Ya van tres OPA, mientras se está a la espera de los resultados de la última; en las dos primeras, los Gilinski lograron obtener el 25,25 % de las acciones de Sura y el 27,6 % de las de Nutresa. Con esto, pudieron asegurar dos asientos en las juntas directivas de los grupos.
Por: Redacción 360 Radio
Desde que se dieron las primeras OPA, la del Grupo Nutresa y la del Grupo Sura, han sido muchas las millones de acciones vendidas; casos en donde múltiples especialistas, yendo en sintonía con lo que dictamina la regulación de este tipo de movimientos en el país, predican que lo anterior ha sido de una manera poco ética para quienes fueron los accionistas.
Recordemos también que una OPA, Oferta Pública de Adquisición, es la forma en que aquel interés que tiene una compañía para adquirir las acciones de otra, se puede materializar. Ahora, para que ellas se den hay diferentes formas, por ejemplo, de común acuerdo, o no; pero, Nutresa y la familia Gilinski no logran acuerdo alguno, y es ahí cuando empieza la catalogada como ‘hostil’ venta de los activos.
Es por lo anterior que los Gilinski simplemente pusieron a disposición de la Superintendencia Financiera ese interés de compra, para poder llegar a obtener por lo menos el 50,1% de acciones y pasar a ser el accionista mayoritario de la compañía y todo lo que esto implica. Y, para sintetizar, es un caso que se ve prácticamente duplicado con Sura.
Ahora, al ver cómo los medios de comunicación han dado la información que hay alrededor de esto, vemos que en medio de los asuntos económicos y en la coyuntura de las elecciones, en las partes de opinión o editoriales hay puntos a favor o en contra de uno u otro ente.
Mas es de resaltar que medios como Portafolio, El Espectador, o Valora Analitik; han hecho una cubertura bastante objetiva hacia el lector, donde no dejan ver apreciaciones en pro o en contra de los sucesos.
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Entonces, viendo el panorama anterior, también están las controversias políticas, que parten desde los señalamientos por un lado de Daniel Quintero, alcalde de Medellín, hacía el GEA; o las especulaciones de los lazos que tendría Federico Gutiérrez con el grupo Gilinski.