«Hacer uso del voto es cuidar las instituciones que nos permiten vivir en democracia»: Camilo Palacio

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En esta entrega de nuestro especial periodístico de Conversaciones 360 en alianza con Comfama, en el marco de su campaña Votar es Cuidar, dialogamos con Camilo Palacio, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Antioquia, sobre la importancia del voto en el cuidado de las instituciones. 

Por: Redacción 360 Radio

En el marco de la campaña de Comfama Votar es Cuidar, conversamos con Camilo Palacio, politólogo, magister en Ciencias Políticas que ha estudiado temas relacionados con partidos políticos, elecciones locales, uso de mecanismos legales en política estudios de opinión.

Hablamos sobre el cuidado, la importancia del voto, las maneras en las que se puede generar conversación política en nuestros espacios cotidianos, el abstencionismo, la historia del voto en blanco en Colombia y la importancia del voto para el fortalecimiento de las instituciones.

360 Radio: Empecemos por esta pregunta que nos plantea Comfama en esta alianza de Votar es Cuidar ¿Cómo nos cuidamos a nosotros mismos y a la sociedad cuando votamos? 

Camilo Palacio:

En principio por ahí tendríamos que reconocer que el voto nos permite tener una democracia viva, ¿qué significa que podamos tener una democracia viva? es la posibilidad de tramitar aquellos conflictos, convertirlos de alguna manera en una suerte de consensos a partir del voto.

Entonces por supuesto estamos en un ámbito político que encarna aquellas pasiones, aquellas perspectivas, las formas en que vemos, entendemos y explicamos el mundo y no tendrían por qué ser las mismas, no tendrían por qué ser iguales. Si fuesen iguales precisamente sería mucho más riesgoso. Lo que nos permite la democracia es poder llevar esas tensiones, esos conflictos, esas discusiones por medio de unas instituciones, una de ellas el voto, para que podamos todas y todos, vivir y convivir con el resto de personas.

Eso es lo que permite el voto: que podamos organizar nuestras preferencias, las preferencias de la mayoría de la población y que podamos decir «bueno, por lo menos electoralmente tenemos un concepto, un consenso, sobre qué es lo que consideramos que se requiere para el país, para el municipio, para el departamento, en este momento». Eso basado en las propuestas de las y de los candidatos que están participando.

Cada candidata, cada candidato tiene una propuesta sobre: cómo identifica ese municipio, ese departamento, ese país que pretende gobernar, qué diagnóstico o en qué condiciones se encuentra ese municipio, ese departamento, país y cuáles son esas propuestas o esas soluciones que presenta con respecto a esas dificultades que tiene el territorio.

En esa medida entonces en toda la contienda electoral, lo que hacen las y los candidatos es decirnos «mire así veo yo el territorio y así veo yo las propuestas que pueden disminuir esas problemáticas» y por ende todas y todos quienes escuchamos y votamos pues decimos.

Hacer uso del voto es precisamente cuidar esas instituciones que nos permiten vivir en democracia, pero y sobre todo nos permiten tramitar esos conflictos esas dificultades que tenemos con respecto a las otras personas. No es solamente una lógica de imposición, sino que es una lógica para construir algo que podríamos llamar una suerte de bien común.

En esa medida construimos consensos. Por ejemplo, yo voté por alguien que perdió, yo voté por una propuesta que no fue electa en esta contienda, pues hay otras instituciones precisamente que están legitimadas, y que le van a hacer control a la persona que quedó ocupando ese cargo de elección popular.

Porque en algún momento se votó y se tomó esa decisión para que esas propuestas no sean tampoco las únicas, hay unos concejos municipales en donde también votamos y son quienes son encargados y encargadas de hacerle control y veeduría a esa propuesta que la mayoría eligió, personerías municipales, contralorías, nosotros nosotros votamos por congresistas, que a su vez eligen, procuradurías y demás cierto, tenemos todo un montón de mecanismos para cuidar las instituciones y con esas instituciones también cuidar esa convivencia que tenemos todas y todos los ciudadanos y que por ende así cuidamos tanto la democracia como a nosotros mismos y a quienes nos rodean.

