Un mes de Petro

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EDITORIAL


Nuestro editorial para hoy 7 de septiembre analiza el mes del presidente Gustavo Petro, un mes como presidente de los colombianos, semanas que sin lugar a duda han traído bastantes cambios en la forma de ver, de vivir y de sentir, la forma de un gobierno. Han existido victorias tempranas por parte del gobierno como demostrar una cercanía hacia las personas más allá de los alrededores de la Casa de Nariño y derribar todo el blindaje que se tenía montado, con recorridos que han sido quizá los más perjudicados por fenómenos del narcotráfico, de la violencia y desde luego por una revisión minuciosa de los principales frentes que el país tiene en construcción o en reconstrucción como el caso de Providencia, en los proyectos como el aeropuerto de Manizales, que bastante escándalo ha traído en las últimas horas, revisar situación de puertos, aeropuertos, vías que son asunto de vital importancia para la nación.

Petro se ha mostrado con un tono medianamente conciliador, aún por momentos le dan ataques de candidato y pronuncia discursos de campaña, como se pudo ver en los congresos de Asobancaria, de la ANDI y del congreso minero. Ese público por lo menos esperaba una propuesta de trabajo conjunto pero realmente fueron más las caras largas y fruncidas que cualquier otro ánimo que sea diferente; además de ello, Petro está buscando minuciosamente, bajo el agua, realizar profundos cambios en la estructura del Estado, desde lo relacionado con la inteligencia de la nación, ha hecho la modificación más grande que se haya conocido en la historia republicana del país, fuera de centralizarla toda ha puesto allí a sus principales colegas de combate en sus épocas del M-19. El presidente usará la inteligencia sí la usará como se debe, dicen muchos, cosa que no hicieron sus antecesores.

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Petro sabrá quién está con él, quién no está con él y quién no está en un punto medio. Ojalá, por la salud de la democracia, siempre este manejo de inteligencia sea en beneficio del país y nunca jamás utilizado como un arma política. Hay gestos que valen la pena resaltar, como haber llamado a María Fernanda Cabal en medio de las amenazas que ella y su familia han sufrido, se han puesto al tanto de esta situación y brindarles todo el apoyo por parte del gobierno; Petro sabe lo que es ser oposición, lo que es ser perseguido y se valora infinitamente este gesto que ojalá se repita con cualquier otro colombiano que sea víctima de amenazas en un futuro.

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A nivel económico y de reformas, uno esperaría que los mensajes sean mucho más coherentes con el sentido común, que sigan defendiendo los principios que no tienen ideología, solamente los que están alineados con los modelos exitosos: defender la propiedad privada, defender la libertad de mercado, defender el derecho a una economía que goce de garantías, de seguridades, de una estabilidad, que sea atractiva para los inversionistas y eso pasa desde cuidar al pequeño tendero como cuidar al gran empresario.

En el sector minero energético, uno quisiera que la filosofía se deje a un lado, que el gobierno entendiera la importancia de este sector para la economía del país, no solamente son unos números que se ven reflejados en un balance de resultados o en unas transferencias, son miles de empleos, de impacto social, de mejora en la calidad de vida de las zonas que están siendo beneficiadas probadamente por los proyectos legales de minería; todo lo contrario a lo que sucede con la minería ilegal que destruye vidas, fauna, flora, ríos y está ligada, inexorablemente, con el narcotráfico.

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Ojalá la reforma tributaria fuese realmente progresiva e hiciera justicia tributaria, ojalá la reforma ampliara la base gravable -aunque no va a pasar-; ojalá la reforma tributaria impulsara los impuestos planos, ojalá se eliminaran muchas exenciones pero que estas sean estratégicas y no por enemistades políticas o por lobby las que se eliminen y se mantengan. El país tiene que hacer el esfuerzo de pasar, por lo menos, una década sin más de una reforma tributaria.

Desde este medio de comunicación, le deseamos al presidente Gustavo Petro éxitos, mucha suerte, mucha asertividad, mucha responsabilidad, mucha templanza y mucho coraje para que este país salga adelante.

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