En medio de la vasta y diversa geografía de Colombia, se esconden formaciones geológicas poco conocidas y a menudo incomprendidas: los volcanes de lodo. Estas estructuras, repartidas por zonas costeras y algunas regiones del interior, no se asemejan en nada a los grandes conos de magma que solemos asociar con la palabra “volcán”.
En lugar de colosales erupciones de lava, estos volcanes expulsan una mezcla burbujeante de lodo, gases y restos de rocas que, aunque parece inofensiva, puede llegar a alterar significativamente la vida de quienes habitan cerca de ellos. La reciente erupción de uno de estos volcanes en San José de Mulatos, Antioquia, ha encendido el interés por entender mejor estas curiosas formaciones y el papel que juegan en el paisaje colombiano. ¿Qué son exactamente estos volcanes de lodo, en qué se diferencian de otros volcanes y qué tanto impacto tienen en las comunidades?
¿Qué son los volcanes de lodo?
Los volcanes de lodo, a diferencia de los volcanes de magma, no expulsan lava incandescente ni representan un riesgo inmediato de erupciones explosivas. Según el geólogo Henry Carvajal del Servicio Geológico Colombiano (SGC), los volcanes de lodo se forman por un fenómeno conocido como diapirismo de lodos.
Este proceso ocurre cuando grandes cantidades de materiales arcillosos, ricos en materia orgánica, agua y gases, se compactan y son empujados hacia la superficie debido a la presión generada por capas de sedimentos que se acumulan sobre ellos durante millones de años. Al alcanzar la superficie, estos lodos salen a través de fracturas o «bocas», formando estructuras dómicas conocidas como volcanes de lodo.
Este tipo de vulcanismo se extiende en Colombia por la región costera del Caribe, principalmente entre los departamentos de Atlántico, Córdoba, Sucre, Bolívar y Antioquia, donde hay más de cien volcanes de lodo documentados. Sin embargo, muchos colombianos solo conocen algunos de estos volcanes, especialmente aquellos que se han convertido en atracciones turísticas debido a la creencia de que el lodo volcánico tiene propiedades curativas.
Erupciones de lodo en Colombia
El reciente caso en San José de Mulatos, Antioquia, ha generado preocupación en las comunidades locales. Según informes de las autoridades, la erupción del lunes festivo causó desmayos en cinco personas y lesiones leves en otras tres. Además, al menos 109 familias, muchas de ellas de comunidades indígenas y campesinas, reportaron afectaciones en sus hogares.
Para los geocientíficos, cada erupción representa una oportunidad para entender mejor el comportamiento de estos volcanes. Eventos pasados, como la erupción del volcán de lodo Bajogrande en Cartagena en 2012, que cubrió dos hectáreas y causó la pérdida de ganado y cultivos, son ejemplos de cómo estas estructuras pueden afectar la vida de las comunidades cercanas.
Las erupciones de lodo también pueden generar ruidos y, en ciertos casos, fuego, como sucedió en 1992 en Córdoba, cuando los gases del volcán La Lorenza entraron en contacto con el aire y provocaron un incendio que afectó cultivos en la zona.
Diferencias entre volcanes de lodo y volcanes de magma
A diferencia de los volcanes de magma, que expulsan rocas fundidas y tienen un impacto explosivo y destructivo mayor, los volcanes de lodo son más lentos y menos destructivos.
No obstante, el geólogo Edgar Carrillo, colaborador de Carvajal, explica que los volcanes de lodo también pueden representar una amenaza para las comunidades locales debido a la expansión de lodo hacia áreas agrícolas, viviendas y la posibilidad de agrietamiento del terreno.
Además, mientras que los volcanes de magma son monitoreados constantemente por su potencial de daño, el monitoreo de los volcanes de lodo en Colombia apenas está comenzando. El SGC ha iniciado labores para implementar una red de monitoreo que permita una mejor gestión de riesgo en las áreas afectadas.
“Si bien estos volcanes no generan el mismo efecto destructivo que los de magma, es importante que quienes viven cerca de ellos comprendan el riesgo que representan y que el país avance en el conocimiento y monitoreo de estas estructuras”, comenta John Makario Londoño, director de Geoamenazas del SGC.
A pesar de que se han identificado más de 100 volcanes de lodo en el país, los expertos coinciden en que aún queda mucho por descubrir. Buceadores que han explorado el fondo marino entre Barranquilla y Santa Marta han reportado la existencia de múltiples bocas de lodo activas, lo que indica que el diapirismo de lodos podría estar ocurriendo también en el fondo marino y en territorios no explorados del país.
Estos descubrimientos son fundamentales, ya que sugieren que Colombia podría tener algunos de los volcanes de lodo más grandes del mundo. La extensión de los cinturones del Sinú y San Jacinto, donde se concentra este tipo de actividad, podría ser parte de un fenómeno mucho más amplio que afecta a regiones vecinas como Venezuela, Ecuador y Panamá, y que también se encuentra en otros países como Indonesia e Italia.
Si bien los volcanes de lodo no representan el mismo nivel de amenaza que un volcán de magma, sus erupciones pueden afectar significativamente la vida de quienes habitan cerca de ellos. El riesgo para las comunidades se deriva principalmente de la expansión de lodo hacia áreas habitadas, los incendios que pueden ser provocados por la liberación de gases y los movimientos de masa en terrenos de topografía accidentada.