Los tres retos

Las elecciones del 2022 estarán definidas por las coaliciones. Pero hay otros factores que influirán decisivamente.


Por: Rafael Nieto Loaiza

Uno será la calificación de la gestión de Duque. Si la percepción mayoritaria es positiva, saldrá fortalecida la candidatura de la alianza construida alrededor de los partidos que hoy hacen parte del gobierno.

La apreciación de la gestión gubernamental ha sido fluctuante. Castigada con dureza al inicio, ha mejorado con ocasión de la pandemia. Pero la percepción sigue siendo inestable.

Más allá de la evolución histórica, lo que pesará electoralmente será la imagen que se tenga del gobierno en el 22. Y esa percepción dependerá, salvo hechos extraordinarios, de tres grandes temas, la vacunación, la recuperación económica y la seguridad.

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En la medida en que para los ciudadanos el gobierno de Duque es el de la pandemia, si el programa de vacunación funciona bien, mucho habrá alcanzado. Hay un portafolio variado que hace que no haya dependencia de un solo proveedor. Los riesgos son dos: uno, que hubiera demora en iniciar las inoculaciones y fallara la logística. El otro está en la resistencia de sectores importantes de la población a vacunarse. Si no se consigue el volumen suficiente, no se obtendrá la indispensable inmunidad de rebaño. Es clave poner en marcha una campaña pedagógica que aclare mitos, falsedades y riesgos.

Sobre la economía, que sufrió el año pasado su peor año, poco más hay que decir. Lo fundamental es generar tanto empleo y tan rápido como sea posible. Cerramos el 2020 con una tasa de desempleo de 15,9%, 1.296.000 desempleados más que en el 2019, para terminar en 3.816.000. Como en Colombia estar desempleado está directamente relacionado con la pobreza, la mejor política social es la generación de empleo.

Y tiene que tener especial cuidado con la reforma tributaria en ciernes. Es verdad que el déficit fiscal es enorme, también el mayor de la historia, pero antes de castigar con nuevos impuestos o más altas tasas a empresas y ciudadanos, ya muy castigados con la crisis, debe actuar con imaginación y creatividad, emprender una reforma de austeridad y reducción del gasto y hacer un combate más efectivo contra la elusión y la evasión.

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Finalmente, por cuenta de la cuarentena, las cifras de delitos del año pasado son incomparables. Aún así, se percibe un deterioro de la seguridad ciudadana y la tragedia del narcotráfico está ardiendo como nunca. Si no se replantea la estrategia, heredada de Santos y sin cambios, no saldremos adelante.

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