El programa de obras por impuestos se ha consolidado como una herramienta clave para el desarrollo regional en Colombia. Este esquema, que permite a las empresas privadas cumplir con parte de sus obligaciones tributarias mediante la ejecución directa de proyectos sociales y de infraestructura, ha permitido la realización de 410 iniciativas en zonas afectadas por el conflicto armado, con una inversión cercana a los $3 billones.
Desafíos y Oportunidades para el Programa de Obras por Impuestos en Colombia en 2024
Este esfuerzo conjunto entre el Estado y el sector privado, alrededor de siete millones de colombianos en 264 municipios se han beneficiado de mejoras en educación, saneamiento básico, tecnología y vías.
Entre 2018 y 2021, el cupo presupuestal para este programa se mantuvo en $250.000 millones anuales. Sin embargo, en los últimos años, el Gobierno ha aumentado significativamente los recursos destinados a esta estrategia, alcanzando $500.000 millones en 2022, $800.000 millones en 2023 y un histórico $1 billón en 2024. Este incremento refleja la prioridad que la administración del presidente Gustavo Petro ha otorgado a las iniciativas sociales y de desarrollo territorial.
Pese al éxito del programa, el futuro de las obras por impuestos podría verse comprometido por la incertidumbre fiscal que enfrenta la Nación. La sostenibilidad de esta estrategia depende en gran medida de la aprobación de la ley de financiamiento que actualmente se debate en el Congreso.
Este proyecto busca asegurar $12 billones para el Presupuesto General de 2025, pero enfrenta un panorama complejo debido a los ajustes fiscales necesarios para mantener el equilibrio de las finanzas públicas.
Uno de los posibles escenarios es que la ley de financiamiento no sea aprobada, lo que obligaría a recortar gastos, incluyendo el presupuesto asignado a obras por impuestos. Aunque el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha mencionado la posibilidad de congelar algunos rubros, existe el riesgo de que se opte por recortes definitivos para evitar presiones fiscales a futuro.
Otra situación preocupante es la acumulación de proyectos no ejecutados de vigencias anteriores, que podrían trasladarse a 2025, limitando aún más los recursos disponibles.
A diferencia de otros programas, las obras por impuestos han demostrado ser altamente eficientes en la ejecución de recursos. En 2023, el programa utilizó el 90% del presupuesto asignado y se espera que cierre con una ejecución cercana al 98%, similar a años anteriores. Esto subraya la capacidad del esquema para movilizar recursos y generar impactos positivos en las comunidades beneficiadas.
La definición del futuro del programa recaerá en el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), donde las diferentes entidades gubernamentales presentarán sus balances y aspiraciones presupuestales. Los defensores del esquema buscarán garantizar que el cupo de $1 billón se mantenga o, idealmente, aumente para continuar impulsando el desarrollo regional.
Antioquia, Tolima y Arauca lideran en la implementación de proyectos, con 56, 58 y 26 iniciativas respectivamente. En 2024, más de 100 empresas participaron en 80 proyectos, y se espera cerrar el año con 117 proyectos y $900.000 millones invertidos. Estos logros refuerzan el papel fundamental de las obras por impuestos en el desarrollo territorial y la construcción de paz.
El programa de obras por impuestos ha demostrado ser una herramienta eficaz para abordar las necesidades de las comunidades más vulnerables del país. No obstante, su continuidad y crecimiento dependen de decisiones políticas y fiscales que se tomarán en los próximos meses.
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