360 Revista dialogó con María Bibiana Botero, presidenta de Proantioquia, sobre la competitividad de Medellín y el Área Metropolitana y esto nos contó.
Este contenido hace parte de la séptima edición de Revista 360 y cuenta con la participación de más de 70 invitados de todos los principales sectores económicos, productivos y políticos de Colombia. Ministros, líderes gremiales, líderes en áreas de la construcción, sectores bancarios, logística e infraestructura, telecomunicaciones, gobernantes regionales, analistas, economistas, entre otros.
Por: María Bibiana Botero, Presidenta Ejecutiva de Proantioquia
“Trabajemos por una productividad incluyente”
Hablar de competitividad es hablar del día a día de los colombianos. De ella depende el desarrollo del país y la posibilidad de cerrar brechas sociales que afectan la vida de las personas.
En días recientes el Consejo Privado de Competitividad publicó su Informe Nacional de Competitividad y el Informe de Competitividad de Ciudades. Insumos valiosos y necesarios para comprender dónde debemos centrar nuestros esfuerzos para navegar en medio de la incertidumbre actual.
Más que números, estos transmiten mensajes poderosos que nos convocan a todos. El más importante de ellos: impulsar lo que el Consejo llama con gran atino la “productividad incluyente”. Debemos trabajar unidos como país para generar más riqueza a partir del mejor uso posible de nuestros recursos, y que esta se convierta a su vez en oportunidades y bienestar para todos.
Esta no es una tarea exclusiva del gobierno o los grandes empresarios. Por el contrario, exige convocar y trabajar en equipo con las micro y pequeñas empresas, aquellas que generan la mayor parte del empleo en el país, pero al mismo tiempo enfrentan retos inmensos para vender sus productos o acceder al crédito que requieren para su crecimiento. Así mismo, convocar y unir voluntades con aquellos trabajadores que no pueden garantizar con su esfuerzo un ingreso digno, o acceder a las garantías que ofrece la formalidad laboral.
En Medellín y su Área Metropolitana no somos ajenos a este desafío, y así lo demuestran los resultados del informe de ciudades. Aunque conservamos el segundo lugar entre 32 ciudades evaluadas, gracias a esfuerzos históricos que nos permiten contar con un sistema de transporte público moderno, o garantizar una alta cobertura de servicios públicos, por ejemplo, un análisis detallado muestra que en materia social no vamos bien. El mensaje se repite, aunque cambie el emisor: estamos retrocediendo y es una realidad que no resiste maquillaje.
Quiero referirme específicamente a algunos resultados obtenidos en términos de salud y educación básica, donde se encienden las principales alarmas. En el primer caso, Medellín A.M. ocupa el puesto 28 entre 32 ciudades según el número de camas disponibles en centros asistenciales. Por su parte, 29 de cada 100 niños no poseen su esquema de vacunación completo.
En educación, uno de cada diez niños no tiene asiento en una institución educativa, y quienes logran uno, deben compartir el aula con 30 compañeros más, limitando el alcance y calidad de la educación recibida. En estos indicadores somos superados por mucho por ciudades como Tunja, Pasto, Cali o Bogotá.
No es congruente ser la segunda ciudad del país en materia de ingreso y competitividad, y al mismo tiempo ser incapaces de garantizar las condiciones básicas de salud y educación para nuestros niños y niñas. No podemos permitir tal injusticia.
Dejemos las excusas y las falsas explicaciones. Es urgente retomar el camino y comenzar a construir entre todos y para todos la ciudad y el país que nos soñamos. Debemos exigir además a nuestros gobernantes que retomen el camino de las políticas públicas integrales, aquellas bien planeadas técnicamente, focalizadas y con objetivos claros y medibles. Volvamos a poner en el centro del debate a las personas y sus necesidades. Impulsemos entre todos la productividad incluyente que necesitamos.