El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), informó que, en el tercer trimestre de 2024, los precios de la vivienda nueva en Colombia registraron un incremento promedio del 10,37%. Un aumento, aunque considerable, muestra una leve desaceleración en comparación con el mismo período del año anterior, cuando se ubicó en un 11,15%.
Factores que impulsan el aumento de los precios de la vivienda nueva en Colombia en 2024
A pesar de este enfriamiento en el ritmo de crecimiento, el alza sigue siendo notable y plantea interrogantes sobre los factores que impulsan esta tendencia en el mercado inmobiliario colombiano.
El análisis de este aumento revela diferencias significativas en los precios de la vivienda según el tipo de propiedad. En general, los apartamentos fueron los más afectados por los incrementos, con un aumento del 10,60%, mientras que las casas experimentaron una subida más moderada, del 5,49%. Este comportamiento sugiere que, a pesar de la desaceleración general en los precios, las viviendas verticales continúan siendo las más demandadas.
Esta tendencia está vinculada a factores como la urbanización creciente en las grandes ciudades y la limitación de espacio en áreas céntricas, que favorecen la construcción de apartamentos en lugar de viviendas unifamiliares. Además, el fenómeno se manifiesta de manera más acentuada en algunas ciudades colombianas.
Mientras que en lugares como Cúcuta, Popayán y Barranquilla los precios han subido considerablemente en Cúcuta hasta un 25,68%, en Popayán un 16,88% y en Barranquilla un 15,74% otras ciudades, como Bogotá y Neiva, han experimentado incrementos más moderados. En el caso de Bogotá, los precios aumentaron un 5,93%, mientras que en Neiva la subida fue del 3,88%.
Las razones detrás de estos aumentos son diversas y complejas. En las ciudades donde los incrementos fueron más altos, como Cúcuta y Barranquilla, la escasez de oferta frente a una creciente demanda ha generado una presión considerable sobre los precios. La situación en Cúcuta, por ejemplo, responde a una combinación de factores como el auge en la economía local y la falta de suficientes proyectos inmobiliarios que satisfagan las expectativas de los compradores.
En Barranquilla, la expansión de la infraestructura urbana y la continua llegada de inversión han impulsado la demanda, generando una mayor competencia por la compra de propiedades nuevas.
Por otro lado, la moderación de los precios en ciudades como Bogotá y Neiva puede explicarse por una oferta más amplia de vivienda, lo que ha permitido que la competencia entre los desarrolladores se mantenga activa y los precios no suban tan rápidamente.
En Bogotá, que ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, el comportamiento más pausado en el incremento de precios podría indicar una fase de estabilización en su mercado inmobiliario. Es posible que, tras varios años de aumentos constantes, los precios hayan alcanzado un punto de equilibrio, donde las condiciones del mercado ya no permiten un crecimiento tan acelerado.
En el caso de Pereira, se destaca el caso de los estratos medios, donde los precios de la vivienda han aumentado hasta un 30%, lo que ha generado gran preocupación entre los potenciales compradores. Este incremento refleja un fenómeno similar al observado en otras regiones del país: la fuerte demanda por propiedades nuevas y la escasez de opciones asequibles en zonas estratégicas.
El alto costo de las viviendas en estratos medios está comenzando a generar dificultades para quienes buscan adquirir su primera propiedad, ya que los precios están fuera del alcance de muchos compradores en esta categoría socioeconómica.
Además de la dinámica de oferta y demanda, el aumento en los precios de la vivienda también está siendo influenciado por factores macroeconómicos, como el comportamiento de las tasas de interés. A pesar de que estas tasas han mostrado una leve estabilización, todavía se mantienen en niveles altos en comparación con los estándares históricos, lo que afecta la capacidad de muchos colombianos para acceder a créditos hipotecarios.
Por otro lado, el crecimiento en los precios de los apartamentos también refleja el cambio en los hábitos de consumo y las preferencias de los colombianos. La urbanización creciente, especialmente en ciudades grandes como Medellín, Bogotá y Cali, ha favorecido el interés por viviendas verticales, a menudo impulsadas por las políticas de urbanización y los proyectos de renovación urbana.
El panorama del mercado inmobiliario colombiano para el resto de 2024 dependerá de cómo evolucione la economía nacional y las tasas de interés. A pesar de la desaceleración en el ritmo de crecimiento de los precios, los desafíos continúan siendo significativos para los compradores de vivienda en todo el país. La alta demanda, combinada con la escasez de oferta en ciertas regiones, sugiere que los precios podrían seguir siendo elevados, lo que pondría presión sobre los colombianos que buscan adquirir una vivienda.
En conclusión, el aumento de los precios de la vivienda nueva en Colombia, con un alza promedio del 10,37%, responde a una combinación de factores locales, regionales y nacionales. Aunque la desaceleración es visible, el mercado inmobiliario sigue siendo dinámico y refleja las tensiones entre la oferta y la demanda en diversas ciudades del país.
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