Por: Amylkar Acosta
De la ley del talión, ojo por ojo, sólo se puede esperar, según Mahatma Gandhi, que el mundo acabará ciego. Ante el empecinamiento del Presidente Trump de imponer su omnímoda voluntad al resto del mundo, este le está respondiendo con la misma moneda. La retaliación de los países afectados está al orden del día. Y no es para menos, toda vez que EEUU en lugar de acudir a la OMC y plantear allí su querella sobre la supuesta transgresión de sus normas, ha recurrido a las vías de hecho, al imponer unilateralmente aranceles proteccionistas a sus importaciones. Para justificarse, EEUU apela a la cláusula de seguridad nacional y alega que por ello mismo su arrogante proceder no es impugnable ante el tribunal de Justicia de la OMC. Pero este subterfugio no tiene asidero en las causales previstas por la OMC para invocarla.
La reacción de los países afectados por las trabas impuestas por EEUU para el acceso a su mercado doméstico no se hizo esperar, uno tras otro tomaron medidas compensatorias inmediatas, amparándose para ello en las normas de la OMC que las contempla, en respuesta a las salvaguardias arancelarias decretadas por el camorrista de Trump.
Uno de los primeros en reaccionar, en medio de su renegociación del TLCAN forzada por Trump fue México. En un lacónico, pero contundente pronunciamiento el Gobierno mexicano anunció que “impondrá medidas equivalentes a diversos productos como aceros planos, lámparas, piernas y paletas de cerdo, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas arándanos, diversos quesos, entre otros (…) Esta medida estará vigente hasta tanto el Gobierno estadounidense no elimine los aranceles impuestos”. Luego las hizo extensivas a las importaciones de soya y concentrados para animales de origen estadounidense, renglones estos que son tan sensibles para los granjeros, particularmente en los estados de Iowa, Wisconsin, Missouri o Indiana, fortines electorales de Trump.
El Gobierno de Justin Trudeau no se quedó atrás y dijo que Canadá responderá con la misma moneda, “el gobierno estadounidense tomó una decisión que deploramos y obviamente va a llevar a medidas de represalia, como debe ser”. Y dejó claramente establecido que “los canadienses somos amables y razonables, pero no nos vamos a dejar avasallar”. Trudeau añadió que “espera que algún momento prevalezca el sentido común…Desafortunadamente, las medidas tomadas hoy por el Gobierno estadounidense no parecen avanzar en esa dirección”.
Jean –Claude Juncker, Presidente de la Comisión Europea, dijo sin rodeos que la decisión de Trump “va contra toda lógica e historia”. Y fue más lejos al decir que “es un mal día para el comercio mundial…La UE no puede quedarse sin reaccionar…EEUU nos deja ahora sin otra opción que proceder con un caso de solución de controversias en la OMC y con la imposición de aranceles adicionales a una serie de importaciones desde EEUU. Defenderemos los intereses de la Unión, cumpliendo a rajatabla con la Ley comercial internacional”.
Por su parte portavoz del Ministerio de Exteriores de China Geng Shuang fue tajante al afirmar que “cualquier intento de poner a China de rodillas con amenazas e intimidaciones nunca tendrá éxito. Tampoco tendrá éxito esta vez”. Ello, en respuesta a la amenaza proferida por Trump. El gigante asiático no vaciló al momento de responder a la provocación y anunció la aplicación de un arancel adicional de 25% a partir del próximo 6 de julio a 545 productos estadounidenses. Es claro, entonces, que la estrategia extorsiva de Trump no le está funcionando como él lo esperaba.
Y, tristemente, Colombia, que se precia de ser el aliado estratégico de los EEUU, no se libró de la injusta medida; hasta última hora el Gobierno estuvo esperanzado de su exclusión de la lista de 28 naciones que tendrán que pagar los nuevos aranceles. En concepto de Bruce Mac Master, Presidente de la ANDI, “tan sólo por la restricción que tendría China, habría 12.5 millones de toneladas que buscarían como fuera un nuevo destino como Colombia. Esa cantidad de acero es más de 6.6 veces la producción nacional, por lo que si llega, afectaría en gran medida al sector metalmecánico”. EEUU no sólo no excluyó a Colombia de esa lista sino que la incluyó en la lista negra de “observación prioritaria” en materia de propiedad intelectual, que lleva la Oficina del Representante de Comercio de los EEUU (USTR, por sus siglas en inglés), por supuesto incumplimiento. Ante la sordera de Trump a sus rogativas al Gobierno le tocó ponerse serio y fue así como la Ministra de Comercio María Lorena se vio precisada a manifestar que “nos vamos a hacer terceros en los procesos que están adelantando otros países como la UE y México en ese organismo multilateral”, refiriéndose a la OMC. También anunció que el tema se llevaría a la Comisión administradora del TLC firmado por los dos países, habida cuenta que los aranceles impuestos a las importaciones desde Colombia del acero y el aluminio lo transgreden.