Un nuevo proyecto de ley ha sido presentado ante la Cámara de Representantes de Colombia, con el objetivo de eliminar de manera gradual el Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF), conocido popularmente como el 4×1000. La iniciativa, respaldada por los representantes Christian Garcés, Katherine Miranda y Antonio Zabarain, busca desmantelar este impuesto en un proceso de reducción anual de 0.05%. La propuesta ha generado un amplio debate sobre sus posibles efectos en la economía nacional y en la estructura fiscal del país.
El 4×1000, establecido como una medida temporal durante la crisis económica de 1998, se ha mantenido en vigencia durante más de dos décadas, convirtiéndose en una fuente significativa de ingresos para el gobierno colombiano. Este gravamen, que afecta tanto a personas naturales como jurídicas, se aplica a todas las transacciones financieras que superen el umbral de exención, generando un costo adicional para quienes operan dentro del sistema bancario. No obstante, con el auge de las transacciones electrónicas y la creciente digitalización de la economía, ha surgido un debate sobre la pertinencia y el impacto de mantener este impuesto en el contexto actual.
Por qué es importante: La eliminación gradual del 4×1000 es vista por sus proponentes como una medida clave para mejorar la competitividad económica de Colombia. Según Christian Garcés, uno de los autores del proyecto, «la reducción progresiva del GMF permitirá a las empresas reinvertir los recursos liberados en sus actividades productivas, lo que a su vez impulsará el crecimiento y la expansión económica del país». Además, se espera que la eliminación de este gravamen contribuya a la inclusión financiera, al reducir el costo de las transacciones y fomentar el uso de canales formales para la realización de pagos.
Este enfoque es especialmente relevante en un momento en que la economía colombiana busca diversificar sus fuentes de crecimiento y mejorar su competitividad en el escenario global. La reducción de los costos operacionales para las empresas podría traducirse en un mayor dinamismo económico, con la creación de nuevos empleos y la atracción de inversión extranjera.
Eliminación progresiva del 4×1000: claves del proyecto de ley y su impacto en la economía
Detalles: El proyecto de ley plantea un desmonte progresivo del 4×1000, con una reducción anual del 0.05%, lo que permitiría al gobierno y a las entidades financieras adaptarse a la nueva realidad fiscal sin generar un impacto abrupto en las finanzas públicas. Este enfoque gradual es visto como una medida de precaución para evitar un déficit fiscal significativo, dado que los ingresos provenientes del GMF representan una porción importante del presupuesto nacional.
La propuesta también considera el aumento en la formalización de la economía como un efecto colateral positivo. Al reducir la carga impositiva sobre las transacciones bancarias, se espera que más personas y empresas opten por utilizar los servicios financieros formales en lugar de operar en la informalidad. Esta mayor formalización no solo contribuiría a la expansión del sistema financiero, sino que también permitiría una mejor trazabilidad de las transacciones, reduciendo así los riesgos asociados con el lavado de dinero y otras actividades ilícitas.
Contexto
El 4×1000 fue implementado en 1998 como una medida de emergencia para afrontar la crisis financiera que afectó a Colombia en ese momento. Inicialmente, se trataba de un impuesto temporal, pero su vigencia se ha extendido debido a su eficacia como fuente de ingresos fiscales. En los últimos años, sin embargo, ha crecido el consenso sobre la necesidad de revisar y eventualmente eliminar este impuesto, en un contexto en el que la economía colombiana ha evolucionado significativamente.
El crecimiento de las transacciones electrónicas y la digitalización de la economía han cambiado el panorama financiero, haciendo que el 4×1000 sea percibido por muchos como un obstáculo para la competitividad. Además, con la pandemia de COVID-19, se ha acelerado la adopción de tecnologías digitales en todos los sectores económicos, lo que ha hecho aún más evidente la necesidad de actualizar el marco fiscal para reflejar esta nueva realidad.
Panorama general: La propuesta para eliminar gradualmente el 4×1000 se inserta en un debate más amplio sobre la necesidad de reformar el sistema fiscal colombiano para hacerlo más equitativo y eficiente. Si bien la eliminación de este impuesto podría aliviar la carga financiera sobre las empresas y fomentar la inclusión financiera, también plantea desafíos significativos en términos de cómo compensar los ingresos fiscales que se perderían.
En este sentido, el proyecto de ley deberá superar múltiples obstáculos, incluyendo la resistencia de sectores que dependen de los ingresos del GMF para financiar programas públicos. No obstante, sus proponentes confían en que el enfoque gradual permitirá encontrar un equilibrio entre la necesidad de modernizar el sistema fiscal y la preservación de la estabilidad financiera del país.
En conclusión, la propuesta de eliminar el 4×1000 marca un paso importante hacia la modernización de la política fiscal en Colombia, con el potencial de impulsar la competitividad económica y fomentar la inclusión financiera. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad del gobierno y del Congreso para gestionar el proceso de transición de manera efectiva y equilibrada.