Esto no se trata de la bandera política que se defienda o mucho menos las convicciones ideológicas. Si hoy hay un punto de acuerdo nacional es en el cual los colombianos consideran que la gestión del gobierno de Gustavo Petro, para ser más exactos la gestión el despliegue, el desarrollo, la armonía, el trabajo de su gabinete es un absoluto desastre.
Y es un desastre porque desde adentro han tenido una connotada intención de entropía, la autodestrucción, el saboteo y cómo no, de traición.
¿Cómo es posible que se gobierne un país cuando no se es capaz ni de gobernar en un gabinete?
Ni mucho menos articular a más de 13 ministros en unos propósitos fundamentales restando 1 año y 4 meses de gobierno.
Ese es el principal problema de raíz que hoy tiene Colombia y lo es porque no hay forma alguna de solucionar uno de tantos problemas que tiene el país si el gobierno ni siquiera está coordinado y sincronizado para atenderlo.
Eso lo reflejaba el ministro de Defensa saliente Iván Velázquez cuando le confirmaba al país que el estado colombiano, el gobierno colombiano no fue capaz de tomarse un corregimiento por falta de articulación y de definición del estado.
El presidente Petro ha tenido y así lo ha confesado él mismo, la incapacidad de organizarse con un grupo ejecutivo de trabajo que sea eficaz, obediente, autónomo y que tengan agendas de país.
Si bien se le reconoce al presidente que, aunque muy tarde reconoce este error, y es importante que reconozca algún error cosa que es rara en él, el presidente ha hecho unos cambios que no van en la dirección correcta de cambiar el rumbo del país en la mayoría de las carteras.
Desde este medio de comunicación creemos que el nombramiento del ministro de Defensa el señor Pedro Arnulfo Sánchez es un nombramiento positivo, un nombramiento bien recibido dentro de las tropas.
Tenemos la fe y la esperanza de que este ministro, a pesar de que se demore mucho, a pesar de que no sean este gobierno, deje plantado una semilla gigante de recuperación en materia de seguridad eh institucionalidad en el territorio colombiano, especialmente en las zonas más afectadas.
Creemos que Armando Benedetti como operador político será eficaz para el gobierno en materia de por fin tener alguna relación con el Congreso de la República.
Otra discusión es sobre sus capacidades éticas, morales, sobre sus comportamientos, sus formas y maneras, nos limitaremos a decir que, Benedetti como operador político será eficaz para este gobierno.
No en todos los propósitos, pero sí en unos que sean fáciles de exponer y de convencer a congresistas claves de todas las bancadas que tienen relaciones buenas con Armando Benedetti.
Por lo demás, los cambios que hacen el Ministerio de Minas, yéndose, aunque pareciera extraño, más a la izquierda con una industria minera absolutamente revolcada, decreciendo, golpeada y sufriendo el fenómeno de inseguridad como ningún otro sector. Hablo del sector minero energético y de hidrocarburos, porque ahí también cae Ecopetrol.
Hablando del Ministerio de las Telecomunicaciones, no hay ministro en propiedad. Se rumor a que el viceministro Belford será el que se queda, pero nosotros hemos confirmado que no. Ese ministerio será para negociar con un partido.
Hay ministerios acéfalos, hay muchísima incertidumbre en las cabezas de las principales carteras en niveles directivos, en viceministerios, niveles técnicos y eso va a terminar dinamitando el gobierno de Gustavo Petro más pronto que tarde. Y no le va a entregar ningún resultado bueno al país.
Y para los que creen que eso es positivo porque en teoría no van a hacer ningún daño, que vaya la verdad, también puede ser cierto, pero también hace daño no hacer nada, también hace daño dañar los procesos inherentes al funcionamiento del Estado Colombiano por cuenta de inestabilidades políticas.
El presidente debería conformar de una vez por todas un gobierno que termine con él hasta el 7 de agosto del 2026, personas en las que pueda confiar, personas que no estén todo el día dándose cuchillo por la espalda en chat, redes sociales y medios de comunicación, como lo hemos visto en las últimas horas.
Ministros que se dediquen a trabajar y no a pelear entre ellos, porque de lo contrario, Petro, pues terminará entregando un gobierno absolutamente pobre y marginal en resultados.
Nada más y nada menos mirar la renuncia de la ministra de igualdad en días pasados. La señora Francia Márquez se irá de ese ministerio y nadie notará su ausencia, porque incluso nadie sabe cuándo se posesionó, ni qué hizo, ni por quién trabajó.
Un Frankenstein de ministerio que ya la corte ordenó que en el 2026 tiene que desaparecer, un ministerio que ante la crisis fiscal que tiene el país, debería suprimirse y ahorrarse para este año cerca de 700 000 millones de pesos.
Y el presidente Petro, pues debería invitar a quienes no crean en su proyecto, a quienes no crean en su causa a que solemnemente den un paso al costado y se vayan y lo dejen en libertad para elegir a quiénes lo van a acompañar en el último año del gobierno que le queda, y pueda medianamente garantizar que entreguen el país con cierta estabilidad a pesar del retroceso notorio que hemos tenido como nación.
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