Tras la sorpresiva y dolorosa muerte del Papa Francisco el pasado 21 de abril, el mundo católico se prepara para una nueva etapa en su historia. Con la convocatoria al cónclave inminente, entre los nombres que comienzan a sonar como posibles sucesores del pontífice argentino aparece, aunque sin ser uno de los favoritos, el del colombiano Luis José Rueda Aparicio, actual arzobispo de Bogotá y cardenal desde septiembre de 2023.
¿Pero quién es este hombre que hoy podría ser considerado para ocupar el trono de San Pedro? Su historia es tan humilde como inspiradora.
Biografía y perfil de Luis José Rueda: posible sucesor del Papa Francisco en el Vaticano
Origen humilde y vocación temprana: Luis José Rueda nació el 3 de marzo de 1962 en San Gil, un municipio enclavado en el corazón del departamento de Santander. Fue el décimo de once hijos de un hogar profundamente católico, conformado por Luis Emilio Rueda Joya y Socorro Aparicio Mejía. Su infancia estuvo marcada por la vida sencilla del campo y el esfuerzo diario de su familia por salir adelante.
Desde muy joven, Rueda Aparicio combinó el estudio con el trabajo. Se graduó como bachiller técnico en metalistería en el Colegio Nacional San José de Guanentá, y antes de ingresar al seminario trabajó en varios oficios: en la construcción junto a su padre, vendiendo el periódico José Antonio para la Sociedad de Educación para Adultos (SEPAS), y como locutor en una emisora local.
Su último empleo secular fue en la fábrica Cementos Hércules S.A., donde trabajó como operario de laboratorio hasta que en 1983 decidió responder al llamado de su vocación sacerdotal.
Formación y trayectoria eclesiástica: Rueda inició sus estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar San Carlos de San Gil, donde cursó filosofía entre 1983 y 1985. Posteriormente, continuó con estudios de teología en el Seminario Arquidiocesano de Bucaramanga.
Fue ordenado diácono en noviembre de 1988 y sacerdote un año después, el 23 de noviembre de 1989, por monseñor Jorge Leonardo Gómez Serna.
Su carrera pastoral se desarrolló durante décadas en la Diócesis de Socorro y San Gil, donde ejerció como párroco en distintas localidades, incluyendo Albania, Curití, Pinchote, Mogotes y Barichara.
Su cercanía con las comunidades rurales y su enfoque en la formación de futuros sacerdotes —fue formador en el seminario local y promotor del año propedéutico para seminaristas— consolidaron su reputación como un pastor comprometido con la educación y la evangelización.
En 1994, obtuvo la licenciatura en Teología Moral en la Academia Alfonsiana de Roma, lo que amplió su formación académica y le otorgó una visión más amplia de la Iglesia universal.
Ascenso al episcopado: El 2 de febrero de 2012, el entonces Papa Benedicto XVI lo nombró obispo de Montelíbano, Córdoba, una diócesis marcada por los desafíos sociales y el conflicto armado.
Allí se destacó por su trabajo en favor de la reconciliación y la paz, especialmente entre comunidades afectadas por la violencia.
Posteriormente, en 2018, el Papa Francisco lo designó arzobispo de Popayán. Un año después, en medio de la creciente polarización en el país, Rueda Aparicio se convirtió en una voz moderadora y profundamente comprometida con los derechos humanos y la justicia social.
Su llegada a Bogotá en abril de 2020 como arzobispo metropolitano fue vista como un reconocimiento a su trabajo pastoral y liderazgo dentro de la Iglesia colombiana. En la capital, Rueda ha impulsado iniciativas enfocadas en la lucha contra la pobreza, el acompañamiento a los migrantes y el fortalecimiento del papel de la Iglesia en los procesos sociales del país.
En 2021 fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia para el período 2021-2024, lo que consolidó aún más su papel como figura de referencia dentro del episcopado nacional.
El cardenalato y la posibilidad del papado: El 30 de septiembre de 2023, durante un consistorio en Roma, el Papa Francisco creó a Luis José Rueda como cardenal, dándole así la posibilidad de participar en el próximo cónclave. Este gesto fue interpretado por muchos como una muestra de confianza en su liderazgo y en su visión pastoral.
Si bien los expertos vaticanistas no lo consideran un «papabile» fuerte, es decir, uno de los principales candidatos a suceder al Papa Francisco, la ley de la Iglesia establece que cualquier cardenal menor de 80 años es elegible. Rueda, con 63 años, entra dentro de este rango y podría, por tanto, ser considerado.
Su perfil se ajusta a varias de las características que la Iglesia podría valorar en el nuevo pontífice: un hombre de origen humilde, con fuerte vocación pastoral, comprometido con los pobres, y con experiencia tanto en diócesis rurales como urbanas.
Además, su formación teológica y su cercanía con los lineamientos del pontificado de Francisco lo convierten en un nombre a tener en cuenta, especialmente si el cónclave busca continuar con la línea de apertura y sensibilidad social del Papa argentino.
Una figura de fe y esperanza: Independientemente de lo que suceda en el próximo cónclave, la figura del cardenal Luis José Rueda representa para Colombia y América Latina una señal de esperanza. Su vida, marcada por el servicio, la humildad y el compromiso social, lo ha convertido en un referente no solo dentro de la Iglesia, sino también en los ámbitos civil y comunitario.
Aunque no sea el favorito, su presencia entre los electores del próximo Papa ya es un motivo de orgullo para el país. Y quién sabe, tal vez, en una decisión que el Espíritu Santo inspire, San Gil vea a uno de sus hijos convertirse en el primer Papa colombiano de la historia.
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