Este lunes comenzaron las negociaciones entre gremios empresariales, sindicatos y Gobierno para definir el incremento del salario mínimo en 2023.
Por: Redacción 360 Radio
Las negociaciones al rededor del alza del salario mínimo suelen darse en diciembre, sin embargo este año comenzó antes debido a las inesperadas circunstancias en las que se encuentra la economía global y nacional.
Hay que aclarar que lo mínimo que se tiene en cuenta para empezar la negociación en el incremento del salario es el total de inflación del año, que al momento se sitúa en 11,44 %. Y, según proyecciones como la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, los precios al consumidor acabarán el año en 11,88 %.
En ese sentido se establece que el piso base para el incremento del salario mínimo para 2023 sería 12%, debido a que los aumentos en el salario mínimo tienden a ser reales, o sea, que están por encima de lo que incrementa la inflación, de otra forma, no sería un crecimiento en la capacidad de compra, sino solo una nivelación con lo que realmente es el costo de vida.
De esta manera, dado que en 2022 el salario mínimo es de $1.000.000 (subió 10% frente a 2021), las negociaciones de la mesa de concertación comenzaron con un pago de al menos $1.100.000 para que se de un incremento superior a la inflación del 11,44%. El problema es que las presiones inflacionarias todavía no ceden, y las previsiones han empeorado por el alza que ha tenido el dólar en Colombia y el mundo el último mes.
Según la firma Raddar, cerca del 15% de los productos de la canasta familiar son bienes importados, por lo que las fluctuaciones de la tasa de cambio tienen el potencial de encarecer el costo de vida de los hogares colombianos. Por esto, se espera que los sindicatos apuestan por incrementos salariales significativos al rededor del 12% o que tengan en cuenta la persistente inflación, que podría extenderse hasta el 2023.
Como mencionamos el salario mínimo se fija por encima de la inflación con el fin de que los hogares no pierdan su poder adquisitivo, pero este tiene un efecto contraproducente vía consumo, pues terminan incidiendo nuevamente sobre el crecimiento de los precios.
Empresarios y académicos han advertido sobre los efectos de los incrementos no medidos sobre el salario mínimo, un reciente estudio del Banco de la República indica que un incremento del salario mínimo del 1% por encima de la inflación, provoca una reducción del 1% en el empleo en Colombia. Además señalan que «El salario mínimo tiene efectos adversos en los flujos del empleo: reduce la creación y aumenta la destrucción de puestos de trabajo. Así mismo, aumenta la separación y reduce la contratación de trabajadores, todo lo cual conlleva pérdidas de empleo formal».
Finalmente, es importante recordar el papel del estado y el empresariado en garantizar la dignificación del empleo mediante las negociaciones y trabajar en políticas que asignen mejor una redistribución del ingreso.
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