Esto no se trata de Gustavo Petro, no se trata de que el gobierno que hoy ostenta el poder sea de izquierda. Esto es necesario analizarlo desde un punto totalmente jurídico bajo la nueva normativa electoral y teniendo en cuenta que esto aplica hacia el futuro, sea quien sea el presidente.
En Colombia en su historia política reciente no se ha caído ningún presidente. Colombia no es un país que derroca presidentes; no está ni siquiera cercano a lo que ha sucedido en Perú o en Ecuador. Este país se ha caracterizado por tener una estabilidad política y un respeto a las decisiones democráticas y como medio de comunicación creemos que en pleno 2024 esto no ha cambiado.
No encontramos méritos para creer que se está fraguando un golpe de estado en contra del presidente Gustavo Petro, no tenemos elementos que nos permitan suponer que se está fraguando un plan para desconocer la voluntad popular de los colombianos en las pasadas elecciones.
Lo que está ocurriendo en Colombia es un ejercicio totalmente sano y necesario en un sistema de equilibrio de poderes; por ahora en Colombia todavía tenemos un sistema democrático funcional y muy lejano de ser una autocracia, monarquía, dictadura o régimen parlamentario.
Mientras esto permanezca de esta manera, está muy claro que el único camino para sacar a un presidente de su cargo es a través de un proceso en la Comisión de Acusaciones en donde por medio de un proceso completamente legal y democrático se remueva al presidente de su poder.
Pero el caso del CNE no es nada distinto a una investigación que se abre a una campaña donde presuntamente fueron violados los topes electorales y que la máxima consecuencia que puede tener es una sanción económica, y eventualmente con pulsar algunas copias a otras instancias judiciales se encuentra algún presunto delito.
De manera que no hay forma alguna de afirmar que lo que hoy está haciendo el CN termine con la destitución del presidente. El mandatario Gustavo Petro dice que el CN no tiene dichas competencias, y está en lo cierto. Todos los colombianos estamos de acuerdo con eso, por eso mismo no creemos que este sea un curso de golpe de Estado.
Cuando el presidente hace un llamado a las organizaciones sociales para movilizarse, consideramos que es exagerado, extremista, un llamado para nada necesario porque no hay duda de que el Presidente Petro será presidente hasta el 7 de agosto del 2026.
Por ahora lo que resta es que las personas investigadas rindan sus declaraciones, expongan sus pruebas y demuestren que sus posiciones están soportadas en documentos, en pruebas y en una defensa que despliegue todo un arsenal argumentativo y probatorio.
De manera que se necesita calma, serenidad y seriedad para afrontar este tipo de coyunturas políticas. Colombia necesita altura para enfrentar este tipo de situaciones, y por el contrario, no necesita personas que estén echándole leña al fuego.
En realidad, lo menos que necesita Colombia es más polarización, más división y otra tormenta política en medio de múltiples necesidades que tiene el país muy lejanas a las agendas que hoy ocupan los medios de comunicación con presuntos golpes de estado, rupturas institucionales y atentados contra la democracia que no están fundamentados y no están sucediendo.
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