Es lamentable ver como a poco tiempo de haber tenido unas elecciones, aquellos colombianos que montaron a unos políticos al poder se están quejando, se sienten decepcionados y los quieren bajar. Tal vez el problema no son los políticos, sino las personas que los llevan a esos lugares.
Todo Colombia se prepara para acudir a las urnas este 29 de octubre, en donde elegiremos a nuestros gobernantes para los próximos cuatro años. Unas elecciones que permiten, en muchos casos, entregar un voto de castigo o de apoyo al Gobierno Nacional de turno, y desde luego se fundamentan en escoger las mejores propuestas que son presentadas a lo largo de una campaña de tres meses para manejar los destinos de un municipio o de un departamento.
En este país entre todas las imperfecciones que tenemos: contaminación de la democracia, política estomacal, el mismo chantaje desde lo público a las personas que trabajan en gobernaciones, alcaldías y contratistas, nos reflejan un escenario perplejo, pues gran parte de las personas no asisten a las urnas; a excepción de cuando Gustavo Petro fue escogido como presidente y en lugares donde nunca votaban más del 40% tuvimos unas asistencias de más del 80%. Una situación extraña.
En el caso de las regionales, no espera uno que sobrepase el 50% de personas a las urnas a nivel nacional. Las personas deberían cambiar el patrón de conducta, en el que lo primero que se debe hacer es leer las propuestas, observar las hojas de vida, ver si el político en cuestión ha tenido coherencia y consecuencia en su vida pública, en que cree y que no cree, etc., u observar si tiene una vocación de poder y de Gobierno que sea realizable y que tenga por lo menos la capacidad de mirar a las personas para que voten por él.
Si las personas hicieron esto, puedo asegurar que no habría tantos ciudadanos arrepentidos, como los veo ahora con el presidente Petro. Ya nadie es petrista y nadie votó por él.
Ojalá que las personas que hayan recibido presiones por parte de políticos por el contrato; el puesto de profesor, celador, entre otros cargos, no cedan con estas circunstancias porque no tendrían la moral de quejarse de una mal administración.
Las personas no deberían votar por candidatos inexpertos y carentes de la capacidad de ejecutar, gobernar y gerencias, pero sabemos que en Colombia prefieren elegir a una persona famosa y no a un político con liderazgo porque acá nos importa más que sea un candidato con carisma, así no tenga idea de gobernar.
De nuestro país no espero mucho para estas elecciones del domingo. Ojalá me equivoque. Lo correcto debería ser que las personas voten para enviarle un mensaje de protesta a Petro, y escoger mejores alcaldes y gobernadores. Da tristeza ver los mandatarios de los que está saliendo del país: incompetentes, mediocres y demagogos.
Es tristeza ver a Bogotá, ciudad que en pleno XXI están debatiendo sobre el pico y placa y la construcción del metro. La capital del país no merece esa clase de debates, ¿Hasta cuándo van a elegir políticos tan malos?
Por su parte, en Cali será que eligen a alguien que trate de revivir a ese territorio que no tiene calles, semáforos, andenes, cultura, y donde no se respeta la ley.
En Medellín llegará el momento donde los ciudadanos voten por un candidato que ocho años después invierta en infraestructura, en el mantenimiento de la ciudad, transporte público y cómo combatir en la capital de Antioquia esa cultura del narcotráfico, prostitución y de ilegalidad.
Así mismo, en Cartagena espero que las personas dejen de pensar con el bolsillo y el estómago, y elijan un buen alcalde, quien pueda entregar buenos proyectos. Esa ciudad no hace honor a ser la perla turística de nuestro país: no hay infraestructura, seguridad, el abuso a los turistas, entre otros problemas.
De Barranquilla no tengo duda que escogerán a Alejandro Char. Para mí el mejor gobernante de las regiones y que sí se compromete con la reconstrucción de vías, espacios, viviendas, soluciones para mejorar la competitividad, y que tampoco le da miedo competir a los delincuentes de esta ciudad.
Que bueno sería para Colombia que las personas cambien la forma de como votan. Ojalá no nos vuelvan a decepcionar.
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