Ojalá me equivoque

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Ojalá que el gobierno de Petro sea un éxito total y el éxtasis que tenía tanta gente no sea contraproducente.


Por: Rafael Torres

Para bien o para mal el domingo fue un día histórico en nuestro país. Por más de que para casi la mitad del país es el comienzo de un periodo negro en la historia de Colombia y para más de la mitad es el comienzo de un periodo de cambio y esperanza, es difícil decir que esta elección no es de las más importantes en la historia de Colombia.

Fuimos muchos los que creímos que Rodolfo Hernández podía dar el batacazo, sin embargo, parece que Petro sacó la experiencia de llevar más de diez años haciendo campañas presidenciales y sacó gente a votar que no había votado en primera vuelta.

Aunque realmente espero estar equivocado creo que el panorama que se viene con Petro presidente es bastante oscuro. Lo que más me preocupa es la falta de oposición que tiene para gobernar.

Una gran diferencia entre el congreso colombiano y el congreso de países como Estados Unidos es su función en el control político. En Colombia nuestros congresistas tienen la concepción de que para ser buenos congresistas hay que avanzar muchos proyectos de ley.

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Por otro lado, en Estados Unidos la principal función de los congresistas es hacer control político, el cual es esencial para el equilibrio de poderes de un estado. Cuando los congresistas salen a hacer campaña para ser reelegidos en Colombia siempre anuncian sus proyectos de ley como sus grandes logros.

En Estados Unidos los congresistas prefieren hacer campaña con sus intervenciones haciendo oposición al gobierno de turno.  En Colombia al tener un congreso sumamente clientelista corremos el riesgo de que Petro pueda pasar cualquier política que se le ocurra sin tener mayor contrapeso por parte del congreso.

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Por otro lado, en Colombia contamos con una corte constitucional sumamente progresista. Es difícil imaginarse que la corte le presente algún tipo de oposición a Petro teniendo en cuenta que últimamente ha mostrado ser una institución sumamente progresista en sus fallos.


Por más que Petro decida hacer cosas en contra del estado de derecho o de la economía de libre mercado, es muy poco probable que una corte tan progresista como la que tenemos le presente algún tipo de oposición. A pesar de que hay mucha gente que está de acuerdo con las políticas de Petro, el gran problema es que un gobierno con políticas tan ambiciosas no va a tener ningún contrapeso lo cual pone en peligro la estabilidad de nuestro país.

Ojalá me equivoque pero creo que un gobierno de Petro tiene la nefasta combinación de tener políticas que han fracasado siempre que se aplicaron además de tener muy poca oposición para frenarlas.

Uno de los mejores escritores de ficción del siglo XX es Milan Kundera. En su libro “La Insoportable levedad del ser” Kundera contrasta la actitud de los miembros del partido comunista con la historia de Edipo Rey.  Edipo se quitó los ojos por haber matado a su Padre y haberse casado con su Madre aun sin este saber lo que estaba haciendo.

Por otro lado, los miembros del partido comunista decían que nunca se imaginaron que las políticas que apoyaron iban a terminar en el desastre en el que terminaron para sacarse la responsabilidad que representaba haber apoyado una ideología política que acabó con la vida de miles de personas.

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El gran problema con prometer utopías es que justifican cualquier cosa que haya que hacer para alcanzarlas. Da la impresión que aquellos que apoyan el cambio que promete, Pero, poco les importa que el tipo se haya unido con políticos corruptos tradicionales a los que tanto crítico para lograr ser elegido.

Da la impresión que poco les importa la manera en cómo periodistas supuestamente independientes anuncian su apoyo a Petro y sin que se les mueva un pelo dejan de ser periodistas y pasan a ser activistas sin ninguna objetividad.  Cuando se prometen cosas tan grandes como cambiar radicalmente un país en cuatro años da la impresión que cualquier cosa es justificable para poder lograrlo.

Ojalá que el gobierno de Petro sea un éxito total y el éxtasis que tenía tanta gente no sea contraproducente. Ojalá que la ingenuidad con la que tanta gente promete que por fin llegó el cambio a Colombia no termine en un completo desastre y ojalá nunca les toque arrepentirse de haber apoyado con fanatismo con el que lo hicieron.

Pocas cosas me pondría tan contento como equivocarme y que los próximos cuatro años sean de prosperidad y abundancia.  Ojalá que Petro y todos los integrantes del Pacto Histórico hagan lo posible por hacer un país más justo. Casi siempre aquellos que prometen grandes cambios terminan en situaciones mucho peores que aquella que querían cambiar. Ojalá nunca tengamos nostalgia de los años de Iván Duque y ojalá yo esté muy equivocado.

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