El papel de los medios: autorreflexión, libertades y control 

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Es válido que se planteen ejercicios de doble vía, en cuanto a revisión y análisis permanente, si se quiere, escrutado públicamente por parte de los medios de comunicación, en su ejercicio de cubrir el gobierno. En el otro lado, lo mínimo, por no decir único, que debería primar, es el respeto, la protección y la no inducción al odio.

EDITORIAL

A veces los políticos, claramente son inferiores a los retos para los cuales son escogidos, por ahí dicen que el primer acto de corrupción que comete un político es cuando se postula a un cargo, el cual, no tiene las capacidades de ejercer o cuando es elegido, para una función que claramente no sabe cómo realizarla.

Y es que los mandatarios a veces no comprenden, el poder que les revisten, cuando son elegidos y lo que eso implica, lo que ellos pueden llegar a transmitir, lo que pueden promover, con sus palabras, con sus discursos, con sus cuestionamientos, ataques y hasta un me gusta en una red social.

Existen, como en el deporte los Hooligans, grupos rabiosos de fanáticos que están dispuestos a hacer lo que sea por complacer a su Mesías, por defenderlos, por luchar contra lo que fuese, solo por el hecho de creer o pensar que tienen la razón y que nadie les cuestionará; porque a través del miedo, de la amenaza, las opiniones, las críticas y los análisis, cesarán.

Ahora bien, el papel de los medios de comunicación tiene que estar apegado, inexorablemente, a la línea de la verdad y es que hablar de verdad en estos tiempos, puede ser casi que una utopía, una palabra muy prostituida; en el mundo se han librado guerras, buscando la verdad y se han asesinado personas en el intento de adueñarse de una verdad, de un relato.

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De tal manera que ya es un reto muy exigente y difícil para los medios, cubrir la verdad y es que la verdad es molesta, la verdad no apetece, la verdad es incómoda, es cruel, es muy cruda y por lo general y sobre todo en Colombia, tenemos una sociedad altamente hipócrita, que le gusta más la verdad adornada que la verdad tal cual es, en cada una de sus fibras, cada una de su composición, sin adornos, sin aceites, sin olores, sin ninguna distracción.

De manera que no es quedarse esperando los boletines de los gobiernos, no es someterse a las entrevistas libreteadas, a las preguntas anticipadas, ese no es el periodismo; el periodismo tampoco puede caer en esa relación tan perversa de la sumisión y la autocensura por cuenta del recurso público, que financia la actividad del medio. 

Qué importante es que la relación siempre entre gobierno y medios de comunicación no solo sea respetuosa, que es ese marco decente que todos conocemos, sino que sea una relación que realmente busque mejorar la democracia y crear informaciones, que construyan país, que promuevan los los movimientos sociales en cada uno de los frentes y en los territorios, para que el gobierno tenga más y mejor información y en doble vía los ciudadanos entiendan qué hace el gobierno, dónde lo hace, cómo lo hace y con quién lo hace.

Tememos que en Colombia no habrá esa posibilidad en estos tres años restantes del gobierno de Gustavo Petro, creemos que no hay confianza, que no hay la capacidad de mirarse a los ojos, los unos a los otros, hay temores; el presidente ha cometido muchos errores, los medios también han cometido errores y pareciera muy imposible, hacer un alto en el camino en donde ambos digan paremos, cambiemos esta forma e iniciamos. Parecería irónico hacer la paz con una guerrilla como el ELN llena de bandoleros, terroristas, delincuentes y no hacerlas con los medios de comunicación.

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El gobierno tiene que garantizar la protección, la integridad física de todos los periodistas en Colombia, tiene que proteger y dar garantías en la estabilidad jurídica a los medios de comunicación y los medios, tienen que proteger la institucionalidad, la democracia, siempre escuchar las dos versiones, contar las dos versiones, contrastar, exigir, depurar, solicitar, datos relevancia, documentos, soportes. Y siguiendo esta línea, en medio de un entendimiento de la verdad, de esa verdad tan apetecida, pues, no debería haber problemas, no deberían existir conflictos y es por lo que desde esta orilla, ahogamos en este momento de tensión entre el ejecutivo y los medios de comunicación.

Por último, quisiéramos dejar una pregunta sobre la mesa, una pregunta no provocativa, apegada a esa verdad que mencionamos, cuando los medios de comunicación regionales, nacionales e internacionales de una línea variopinta, plural, editorial, contrastable, que se puede constatar desde todas las visiones todas las miradas, todos los colores, se ponen de acuerdo para hablar de un gobierno, cuestionarlo, exigirle y preguntarle ¿el problema es el periodismo, los medios de comunicación O es que el gobierno realmente está cometiendo errores y no los quiere ver?.

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