Una reciente modificación en la ‘ley del sodio’, específicamente en el Decreto 2013 de 2020, ha marcado un giro significativo en la regulación de alimentos en Colombia, abriendo oportunidades para la vuelta al mercado de productos anteriormente restringidos. La representante María del Mar Pizarro, del Pacto Histórico, lideró estas reformas en colaboración con el Ministerio de Salud y Protección Social, y la sociedad civil.
La reforma inicial, implementada en noviembre de 2020, tenía como objetivo restringir más de 50 alimentos con altos niveles de sodio para desincentivar el consumo excesivo de este mineral. No obstante, uno de los cambios más notorios, efectivo desde el 6 de diciembre, excluye al sector gastronómico de las restricciones.
¿Cuál era el impacto negativo de la ‘ley de sodio’ en el sector gastronómico colombiano?
La representante María del Mar Pizarro compartió sus inquietudes en un medio de comunicación, destacando el impacto negativo que la ‘ley del sodio’ tenía en los restaurantes, especialmente en las pequeñas y medianas empresas. «El 8 % de los restaurantes en Colombia, que además son Pymes, son restaurantes asiáticos, peruanos, mexicanos y también franceses (…). También empezaron a existir copias de los productos sin ningún tipo de revisión», expresó.
La modificación incluye una excepción para el gremio de los restauranteros, permitiéndoles nuevamente ofrecer productos como la salsa de soya y algunas mostazas sin restricciones. La representante subrayó la importancia de equilibrar la libertad de elección de los ciudadanos con la responsabilidad del Gobierno en el cuidado de la salud pública.
María del Mar Pizarro resaltó que la excepción beneficiará directamente a los restaurantes de sushi, permitiéndoles usar la salsa de soya, y amplió los márgenes de sodio para ciertos ingredientes. «La mostaza se amplió de 817 gramos de sodio a 1.622, esto hace que muchos supermercados ya vendan esos productos», señaló.
Esta excepción no solo alivia las restricciones para el gremio de los restauranteros, sino que también facilitará la comercialización de productos como la salsa de soya y ciertas mostazas, contribuyendo a mitigar la crisis que enfrentaban estos empresarios. La modificación busca un equilibrio entre la regulación de alimentos y la preservación del sector gastronómico en Colombia.
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