“Queremos convertir a CAF en el banco verde de América Latina y el Caribe”: Sergio Díaz-Granados

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Este contenido hace parte de nuestra sexta edición de 360 RevistaCada año, nuestro medio de comunicación realiza una publicación impresa con la compilación de los hechos más relevantes del año que culmina y con proyecciones de expertos para el que nos espera.

El presidente del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Sergio Díaz-Granados, dio a conocer cuáles son los objetivos que se ha trazado desde que asumió la presidencia de esa institución financiera que promueve el desarrollo sostenible y la integración de la región.


360 Revista: ¿Cómo le fue en su transición de Washington a Panamá?, ¿cómo lo tomó tanto a nivel personal como profesional?


Sergio Díaz-Granados (S.D.G.): El reto de asumir la presidencia ejecutiva de CAF ha sido muy gratificante. A nivel profesional representa una responsabilidad muy grande y un honor para Colombia  -que lo hace por primera vez- desde la fundación de este banco multilateral hace más de 50 años.

CAF se ha convertido en uno de los organismos multilaterales más relevantes de América Latina y el Caribe. A lo largo de su historia, ha logrado brindar financiamiento por USD 200.000 millones en áreas críticas para el desarrollo sostenible y la integración regional. El año pasado nuestras aprobaciones estuvieron por encima de los USD 14.000 millones.

No me cabe la menor duda de que en las coyunturas de crisis como la generada por el Covid-19, el papel de los multilaterales es aún más determinante para lograr que los países de la región accedan a financiamiento y puedan implementar políticas públicas que atenúen el impacto de la pandemia en la población.

En definitiva, este reto marca una gran ilusión tanto personal como profesional para contribuir de manera decidida al bienestar de millones de latinoamericanos y caribeños.

360 Revista: Durante su periodo como presidente de la CAF, ¿qué planeación ha hecho para ejecutar año por año?, ¿cuál es su línea de acción? Lo hemos visto viajar por toda Latinoamérica.


S.D.G.: Desde que asumí la presidencia he mantenido una agenda muy activa para fortalecer aún más la acción de la institución. Nos hemos reunido con prácticamente todos las autoridades de nuestros países accionistas para profundizar las líneas de trabajo conjunto en el próximo quinquenio, y para sentar las bases de la necesaria capitalización de la institución.

Uno de los principales objetivos de mi administración es convertir a CAF en el banco verde de América Latina y el Caribe. La región debe ser un actor determinante en la lucha global contra el cambio climático y CAF la acompañará con todos sus recursos financieros y técnicos. Pasaremos del 23 % en aprobaciones verdes en 2020 al 40 % en 2026. Esto significa que en los próximos cinco años destinaremos a esta causa más de 25.000 millones de dólares. Como temas transversales de nuestras operaciones, debemos asegurarnos de lograr un alto impacto en la equidad de género, la inclusión y la diversidad


Asimismo, apoyaremos a los países a superar la crisis económica generada por la pandemia. En ese sentido, se están impulsando proyectos y mecanismos financieros, así como acuerdos con otras organizaciones para promover el desarrollo socioeconómico de los países. Esto ya tiene resultados, como los acuerdos firmados con el Fondo OPEP, la Organización Mundial del Turismo, el club de bancos (IDFC, por sus siglas en inglés) y la Universidad MIT, entre otros. Con esto, estaremos impulsando una oferta financiera competitiva, así como soluciones técnicas que permitan a América Latina convertirse en un actor destacado en el concierto internacional.

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El sector privado también tendrá un papel importante en nuestra institución. Estamos decididos a profundizar nuestras actividades en esta área para canalizar inversiones y “soluciones basadas en el mercado”. Continuaremos trabajando para atraer nuevas inversiones a la región a fin de apoyar iniciativas que promuevan una rápida reactivación de las economías, con proyectos de infraestructura que cierren las brechas de conectividad digital, mejoren la competitividad a través de canales terciarios, fortalezcan cadenas de valor regionales, y promuevan la transición hacia energías verdes como los parques hidroeléctricos, eólicos y solares.


360 Revista: ¿En qué estado recibió el Banco y cuáles son las principales proyecciones que tiene?, ¿hay cambios misionales y objetivos específicos más alineados a la perspectiva del Siglo XXI pospandemia?

