Países de ingresos bajos y altos tienen la mayor participación femenina en el empleo: ¿por qué?

Según la OIT, las mujeres tienen más probabilidades de trabajar en países con ingresos muy bajos o muy altos, mientras que los de ingresos medios presentan tasas más bajas. ¿Cuáles son las razones detrás de esta tendencia?

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La tasa de participación femenina en el empleo es un indicador crucial para medir la inclusión económica y social de las mujeres en diferentes regiones del mundo. Según las proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para 2025, las mujeres tienen más probabilidades de trabajar en países con ingresos extremos: tanto en los de ingresos muy bajos como en los de ingresos muy altos.

Por otro lado, los países de ingresos medios presentan tasas de participación significativamente más bajas. Este artículo analiza los factores detrás de esta tendencia y el impacto de la participación femenina en la fuerza laboral a nivel global.

Panorama general: La tasa de participación femenina en la fuerza laboral se define como el porcentaje de mujeres en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) que están empleadas o buscando activamente empleo. Las cifras de 2025, basadas en estimaciones de la OIT, revelan patrones notables en países con diferentes niveles de ingresos.

En países de bajos ingresos, las mujeres suelen estar involucradas en la agricultura de subsistencia, donde su trabajo es esencial para la supervivencia. Esta realidad explica por qué la participación femenina en la fuerza laboral en países como Madagascar (84%) y Corea del Norte (87%) es tan alta. Aunque estos países tienen economías limitadas, la necesidad de mano de obra femenina en el sector agrícola impulsa la participación de las mujeres.

Países de ingresos bajos y altos tienen la mayor participación femenina en el empleo: ¿por qué?

Por otro lado, los países de altos ingresos como Islandia (84%) y los Países Bajos (82%) también muestran altas tasas de participación femenina, gracias a las políticas públicas inclusivas, el acceso a educación de calidad, y el sistema de cuidado infantil. En estos países, las mujeres tienen mayores oportunidades para ingresar al mercado laboral debido a una economía basada en servicios y a una cultura laboral que favorece la igualdad de género.

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Sin embargo, la situación es diferente en muchos países de ingresos medios, como Nepal (30%) y Egipto (16%), donde las normas sociales y las expectativas culturales limitan el acceso de las mujeres al mercado laboral. En estas economías, se espera que las mujeres prioricen sus responsabilidades familiares y domésticas sobre sus carreras profesionales, lo que reduce su participación activa en el empleo.

Tendencias globales en la participación femenina en el empleo

El caso de Nepal es representativo de cómo los países de ingresos medios, a pesar de tener una economía diversificada, enfrentan barreras socioculturales que afectan la capacidad de las mujeres para ingresar a la fuerza laboral. Mientras tanto, en países como Egipto, la presión social para que las mujeres se concentren en la familia en lugar de en su carrera se traduce en una de las tasas de participación más bajas a nivel mundial.

Países de ingresos bajos y altos tienen la mayor participación femenina en el empleo: ¿por qué?

Por qué es importante: El seguimiento de la tasa de participación femenina en la fuerza laboral es fundamental no solo para evaluar el progreso económico de un país, sino también para medir el grado de igualdad de género en la sociedad. Los países que han logrado mejorar la inclusión laboral femenina tienden a ser más prósperos, ya que aprovechan mejor el potencial económico de las mujeres, promoviendo su acceso a empleos remunerados y contribuyendo al crecimiento económico.

En los países con alta participación femenina, especialmente en los de altos ingresos, las mujeres disfrutan de mejores condiciones laborales, más oportunidades educativas y una mayor capacidad para combinar sus responsabilidades familiares con sus carreras. Esto refleja un entorno de igualdad de género que favorece tanto el bienestar social como el desarrollo económico.

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Países de ingresos bajos y altos tienen la mayor participación femenina en el empleo: ¿por qué?

Por otro lado, los países de ingresos medios aún enfrentan retos significativos relacionados con barreras estructurales y normas sociales que limitan la participación de las mujeres en el mercado laboral. Para lograr una mayor inclusión económica, estos países deben promover políticas laborales que empoderen a las mujeres y eliminen los obstáculos culturales que las excluyen del trabajo remunerado.

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