Es un clamor nacional por parte de toda la sociedad civil, las instituciones, las empresas que nos encontramos en la legalidad y vemos altamente amenazados, nuestros derechos, nuestra libertad y el orden del país.
EDITORIAL
De una manera auténtica, autónoma se libró en las últimas 24 horas una gran cadena de mensajes en las redes sociales, iniciada por el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, en un llamado a recuperar la libertad y el orden, palabras que se plasman en nuestro escudo nacional. En un escudo provecto, desgastado, pero que nos ha dejado esas palabras para recordarlas y exigirlas más que nunca por estos días.
No se trata de un llamado político, no se trata de una discusión estéril ideológica, todo lo contrario, se trata de hacer un llamado al Estado colombiano; hoy en cabeza de Gustavo Petro y luego de sus ministros, del Congreso de la república y también de la rama judicial, para que hagan respetar, si se quiere por primera vez y de una vez por todas, no solo la Constitución, sino, la esencia del Estado que todos hemos tratado de construir.
Hoy se ven violentados distintos artículos de la Constitución política de Colombia, que tristemente, la sociedad colombiana se acostumbró desde hace muchísimos años a convivir y a permitir que se violaran flagrantemente tantos derechos y deberes inculcados en la Carta Magna. No solamente hoy el artículo 296 que reza sobre la conservación del orden público, está siendo ampliamente violado, atacado, dinamitado, sino también todo lo que tiene que ver con las libertades individuales de las personas.
Personas que hoy no tienen la posibilidad de circular libremente por el territorio nacional, personas que están muchas, de ellas, secuestradas en poblaciones que están bajo amenaza de grupos terroristas de grupos ilegales, de grupos criminales.
Los gobernadores y los alcaldes se encontraban hasta hace pocas horas con las manos atadas, por cuenta de los ceses, supuestamente, bilaterales, que nunca lo fueron, con distintos grupos terroristas entre ellos el ELN y el Clan del Golfo. Ninguno de los dos salió bien, ninguno de los dos, jamás se montó a los procesos de paz y mucho menos a los ceses bilaterales.
En lo que concierne el Clan del Golfo, tuvo que arder todo el bajo cauca, el nordeste antioqueño, algunos territorios de Córdoba, de Sucre, para que el gobierno entendiera que estos criminales no están interesados en hacer la paz. No puede haber más videos en donde se muestra al ELN y a las FARC patrullando, disparando contra helicópteros, a supuestas guardias indígenas y campesinas secuestrando policías y degollándolos, estamos ante una toma criminal en cada uno de los departamentos de Colombia.
El presidente Gustavo Petro, quien hoy ostenta, el poder y las facultades que le confieren la primera magistratura de la nación. Tiene como obligación velar por el bienestar, por el cuidado, la integralidad y protección de todos los colombianos. Pero en primer lugar de los colombianos que cumplen la ley, que están en la legalidad, que también necesitan que se le respeten sus derechos.
No puede ser, no se puede seguir permitiendo que los derechos de los criminales y los beneficios para ellos siempre estén por encima de lo que se le da desde el Estado a los ciudadanos de bien.
Como medio de comunicación nos plegamos a este llamado amable y respetuoso pero contundente, con alta exigencia y sobre todo con voz de alarma. Porque no podemos perder a un país, por cuenta de unos criminales tiene que combatirse con toda la capacidad militar, policial, de la armada, de la fuerza aérea, sin descanso; sin tregua, sin vacilación, 24/7, en los mares, en los ríos, en los océanos, en las montañas, en las colinas, en las calles, a nivel informático, a nivel político, a nivel económico, no se les puede dar un solo respiro a los criminales que amenazan con dinamitar a nuestro país.
Lea también: Analistas colocan expectativas de inflación en 13,24% para marzo
