En los últimos años, el uso de tarjeta de crédito ha sido un indicador clave del grado de inclusión financiera en diferentes países. Este instrumento permite a los consumidores acceder a créditos inmediatos para financiar compras, lo que, además, fomenta el desarrollo de las economías nacionales.
Mientras que en muchos países del mundo las tarjetas de crédito están firmemente establecidas como parte del sistema financiero, la situación en Colombia muestra una realidad diferente que refleja tanto avances como desafíos persistentes.
A nivel mundial, países como Canadá, Israel e Islandia lideran el uso de tarjetas de crédito, con un porcentaje de la población que las utiliza cercano al 80%. En estos países, las tarjetas de crédito son una herramienta de pago habitual para los consumidores, facilitando no solo la compra de productos y servicios, sino también la gestión de finanzas personales a través de sistemas bancarios robustos y bien establecidos.
En contraste, en países como Colombia, el panorama es menos optimista. De acuerdo con los datos más recientes, solo el 13.2% de la población colombiana utiliza una tarjeta de crédito, lo que coloca al país en uno de los últimos lugares a nivel global. Esto se debe a una serie de factores que incluyen tanto la accesibilidad al crédito como las limitaciones económicas y sociales que enfrentan muchos colombianos.
Factores que influyen en el uso de tarjeta de crédito en Colombia
Uno de los factores determinantes para el bajo porcentaje de uso de tarjetas de crédito en Colombia es la baja bancarización. A pesar de los esfuerzos para aumentar la inclusión financiera en el país, una gran parte de la población sigue estando fuera del sistema bancario formal. Según datos del Global Findex 2021, la propiedad de cuentas bancarias ha aumentado en todo el mundo, especialmente en países en desarrollo, pero en Colombia, muchos aún dependen de métodos de pago alternativos, como el efectivo, y tienen pocas opciones de acceso a productos financieros.
El acceso limitado a crédito formal, combinado con la falta de educación financiera, ha dificultado que muchas personas en Colombia puedan acceder a productos financieros como las tarjetas de crédito. A pesar de que los últimos años han visto mejoras en la adopción de métodos de pago digitales, las tarjetas de crédito siguen siendo una herramienta poco utilizada por gran parte de la población.
A nivel económico, el bajo uso de tarjetas de crédito en Colombia limita las oportunidades de desarrollo tanto para los consumidores como para las empresas. Para los consumidores, la tarjeta de crédito no solo es una herramienta de pago, sino también una vía para acceder a crédito y mejorar el historial financiero, lo que puede facilitar el acceso a otros productos financieros, como préstamos personales o hipotecas. Sin embargo, la falta de uso de este instrumento de crédito restringe el crecimiento de la clase media y limita las oportunidades de consumo y ahorro.
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Desde el punto de vista empresarial, el uso de tarjetas de crédito facilita las transacciones comerciales y fomenta la circulación de dinero dentro de la economía. Esto contribuye a un sistema financiero más dinámico, donde las empresas pueden expandir sus operaciones mediante la aceptación de pagos electrónicos y el acceso a líneas de crédito para financiar su crecimiento.
¿Qué se puede hacer para mejorar el uso de la tarjeta de crédito en Colombia?
Existen varias iniciativas que podrían aumentar el uso de tarjetas de crédito en Colombia. Una de ellas es la promoción de la educación financiera, especialmente entre los jóvenes y las personas que aún no tienen acceso a servicios bancarios formales. A través de campañas educativas, el país podría fomentar una mayor comprensión de los beneficios que ofrece el uso de tarjetas de crédito y cómo utilizarlas de manera responsable.
Además, las entidades financieras podrían trabajar en la simplificación de los procesos de solicitud de tarjetas, así como en la ampliación de los productos de crédito que ofrezcan a los colombianos. En este sentido, iniciativas como el crédito digital y la inclusión de servicios financieros a través de plataformas móviles son pasos importantes hacia la democratización del acceso a crédito.
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