S.D.G.: De cara a que CAF siga siendo un banco multilateral fortalecido y que brinde servicios eficientes y de impacto en la región, es imprescindible ser más agiles, flexibles y robustecer nuestro músculo financiero partiendo de los países miembros. Esto nos dará una mayor fortaleza y permitirá apoyar las agendas nacionales de desarrollo, especialmente las relacionadas con las infraestructuras, transporte, educación, salud, digitalización, agua y saneamiento, entre otras.

Durante mi administración también se apoyarán los proyectos de integración, especialmente el comercio transfronterizo, los corredores logísticos, proyectos de eficiencia energética y agenda digital. Este es uno de los pilares fundacionales de CAF que queremos retomar e impulsar en los próximos años.

Queremos que los temas de género, diversidad e inclusión tengan un espacio predominante en nuestra agenda. Son vitales para el desarrollo de la región y la construcción de su futuro.

Por último, en el mundo actual es determinante generar alianzas para potenciar el impacto de nuestro trabajo. Por eso, profundizaremos las alianzas estratégicas públicas y privadas y buscaremos una estrecha coordinación con otros multilaterales.

La banca de desarrollo como CAF juega un papel estratégico para desplegar la capacidad de movilizar recursos hacia la región, sirviendo como correa de transmisión del capital extrarregional e innovando en productos financieros para fortalecer sectores que promueven el desarrollo sostenible, generan empleo y ayudan a reducir la pobreza.

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360 Revista: Usted pasa de un banco como el BID a un banco como el de América Latina, el mundo tiene banca multilateral: el FMI, el Banco Mundial, el BID, CAF. ¿En qué se va a diferenciar este banco de los demás?


S.D.G.: Más que pensar en la diferenciación me gusta pensar en el trabajo conjunto y la complementariedad que podemos llevar a cabo para impulsar nuestro trabajo en el desarrollo regional. Las necesidades de financiamiento de América Latina y el Caribe son enormes y hay espacio para todos.

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Todos los bancos multilaterales que operan en la región tienen un papel fundamental para apoyar a los países a lograr un desarrollo sostenible que contribuya a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, a generar más y mejores empleos y a implementar políticas públicas eficientes.

CAF es el banco de los países de América Latina y el Caribe. Esta es su identidad y ADN. En sus 51 años de historia se ha caracterizado por el fomento de las infraestructuras y la integración regional. Nuestra administración profundizará este legado y se centrará en movilizar nuevos recursos financieros para enfrentar el principal reto de la humanidad: el cambio climático.


360 Revista: ¿Qué radiografía ha podido hacer en su recorrido por toda la región en materia económica y social?, ¿en qué sectores cree que la región está avanzando bien?


S.D.G.: Esta crisis generó cambios profundos en la manera de comunicarnos, de comprar, de hacer operaciones financieras, de entretenernos y hasta de vivir, en el sentido amplio de la palabra. Algunos de estos cambios deberían ser transitorios, como la baja en el turismo o del entretenimiento que conglomera a importantes masas de personas, que siguen de capa caída en muchos países. Pero otras tendencias parecieran haberse consolidado. Aquí hablamos del uso de las tecnologías financieras y de comunicación, del comercio electrónico, de las plataformas de “delivery “y de “streaming”, así como del teletrabajo.

La mayor penetración de tecnologías financieras y medios de pagos electrónicos facilitó el acceso a la asistencia del Estado a personas que no estaban bancarizadas durante los momentos más álgidos de la pandemia, mejorado la implementación e impacto de las políticas de asistencia social.

Estos sectores no solo crecen significativamente desde el año pasado, sino que tienen un gran potencial. Por ejemplo, el crecimiento de las compras digitales ha dado lugar a la entrada de otros jugadores como es el caso de las pymes que se han digitalizado para incrementar su visibilidad y acceso a estos mercados. Esto también tiene consecuencias sociales al mejorar las oportunidades de empleo.

Un sector que tuvo un crecimiento interesante es la producción de alimentos. A futuro, la necesidad de transformar la agroindustria para hacerla ambientalmente más sustentable puede traer retos, pero también significar grandes oportunidades, teniendo en cuenta el potencial de la región. Esto seguirá dando pie a innovaciones importantes para un mayor acceso a los mercados locales, regionales y globales. Para ello, es importante seguir profundizando la integración de América Latina, mejorando la infraestructura logística y digital, y facilitando el intercambio de bienes y servicios. 

Nuestro compromiso es que CAF sea un actor activo y preponderante en las grandes trasformaciones que América Latina requiere para afrontar los retos de un nuevo mundo en la post pandemia.

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