EDITORIAL
Nuestro editorial está relacionado con el primer fin de semana de la reapertura económica y social que se dio en el país, el cual estuvo marcado por tres días anteriores donde en las ciudades capitales como Cali, Bogotá y Medellín tuvieron bastante movimiento, más del esperado, en los centros de cada ciudad, en los mercados mayoristas. Es el caso de San Victorino en Bogotá, El Hueco en Medellín y de otros pasajes populares en Cali; esto ya dejaba ver cómo sería el comportamiento del fin de semana no solamente en esas ciudades sino en los municipios aledaños.
En el caso de Antioquia se reportó una masiva asistencia a restaurantes, estaderos de las cercanías de Medellín, tanto en oriente como al norte, al sur y occidente. Se pudo observar alto flujo vehicular saliendo del área metropolitana y también en Medellín a pesar de las fuertes lluvias que se han presentado en las horas de la noche se reportó un incremento de ventas significativo en diferentes restaurantes, teniendo en cuenta que es el primer fin de semana de dicha reapertura.
Si bien está justificado que cientos de personas expresen su preocupación por lo que pueda pasar luego de esta reapertura porque quizás el aumento de los contagios pueda ser real y porque quizá también las unidades de cuidados intensivos se tengan que preparar de una mejor manera para afrontar, eventualmente, algún rebrote en distintos lugares del país, lo cierto es que había que volver a salir, a acudir a los lugares sociales que se pueden permitir en donde existan tres o más personas y puedan estar allí presentes, siempre sujetos a todas las medidas de bioseguridad que sean establecidas.
El agravante es cuando en esta reapertura se rompan esos protocolos de bioseguridad, cuando dejen de usar la mascarilla como se debe, no guarden la distancia social y haya aún más desconocimiento o una falsa percepción de ausencia del virus que ocasionó la pandemia. Si eso ocurre, todo puede salirse de control nuevamente, lo que conllevaría a nuevos cierres.
Hemos visto que en Europa, en países como España, hay algunos rebrotes que han puesto a considerar a las autoridades en otros cierres de confinamiento más estricto. Si bien en Estados Unidos se siguen presentando las infecciones y el número de muertos aparentemente se encuentra estable, pareciera haber recuperado esa reapertura social y económica de una vez por todas.
Para Colombia, representa un reto muy importante para todos los ciudadanos la capacidad de comportarse a la altura de las circunstancias, de usar siempre la mascarilla, que puedan mantener la distancia social en cada espacio en el cual compartan y desde luego el lavado de manos, el portar siempre gel antibacterial a base de alcohol, lavarse siempre después de haber regresado de la calle. Estas tres cosas seguirán siendo las herramientas principales para seguir ganándole la batalla al coronavirus.
Ahora que se han permitido las reuniones de máximo 50 personas y que hay reencuentros familiares no sigue siendo menos importante que las personas que tengan síntomas guarden las debidas precauciones, distancias e incluso aislamiento para no perjudicar a las poblaciones más expuestas a terminar con desenlaces críticos, como requerir una unidad de cuidado intensivo.
Ya estamos montados en un barco donde seguirá siendo importante mirar el número de contagios, pero esto pasaría a un segundo plano si en gran parte no necesitan una uci. Si Colombia registra centenares de nuevos casos pero en su mayoría son asintomáticos y no requieren uci, pues en buena hora habremos tenido suerte a la hora de la reapertura. Lo importante es que el sistema de salud en cada una de las regiones siga preparándose a un aumento del pico de personas que requieren una unidad de cuidados intensivos y puedan tomar medidas en los tiempos necesarios.