Nuestro editorial para hoy miércoles 1 de junio versa sobre estas elecciones que nos han dejado en primera vuelta dos candidatos bastante particulares para definir entre ellos quién es el próximo presidente de la Nación, y es que es una elección que puede parecer bastante atípica, bastante condimentada de elementos que el país hace un buen tiempo no conocía y es sobre cómo Colombia habló directamente y sin titubeos sobre la necesidad imperante de un cambio.
Ahora bien, ¿qué tipo de cambio?, ¿cómo hacer un cambio que no ponga en peligro las instituciones, lo que se ha construido y funciona y desde luego lo que no funcione se cambie, siempre preservando el espíritu esencial de la democracia, de la propiedad privada, de la libertad de mercado, el respeto y acato a la justicia, y la importancia suprema de la vida y el bienestar de los colombianos?
En tal sentido, queremos recalcar que la victoria de Rodolfo Hernández es sumamente importante pues representa para el país un reset en la política colombiana, en la sociedad colombiana; nos permite volver a empezar y librarnos de ese constante duelo entre uribistas y petristas, capitalistas y comunistas y todos los insultos que hemos tenido que escuchar en los últimos diez o 15 años.
Rodolfo Hernández es una aplanadora que llega y deja a todos por igual, en cero. Un gobierno suyo sería absolutamente disruptivo con una intención clara de cambio que no llega a destruir, que quizá es el valor más grande que pueda tener esa campaña, la cual no está cargada de odio, de resentimiento, de un movimiento que invite a atacar a un grupo de la población.
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Hernández Suárez logró recoger de una manera impecable el sentimiento de desazón, de desconfianza, de incertidumbre y de indignación de parte de miles de colombianos de todos los estratos, que es lo más importante, quienes veían cómo el gobierno hacía cosas que no tenían sentido, ni coherencia, ni siquiera una real sintonía con la situación del país. Colombia tiene que acomodarse a la realidad que tiene, no pretender que el gobierno es una monarquía donde quienes llegan al poder lo hacen para enriquecerse, para creerse que están en el principado de Mónaco sino que el gobierno es para servir y no puede hacerlo para el abuso y para el beneficio personal; todo lo contrario, quien tenga el honor de servirle al país debe hacerlo de una manera altruista, de una manera tranquila, humilde, aterrizada, concentrar en un único propósito mejorar la calidad de vida de los colombianos sin discriminar, tratando a todos por igual, dándoles garantías a todos los colombianos que construyen país en los sectores en donde están.
Es muy importante, si Rodolfo Hernández llega a ser presidente, que se concrete con total efectividad el plan de gobierno que él plantea. Qué bueno sería establecer la tarifa plana del IVA, un 10 % para todos los bienes, productos y servicios, que no existan exenciones, que no se le devuelva a nadie, un invento perverso que hizo este gobierno, el cual creyó que con crear la feria del subsidio para más de diez millones de colombianos lo iban a reconocer, a respaldar. No hubo nada más equivocado que eso.
Se debe copiar de los distintos modelos que hay en el mundo lo mejor que funcione, lo mejor que se pueda copiar a Colombia, y tener claro que un país sin justicia, sin economía libre, abierta, sin el respeto a la propiedad privada, sin la seguridad ciudadana, sin seguridad jurídica y la confianza en las instituciones es un país que va a la deriva, que era el camino por el que estábamos transitando.
Tiene que nombrar de manera impecable a sus funcionarios, sin cometer los errores de este gobierno con distintos nombres que realmente son impresentables en carteras sumamente importantes de nuestra nación.
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Desbaratar el discurso de la campaña de Gustavo Petro que ha sido sumamente nocivo y tóxico para la población colombiana, es ya un gran logro de Rodolfo porque a él no lo pueden acusar de tener jefes, ni un cartel de empresarios detrás, ni de ser de un movimiento ista, como ha sido costumbre en Gustavo Petro, quien tenía para cada uno de los candidatos, menos para Rodolfo, un apodo, un alias y un patrocinador. Ahora, según los petristas, Hernández Suárez es el plan C de Álvaro Uribe Vélez habiendo fracasado Óscar Iván Zuluaga y luego Federico Gutiérrez.
El país requiere serenidad, tranquilidad, volver a sus cimientos, a unas bases en donde llegue un presidente que calme las aguas, que gobierne independientemente, que la gente pueda ver con total imparcialidad qué se ha hecho, quién lo ha hecho, cómo lo ha hecho, quiénes han abusado constantemente del poder, de la riqueza de nuestro país y sobre todo que destruya una polarización que no era natural de la política, la polarización que había en Colombia era altamente tóxica, una gran nube negra que nos mantenía enfrentados entre un 50 % y otro 50 % del país, y eso no le hace bien a nadie.
Enhorabuena la victoria de Rodolfo, esperamos de corazón que los colombianos salgan a votar masivamente, que no opten por opciones sin sentido como el voto en blanco o la abstención para que luego no se quejen, y sobre todo que voten no por el menos malo; que lean los planes de gobierno, vean con cuál se identifican y salgan a votar por ese programa.