonistas de los dolores, trabajamos con sus voces, escuchamos, vinculamos y cocreamos con ellas, para comprender, conocer y reconocer las necesidades de esas transformaciones en sus entornos inmediatos y provocarlas.

Le puede interesar:  Las herramientas de IA generativa más populares en 2024: ChatGPT lidera el mercado

Simultáneamente, cuestionamos las formas tradicionales de abordar contenidos y prácticas museológicas, que, seguramente, nos harán ver menos rigurosos por las posturas más ortodoxas. Hemos decidido embarcarnos en el desarrollo de proyectos de ciencia ciudadana. Este enfoque nos ha llevado a expandir nuestras preocupaciones más allá de las ciencias naturales tradicionales, incorporando las ciencias sociales, las artes y las humanidades en nuestros programas. Aunque esto podría llevar a que se nos perciba como un museo “no lo suficientemente científico”, estamos dispuestos a asumir ese riesgo. Nuestro objetivo es fomentar diálogos más abiertos sobre el concepto de ciencia con diversos miembros de nuestra comunidad.

En nuestros 25 años en Maloka, hemos aprendido que la ciencia, como forma de pensamiento, nos ayuda a entender tanto la naturaleza como la sociedad. Por eso, es crucial facilitar la participación activa de los ciudadanos en la producción y aplicación del conocimiento científico, más allá de la mera recepción de información. 

Esto, llevado a nuestras prácticas, pasa por reconocer las agendas sociales del país y del mundo, migración, desarrollo urbano acelerado, desplazamiento, el perdón, las emociones, para incorporarlas a nuestro qué hacer. Abordar y darle protagonismo a esas narrativas en nuestros espacios como una forma no solo de ser más relevantes, sino de hacer del proceso de desarrollo de una exposición, un proceso educativo en sí mismo.

Ejemplo de esto es nuestro recientemente inaugurado Laboratorio de Ciudad y Cultura Ciudadana (CiuLab), en asociación con el Instituto de Desarrollo Urbano de Bogotá (IDU). Este proyecto nace de la creciente necesidad de involucrar a la ciudadanía en el desarrollo urbano de Bogotá, una ciudad en constante transformación que tiene actualmente más de 550 frentes de obra y pone los nervios crispados de todos sus transeúntes. 

Le puede interesar:  Laura Sarabia: "Infraestructura, energía renovable y tecnología son prioritarios para fomentar la colaboración con el sector privado"

Ejes temáticos en Maloka

Este laboratorio se concibió como una experiencia en constante evolución, en la cual se invita a los visitantes a participar activamente en la creación de conocimiento sobre Bogotá y las dinámicas de desarrollo urbano, a partir de la comprensión sobre las diversas capas que implica ese desarrollo. La creación de CiuLab comenzó con un proceso de cocreación con la ciudadanía, mediante talleres con grupos de adultos y niños en diferentes localidades, que involucró a más de 100 ciudadanos y que consultó a más de 400 habitantes. Como resultado de este proceso, se prototiparon cada uno de los módulos que hacen parte de la exposición y se recogieron los lineamientos que guiarán las actividades educativas. Se definieron tres ejes temáticos que ahora guían la experiencia en el laboratorio: 

  • Convivencia en el espacio público
  • Desarrollo urbano
  • Movilidad sostenible

Cada uno de los ejes anteriores se concreta en una arquitectura de experiencias alrededor de los paisajes urbanos, juegos de roles sobre cómo compartimos con otros en el espacio público, juegos de fichas para construir el barrio soñado, espacios para desarrollar cartografías sobre Bogotá, dispositivos sobre la sostenibilidad y el consumo responsable y huertas urbanas, entre otros.

Creemos en el poder transformador de la ciencia y en su capacidad para impulsar cambios sociales positivos. La ciencia nos permite entendernos a nosotros mismos y afrontar los desafíos de nuestro tiempo. Desde Maloka, seguimos comprometidos con este viaje, fortaleciendo los puentes entre la ciencia y la sociedad, para imaginar y construir futuro.

Este contenido hace parte de la octava edición de Revista 360 que cuenta con la participación de más de 70 invitados de todos los principales sectores económicos, productivos y políticos de Colombia. Ministros, líderes gremiales, líderes en áreas de la construcción, sectores bancarios, logística e infraestructura, telecomunicaciones, gobernantes regionales, analistas, economistas, entre otros.

LEA TAMBIÉN: El problema no es más educación, sino otra educación

Última hora

Le puede interesar

[mc4wp_form id=»74432″]