360 Radio: Hay un asunto súper clave y es que esto de la participación política, de la conversación, del diálogo cotidianamente por lo general suele ser un tabú para las personas. Nada más el dicho de que en la mesa de la familia no se habla ni de política ni de fútbol ni de religión. ¿Cómo buscar que haya más conversación alrededor de la política? Más conversación alrededor del voto, más pedagogía para que las personas se empapen más de los mecanismos de participación, de esos candidatos y candidatas y que esa democracia esté más viva, más consolidada, más fuerte, con unas instituciones más legitimadas.

Camilo Palacio:

Esa es la pregunta alrededor de cómo construir democracia y en eso llevamos ríos de tinta, años de historia democrática, intentando potenciar eso. Pero yo creo que hay un elemento que hemos dejado de lado y que hoy se está empezando a hacer evidente su relevancia, porque regularmente no se discute de política en la mesa o en estos espacios en principio porque está muy cargada de descalificaciones que traen una idea incluso desde la razón: «no participe en política, no hables de política porque no sabes».

Pensar siempre ese tipo de exclusión en términos de que eres joven y no conociste la historia o eres adulto mayor y desconoces  las nuevas realidades. Siempre se han dado esos espacios y esos escenarios para excluir cierto tipo de gente y se ha pensado en gran medida también desde la razón.

Hemos reclamado muchísimo a las y los ciudadanos formarse para poder opinar y aquí es donde yo creo que hay un problema. Un montón de teóricas y teóricos que han discutido alrededor de esto y de los cuales yo comparto y es que dejamos para la política la episteme, un ciudadano que está formado y logra anteponer los colectivos por encima de los personales, es un ciudadano o una ciudadana que está sumamente informado e informada, pero informado informada objetivamente y pues resulta que ya lo dijo Giovanni Sartori, la democracia requiere doxa, no episteme. Requiere opinión y no conocimiento.

Entonces le estamos reclamando a una sociedad que es sumamente desigual e inequitativa, que no entrega las mismas condiciones para que todas y todos podamos pensar de manera objetiva o podamos estudiar de manera detenida los programas de gobierno.

Las personas trabajan de 6 de la mañana a 5 de la tarde y solamente quieren llegar a la casa a acostarse a dormir. Entonces le estamos reclamando como culpables a las personas que no tienen ni las condiciones, incluso a veces no tienen la disposición y eso también es respetable.

Entonces digo que estamos en una nueva dinámica en la medida en que estamos reconociendo que la gente también toma decisiones desde su sentires, desde la pasión, de lo que me enoja, de lo que me gusta, de lo que me despierta algún tipo de esperanza o algún tipo de posibilidad.

Esto no podemos entenderlo como un ataque a las instituciones o como un ataque a esa idea de la razón y de la democracia. Lo que tenemos que hacer es pensarnos precisamente entonces cómo o cuáles son las razones que lleva a la gente a decidir su voto de determinadas maneras.

Por ejemplo a partir de la ira y nosotros hemos tenido aquí escenarios en donde hemos dicho que el resultado se debe a esa ira o al asco o al hastío de las circunstancias de la política. Tenemos que identificar ¿Qué cosas son las que a mí me llevan a decidir? ¿Qué sentimientos son los que a mí me ponen a pensar? ¿Cómo el sentimiento que yo tengo lo vuelvo información?

Tenemos que identificar también la gente cómo tramita esas pasiones o esos sentimientos. ¿Qué es lo que les molesta? Esto nos puede llevar a pensar escenarios en donde podamos construir una suerte de consensos, sobre cómo hacer las cosas ponernos de acuerdo en decidir.

Además, ¿Cómo vamos a decidir si hoy la gente cada vez confía menos en las instituciones? Se confía menos en el Congreso, en las Cortes, en el Gobierno, en la democracia, en el voto yo. «¿Para qué voy a votar?, mi voto es uno y no va más allá, no va a marcar la diferencia» ¿Cuáles son las condiciones que le hacen creer a la gente que su voto no importa? porque eso también se debe a cuestiones de resignación.

Eso son también llamados a las instituciones democráticas para que se replanteen y se piensen esas formas. No quiero dejar pasar algo muy importante que se debe al contexto mundial y latinoamericano y es que las instituciones no están respondiendo a eso, pero quienes sí están respondiendo son líderes carismáticos que se están poniendo por encima de las instituciones, que están dependiendo sólo de una que es el voto.

