El precio del dólar en Colombia retomó la senda alcista y volvió a rondar los $4.200 al cierre del 31 de julio de 2025, tras haber iniciado el mes cerca de $4.070 y registrado un mínimo de $3.974 una semana después.
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La rápida depreciación del peso sorprende porque se da luego de varios meses de apreciación y ocurre en un contexto de tasas internas estables, volatilidad externa y nuevos focos de incertidumbre macroeconómica.
Repunte reciente y contexto de mercado del dólar en Colombia
Entre el 7 y el 31 de julio la divisa ganó más de $200, un salto de 5,1 % que borró en tres semanas la calma cambiaria de mediados de año.
Aunque el peso aún conserva una apreciación cercana al 10 % en lo corrido de 2025, amenazas externas y la percepción de mayor riesgo local presionan nuevamente el precio del dólar en Colombia.
El Banco de la República mantuvo su tasa de política en 9,25 % en la reunión de julio, apostando a que la inflación seguirá bajando, pero reconociendo riesgos de volatilidad financiera.
Esa decisión dejó a Colombia con el diferencial de tasas reales más alto de la región, pero no bastó para frenar la demanda de dólares.
En paralelo, la Reserva Federal estadounidense mantuvo su rango objetivo entre 4,25 % y 4,5 % y reiteró su enfoque restrictivo para contener la inflación interna. La combinación de tasas altas en EE. UU. y mensajes prudentes sobre futuros recortes sostiene al billete verde a nivel global, lo que impacta inevitablemente al mercado colombiano.
Factores externos que impulsan el precio del dólar en Colombia
1. Fortaleza global del dólar
El índice DXY, que mide el desempeño del dólar frente a seis monedas fuertes, rebotó desde los 97 puntos de finales de junio hacia los 100 puntos a mediados de julio, reflejando la búsqueda de refugio ante temores de menor crecimiento mundial.
La aversión al riesgo se intensificó tras las nuevas tensiones comerciales entre Washington y Pekín y los efectos inflacionarios de los aranceles. En consecuencia, inversionistas reequilibraron portafolios hacia activos denominados en dólares, elevando el precio del dólar en Colombia pese al alto carry que ofrece la tasa local.
2. Menores precios del petróleo
El Brent cayó de un promedio de US$79 en enero a cerca de US$71 en julio, tocando mínimos de US$69,6 el 16 de julio. Para Colombia —exportador neto de crudo— ese descenso reduce la oferta de divisas y deteriora los ingresos fiscales ligados a la renta petrolera.
Cada retroceso de US$1 en el Brent se traduce en aproximadamente US$120 millones menos de divisas anuales, según cálculos del Ministerio de Hacienda, por lo que la menor cotización del crudo resta soporte al peso.
3. Perspectiva crediticia y riesgo país
En marzo Fitch Ratings ratificó la calificación ‘BB+’ de Colombia pero rebajó su perspectiva de estable a negativa, aludiendo al mayor déficit fiscal y la lenta consolidación de las finanzas públicas.
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El cambio elevó la prima de riesgo: el EMBI colombiano se ubicó en 344 puntos básicos a finales de mayo, 60 puntos por encima del inicio de año. Con bonos más riesgosos, los inversionistas demandan mayor rentabilidad o buscan refugio en la divisa estadounidense, presionando al alza el tipo de cambio.
Variables internas que explican la depreciación

1. Déficit externo aún elevado
La cuenta corriente volvió a ampliarse en el primer trimestre de 2025 hasta US$2.290 millones (2,2 % del PIB), principalmente por un mayor déficit comercial. Esta brecha debe financiarse con inversión o deuda externa; cuando las condiciones financieras se endurecen, la moneda doméstica se ajusta a la baja para equilibrar la balanza.
2. Desaceleración de la inversión extranjera directa
La Inversión Extranjera Directa (IED) cayó 24 % en el primer semestre, hasta US$4.841 millones, con fuertes retrocesos en turismo y comercio. Menos entradas de capital reducen la oferta de dólares en el mercado local y dejan más sensibles los precios a cambios de humor externos.
3. Percepción de riesgo político y fiscal
Aunque el peso se apreciaba 10,2 % en 2025 hasta mediados de julio, analistas de ANIF advirtieron que esa ganancia obedecía a la debilidad global del dólar más que a fortalezas internas. El déficit fiscal continúa por encima del 7 % del PIB y la deuda pública ya supera 61 %, cifras que alimentan la cautela de los portafolios internacionales.
La nueva escalada hasta los $4.200 responde a un cóctel de fuerzas: un dólar global fortalecido, la caída del petróleo, la ampliación del déficit externo, la menor IED y un aumento de la prima de riesgo soberano.
Mientras estos desequilibrios persistan, es probable que el precio del dólar en Colombia mantenga una tendencia ascendente intercalada con periodos de respiro. Para empresas y hogares, la recomendación es gestionar coberturas y monitorear las decisiones de la Fed y del Banco de la República, así como la discusión fiscal interna, pues allí se definirá —más que en el corto plazo— la estabilidad cambiaria de los próximos años.