Las exportaciones de oro colombiano viven uno de sus mejores momentos gracias a un precio internacional que superó los US$3.500 por onza en abril de 2025. Pero este buen momento se vería afectado por un nuevo impuesto frenaría al sector.
Según advirtió la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex) el Gobierno plantea elevar la retención en la fuente sobre las compras del metal de 1 % a 2,5 %, medida que gremios y analistas temen que detenga la bonanza y empuje el mineral hacia la informalidad.
¿Por qué subir el impuesto a las exportaciones de oro colombiano?

El borrador de decreto del Ministerio de Hacienda grava con 2,5 % las compras de oro realizadas por las Sociedades de Comercialización Internacional (C.I.), frente al 1 % fijado desde 2016 en el artículo 1.2.4.6.9 del Decreto 1625. Además, introduce una autorretención del 4,5 % para la extracción (código CIIU 0722), de modo que el minero formal cargaría con un 11 % en total entre regalías y retenciones.
Analdex advierte que este salto fiscal está “en el límite de la viabilidad” y desincentivaría la venta legal de la pequeña minería, responsable de cerca de 40 toneladas anuales de producción. El gremio recuerda que organismos internacionales sugieren que la carga total no supere el 5 % para no perder competitividad frente a canales ilícitos.
Mercado aurífero: precios récord y dependencia de divisas
El oro no solo escaló a máximos históricos de US$3.500 por onza, con una subida del 30 % en lo que va de 2025; también se consolidó como tercer renglón exportador del país. En 2024 Colombia despachó 67 toneladas por US$3.907 millones y, solo entre enero y febrero de 2025, las exportaciones de oro colombiano sumaron US$649 millones, 31,6 % más que un año antes. Esas divisas llegan en un momento clave de desaceleración petrolera y presión sobre las finanzas públicas.
La Agencia Nacional de Minería estima que 50 % de los embarques salen a través de C.I. que compran oro a mineros artesanales y garantizan trazabilidad. Su margen operativo ronda el 1,5 %, por lo que absorber un tributo adicional del 1,5 % “haría inviables muchas operaciones”, según el presidente de Gold by Gold, Patrick Schein.
Efectos colaterales: informalidad y seguridad
Con una carga percibida del 11 %, hasta el 90 % del oro de la minería artesanal podría desviarse al contrabando, calcula Analdex. El fenómeno ya financia a disidencias y bandas que controlan enclaves mineros en el Pacífico y la Amazonia, donde la disputa por el metal se ha vuelto un factor de conflicto armado. Reportes de la UIAF subrayan que el oro es uno de los principales vehículos de lavado de activos en Colombia y exige monitoreo constante de operaciones sospechosas.
Al retraerse la cadena formal, el Estado perdería visibilidad sobre prácticas ambientales y laborales. Expertos de la Fundación Alianza por la Minería Responsable alertan de que la informalidad elimina incentivos para el uso de tecnología limpia y para la bancarización de los pequeños productores.
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Impacto fiscal y reacciones del sector del oro colombiano
El Ministerio de Hacienda busca aumentar el recaudo tributario, pero los cálculos gremiales muestran lo contrario. Con el esquema actual (carga efectiva 5 %), el fisco recibe unos US$225 millones al año; si la formalidad cayera al 10 % bajo el nuevo tributo, el ingreso bajaría a unos US$50 millones. Bastaría que 55 % de la producción artesanal migre a la ilegalidad para anular por completo la ganancia potencial.
Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, afirma que el ajuste “significa menos formalidad, menor recaudo y mayor inseguridad”. Las C.I. piden al Gobierno abrir una mesa técnica que evalúe el efecto combinado de regalías y retenciones sobre las exportaciones de oro colombiano. De no revisarse, temen que el país desaproveche la coyuntura histórica de precios altos y pierda liderazgo regional.
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