Ya no están llegando al gobierno por golpes de Estado sino que están llegando por elecciones, entonces todavía dependen de una institución que es el voto pero que desconocen el resto de instituciones. Dicen que una investigación de las cortes o del sistema judicial o de la Rama Judicial es una persecución política. Esos líderes carismáticos puede conectar con esos sentimientos.

Esto es lo que hace es reivindicar la posición del voto. El voto nos permite cuidar esas instituciones que nos permiten los consensos que nos ponen un escenario en donde podemos crear consensos. El voto es el consenso para crear consensos. Nos hemos puesto de acuerdo en que eligiendo democráticamente es que tramitamos esas tensiones que tenemos.

360 Radio: También está la persona que por decisión propia decide no votar. La persona abstencionista. Uno escucha que dicen que no votan «porque todos son malos». Ahí también está deslegitimado el sistema electoral. ¿Cómo generar diálogo con esas personas que asumen el abstencionismo y no votan para que se animen a participar políticamente y se animen también no solamente a votar, sino también a seguir con el proceso que sigue después del voto? Un proceso institucional de control, de veeduría, de ciudadanía activa.

Camilo Palacio:

Hemos intentado darle algún tipo de significante al abstencionismo. En la teoría hemos dicho que pueden ser muchas razones, entre ellas las que mencionan algún tipo de hartazgo con el sistema político, por algún tipo de ley. No le entregan legitimidad a esas instituciones de la democracia.

Se ha intentado identificar qué quiere decir y por supuesto el abstencionismo también significa algo para la democracia. Aunque la democracia encontró la forma de sobrevivir aún con el abstencionismo, no olvidemos que los niveles de participación son relativamente bajos, son cambiantes por municipio y por región, pero en términos generales son constantes.

Tenemos una población de alrededor de 50 millones de colombianos y regularmente no son más de 30 millones los que votan, que no están participando. ¿Qué podemos decirles a las personas que decididamente no participan por algún rechazo, por algún hartazgo a las candidatas a los candidatos? Que también hay mecanismos institucionales para poder decir eso de manera muy clara y nuestro país es especial en ese término en comparación con el resto de países del mundo.

Por ejemplo las opciones del voto en blanco no son solamente mensajes, sino que también tienen una repercusión sobre las elecciones. Con decirte esto: el voto en blanco en el país ha ganado en 4 ocasiones Susa – Cundinamarca Cabrera – Cundinamarca, Tinjaca – Boyacá y Bello – Antioquia.

Ahí hay una forma de decir «no nos gusta la oferta, no nos gustan los candidatos las candidatas, no nos gustan los partidos que están en la contienda, cambien, no estamos de acuerdo con la política que hay en este territorio» Es un mensaje también de exigencia con el sistema político. También es una forma institucional que la democracia tiene para decidir e incidir en los resultados. Por ejemplo los votos en blanco en las elecciones plurinominales a Concejos, Asambleas, Congreso, lo que hacen es hacer mucho más difícil que los partidos puedan alcanzar el umbral, eso también da mensajes puntuales a la democracia y hace pensar a las instituciones.

¿Cómo podemos remediar esa falta o esa apatía? En términos generales también puede ser porque la gente no se está conectando con esas instituciones.

Con respecto a lo que pasa después de los comicios, para eso también hay instituciones y hay mecanismos que se deben movilizar, que se deben organizar, por ejemplo las revocatorias de mandato. La rectora de la Universidad Eafit hace poco hablaba de un asunto que es muy importante: la gente no está desconfiando de las instituciones, pero está desconfiando de quienes están ejerciendo los cargos en las instituciones.

Eso entonces lo que nos está diciendo es «ojo, no es que estén deslegitimadas las instituciones, quienes están deslegitimados son quienes están llegando a ocuparlas» Por ende hay que buscar otra forma, hay que construir espacios mucho más democráticos, hay que decirle a la clase política y a la política en general que paren un poco, replanteemos porque están poniendo en riesgo la democracia. Y eso también se hace por medio del voto.

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