Jairo Villabona dejó su cargo como director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) apenas siete meses después de asumir el liderazgo de la entidad. La salida, que según fuentes cercanas al proceso se dio por petición directa del presidente Gustavo Petro, estaría relacionada con el incumplimiento de las metas de recaudo fiscal, una situación que Villabona asegura no fue responsabilidad suya.
Factores detrás de la crisis fiscal y la salida de Jairo Villabona de la DIAN
Villabona atribuyó las cifras fiscales desfavorables a una combinación de proyecciones económicas optimistas y factores externos que afectaron el comportamiento económico de 2023. «La economía de ese año estuvo en un nivel bajo, lo cual impactó directamente el recaudo de 2024», explicó el exfuncionario.

Entre los factores que marcaron el fracaso de las metas, destacó la caída en los precios del carbón, uno de los principales productos de exportación del país, y la implementación de anticipos fiscales en 2023, que habrían agotado gran parte de los recursos que se proyectaban para 2024.
Además, Villabona señaló que se calcularon ingresos por 10 billones de pesos provenientes de litigios fiscales que no se concretaron y se sobreestimaron los efectos de la deducibilidad de regalías tras un fallo de la Corte Constitucional, lo que representó una pérdida de 6 billones de pesos.
¿Qué se espera para el 2025?
Villabona también expresó su preocupación por las proyecciones fiscales para 2025, advirtiendo que el Gobierno podría estar incurriendo nuevamente en el error de sobreestimar los ingresos. Según el exdirector, la meta de gestión adicional planteada para la DIAN está fuera de los márgenes realistas y requiere una revisión urgente.
La polémica de los juegos de azar
Otro tema clave que marcó la salida de Villabona fue la discusión sobre los impuestos a los juegos de azar. El exfuncionario destacó que estas actividades generan cerca de 45 billones de pesos al año en Colombia y lamentó que actualmente no estén gravadas, a pesar de que otros bienes y servicios sí lo están.
«En Colombia, hasta la comida paga impuestos, pero los juegos de azar no. Esto debe cambiar», afirmó Villabona. Sin embargo, aclaró que la DIAN no tiene la facultad de implementar dicho gravamen de manera autónoma, ya que se trata de una decisión que debe pasar por el Congreso mediante una ley.

Villabona también recordó que, durante los debates de la anterior reforma tributaria que no prosperó, esta propuesta encontró resistencia en el Legislativo, con varios senadores de diferentes partidos manifestándose en contra de imponer impuestos a los juegos de azar en línea.
Más allá de las polémicas inmediatas, Villabona enfatizó la necesidad de una reforma tributaria estructural en el país. Según él, el actual sistema fiscal está «agotado» y depende excesivamente de medidas temporales que no garantizan sostenibilidad a largo plazo.
Entre las estrategias que Villabona dejó planteadas para mejorar el control fiscal, destacó la regulación de los pagos en efectivo, una de las principales fuentes de evasión tributaria en Colombia. «Un gran número de transacciones en efectivo, como las realizadas en restaurantes y cirugías estéticas, escapan al control fiscal», señaló.
Uno de los ejemplos mencionados por el exdirector fue el control sobre el alquiler de salas de cirugía, con el objetivo de calcular de manera más precisa los ingresos de los médicos que operan principalmente en efectivo.
La salida de Villabona deja en evidencia los retos estructurales y coyunturales que enfrenta la DIAN en el cumplimiento de sus metas fiscales. Mientras el Gobierno evalúa a un nuevo liderazgo para la entidad, expertos coinciden en que se necesita un enfoque más realista en las proyecciones económicas y una mayor voluntad política para implementar reformas que garanticen un sistema fiscal más equitativo y eficiente.
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