Lo mejor, lo malo y lo peor de 2022…

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Lo mejor, lo malo y lo peor: «Ojo con 2023. Hay que darle el puntillazo final al eterno, ahora que no llena ni un vagón en sus conferencias nacionales y que sus discursos parecen bravuconadas de un anacrónico abuelito…»


Por: Wilmar Vera Zapata

Termina este año, que se fue como un suspiro, y es hora de hablar de lo bueno, lo malo y lo peor que nos dejó este 2022 que, si Dios lo permite, será el primero del periodo de un Gobierno progresista, para dolor de una derecha mínima, que no está a la altura de lo que es ser opositor político.

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Lo mejor, lo malo y lo peor de 2022…

Lo mejor…

  • Primer gobierno de izquierda en el país, con un presidente que ha estado a la altura histórica del momento. Han sido cuatro meses de noticias positivas y esperanzadoras, que si se logran cumplir será la base de la transformación económica y social que hace tanta falta.
  • Una vicepresidenta elegida como una de las mujeres más influenciadoras en el mundo, que además viene de la Colombia profunda, esa que desprecia la derecha colombiana porque no tienen sus haciendas por allá. Y como si fuera poco, una mujer que no es adorno, fantasma ni parásito como la anterior vicepresidenta conservadora.
  • Una apuesta hacia el cierre de la brecha económica por medio de acciones como apoyo económico a jóvenes, reforma tributaria, condonación de deudas en Icetex y más recursos para Familias en Acción, madres cabeza de hogar o jóvenes. La plata a la gente, no a los banqueros como nos acostumbraron.
  • Liderazgo mundial. Sin hablar tonterías como “los siete enanitos” ni la exprimida “economía naranja”, Gustavo Petro ha tocado fibras importantes en el escenario global en torno a los temas de cambio climático, nueva perspectiva en la fracasada lucha contra las drogas y búsqueda de la integración latinoamericana. Hay presidente y hay líder global. ¿Cómo decían? Ah, sí: “duélale a quien le duela”…
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Lo malo…

  • La entrega de puestos importantes a funcionarios que nada tienen que ver con el gobierno progresista y que parece cumplimiento de cuotas burocráticas. No es justo que el Gobierno de Cambio siga con los vicios de siempre y que tanto han criticado.
  • Falta de altura de algunos senadores y funcionarios que olvidaron sus discursos de búsqueda de votos y se acomodaron a lo que tanto criticaron. La ciudadanía no los olvidamos y haremos presión y fiscalización.
  • A nivel internacional, el avance del neofascismo de la derecha en el mundo. No solo en Colombia el partido de la tercera y cuarta letra ha demostrado que ante Petro sonríen y por la espalda difaman y mienten. Lo que pasó en Perú es el sueño erótico de los muy demócratas políticos colombianos, para quienes la democracia es cuando les conviene a ellos.
  • La guerra en Ucrania y Rusia, que muestra el fracaso de la diplomacia y la necesidad de buscar salidas negociadas. El invierno llegó a Europa y sus habitantes han aprendido a sobrevivir con leña y limitaciones de calefacción, desnudando que el Viejo Continente no es independiente ni autónoma, sino que se pliega a las exigencias de EEUU. Rusia ha demostrado que sigue siendo una potencia de segunda, mientras el mundo se acerca al conflicto nuclear. Y el gobierno de Ucrania no es mejor…

Lo peor…

  • Colombia es un país racista, aporofóbico y xenófobo. La persecución e insultos a la vicepresidenta Francia Márquez y las denuncias contra la población migrante venezolana es muestra de esos males generalizados. Necesitamos más humanidad y tolerancia y los medios de comunicación hegemónicos han sido copartícipes de volver jirones el tejido social colombiano.
  • Las denuncias de medios y portales independientes que demuestran que el gobierno anterior, del subpresidente Iván Duque, fue una verdadera caco-cracia de su banda delincuencial que funge de partido, que se suma a su dependencia al narcotráfico. Lo peor, es que sus áulicos consideran que eso es normal y no vale la pena señalar ni criticar. O sea, tapen-tapen.
  •  La falta de candidatos para concejos, asambleas, alcaldías y gobernaciones que sean afines con las políticas de Colombia Humana. Los politiqueros de siempre ya han mostrado los dientes y ahora sí se preocupan por los grandes males locales y regionales, como si ellos mismos no hubieran sido los causantes de los males que nos agobian o los que izaron banderas progresistas y ahora se volvieron defensores de la inocencia e ingenuidad del expresi (dente, diario). Lobos vestidos de progres que por suerte solitos se han develado.
  • Una oposición política que demuestra su mediocridad, como cuando eran gobierno. No dan la talla, son simplistas y son muy gritones. Por ejemplo, en 2023 se espera que por fin se dé la pérdida de investidura del indígena afro derechista, que ha demostrado -como sus copartidarios- ser ignaros de polo a polo.

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    Ojo con 2023. Hay que darle el puntillazo final al eterno, ahora que no llena ni un vagón en sus conferencias nacionales y que sus discursos parecen bravuconadas de un anacrónico abuelito. Ya está de salida su discurso de odio y corrupción. Sus palabras no calan y no tiene sino los medios mendaces que le abren páginas y espacios a sus perturbaciones como altoparlantes. Y con las elecciones hay que demostrarles que son el pasado, un pasado digno de olvidar y de juzgar…
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Feliz Navidad les desea este junta palabras y que en 2023 vivamos sabroso (todos y todas, porque Colombia no le pertenece a un grupo social).

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