Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), atendió exclusivamente a 360 Radio para hablar de la reforma tributaria que plantea el nuevo gobierno, que aseguró no volver a firmar nuevos contratos de exploración de petróleo y gas natural. Lea la entrevista completa.
360 Radio:
¿Cuáles han sido sus sensaciones y las de su gremio y asociados con lo que se ha venido contando, de la reforma que se viene presentando, y lo que usted pudo escuchar en el Congreso de la ANDI en Cartagena?
Francisco Lloreda (F.L.):
La prudencia no es una de mis principales virtudes pero si usted lo dice entonces es señal de que el esfuerzo que hago en ocasiones no está del todo mal, la industria del petróleo y gas en Colombia lleva más de 100 años que coinciden con una época en el mundo en el que el petróleo y el gas han sido determinantes en el desarrollo económico y social del planeta y por supuesto como toda actividad humana con unos impactos.
Llevamos varios años inquietos y preocupados por el impacto que como seres humanos tenemos sobre el planeta y eso es válido, de manera más reciente en el incremento de la temperatura del planeta, lo que se conoce como el cambio climático. Es natural que entre todos reflexionemos sobre cuál es la mejor manera de contrarrestar esa anomalía en la temperatura, pero debemos entender que la situación que se está presentando requiere ante todo una solución donde todos los países sean corresponsables, entendiendo cuál es su aporte, por ejemplo, en gases de efecto invernadero y lo cierto es que Colombia aporta muy poco en este aspecto, alrededor del 0.4 %.
Comienzo por aquí porque nosotros no podemos tapar el sol con las manos y sí debemos hacer lo que esté a nuestro alcance como colombianos para aportar a que ese cambio climático no empeore, pero entendiendo cuál es el aporte de Colombia a esa situación pues también debemos ser muy serios y responsables sobre las bondades y efectos negativos de las medida que se toman.
Desde hace muchos años, esta industria está comprometida con prácticas de sostenibilidad, con los objetivos de desarrollo sostenible y en eso están la mayoría de las empresas, empezando por Ecopetrol. Llegamos a un momento donde se plantea una transición energética acelerada y donde creemos que es necesario analizar con mucho cuidado.
360:
Las declaraciones oficiales apuntan a lo siguiente: «No estamos acabando con nada, vamos a permitir que todo lo que se está explorando se siga explorando, simplemente no vamos a firmar nuevos proyectos». ¿Esto cómo lo recibe su industria?, ¿qué dicen los inversionistas quienes tienen que apostar, invertir, arriesgarse con sus capitales en medio de inestabilidades e incertidumbres políticas y jurídicas?
F.L.:
Con enorme preocupación pero no tanto por la industria sino por el impacto que esto puede acarrear en los colombianos. Colombia tiene reservas para 6-8 años, y de gas para 4-5 años, eso no significa que no haya petróleo ni gas; incluso está descubierto pero es necesario desarrollarlo y para ello se requieren inversiones importantes, requiere más exploración.
Cuando en principio se establece que no se deben adelantar nuevos contratos exploratorios preocupa porque lo que no sembremos a nivel exploratorio ahora no vamos a lograrlo cosechando en 4, 5 o 6 años, que es cuando Colombia podría estar pasando por una situación muy crítica en materia de autosuficiencia energética. Los países deben buscar ser autosuficientes en materia energética, que es la gran lección de Europa, en donde en este momento se están dando de cabeza contra las paredes porque le terminó entregando su seguridad energética y por lo tanto su seguridad nacional a la federación rusa; más de un 40 % del gas que consume Europa hoy en día depende de Putin y el 30 % en materia de petróleo.
Nosotros estamos en una situación que es muy distinta, Colombia es autosuficiente en petróleo y exporta petróleo, es autosuficiente en gas y podría, a la vuelta de unos años, exportar gas. Plantearle al país un proceso de debilitamiento apresurado e innecesario de una industria que requiere en lo económico y en lo social, y para ayudar a apalancar la transición energética, pues la verdad es que nos preocupa muchísimo y por supuesto que esta vez es una preocupación de todos los colombianos.
360:
¿Colombia ya tuvo un impasse hace menos de 8 años con Venezuela, cuando estábamos dependiendo del gas de ellos y no nos suministraron por una tensión política?
F.L.:
Así es. Por eso cuando se pone sobre la mesa la opción de no solo no explorar más, sino perder la autosuficiencia en gas a la vuelta de 4 o 5 años y depender del gas venezolano por unos 20 años, eso enciende todas las alarmas porque uno no debería depender del gas venezolano; tenemos que desarrollar nuestro gas porque genera empleo, regalías, impuestos, desarrollo económico y social, entonces ¿por qué vamos a depender de otro?
En 2015, Colombia llevaba varios años exportando, enviando gas de La Guajira a Venezuela y cuando le correspondía a ese gobierno enviarle gas a Colombia no lo hizo, era un momento en el que los embalses de las hidroeléctricas colombianas estaban muy bajos, necesitábamos mucho más gas en ese entonces para poder generar electricidad y Venezuela no nos envió gas y este es el momento en que no ha pagado ese gas que les vendimos en un momento dado.
Estuvimos al borde de un racionamiento, uno decir que le va a entregar la seguridad energética y la seguridad nacional a Nicolás Maduro no tiene pies ni cabeza. Creería que esa aseveración de parte de la ministra de Minas y Energía la hizo de buena fe, siguiendo un poco los lineamientos o lo que ha leído en el discurso del presidente Gustavo Petro, pero la verdad yo sí creo que el gobierno va a tener que entrar a replantear muchas de esas posturas porque no tienen sentido, además si la razón es ambiental es una gran mentira porque quién dijo que el gas traído de Venezuela es un gas más limpio que el gas producido en Colombia.
Si uno deja de explorar e importa gas por razones ambientales es una gran mentira. Me parece muy importante que abra una gran discusión sobre autosuficiencia energética que además tiene unos impactos fundamentales en el bolsillo de los colombianos.
360:
Con la nueva reforma tributaria que se plantea, a ustedes se les aumentaría la carga tributaria, esto haría que la inversión en pozos o donde se tenga que buscar gas ya no sea rentable y simplemente la inversión se va. ¿Tiene usted alguna propuesta para presentarle al ministro Ocampo en los próximos días?
F.L.:
El análisis que hace es acertado, hoy en día la carga fiscal de la industria en Colombia es alta comparada con la región, es una carga fiscal de 65 % aunque varía dependiendo del proyecto, en la región está aproximadamente en 50 %. No somos el país más competitivo pero si elevamos esa carga fiscal hasta un 80 % pues no va a ser tan fácil atraer los recursos de inversión que se requieren, y que se requieren además con urgencia para poder desarrollar los mismos recursos.
Hemos estado en conversaciones con el ministro Ocampo, él entiende la importancia de esta industria. Él, al inicio del gobierno, señaló que era fundamental seguir explorando en Colombia y mantener la autosuficiencia aunque su posición entra en contradicción con otros funcionarios del gobierno, pero lo cierto es que aspirar a una reforma tributaria de $25 billones tiene tanto de largo como de ancho.
En la industria, nosotros estamos dispuestos a ayudar. Es un deber de todos ayudar a reducir la pobreza, la inequidad, la continuidad del ajuste fiscal requiere recursos y esta industria está abierta a aportar recursos en esa reforma tributaria, pero lo que si no tiene sentido es pensar que esta industria va a cargar con $6 o $7 billones de pesos de la reforma tributaria, pues termina por sacar del marco competitivo esta industria y como lo han señalado ustedes eso pone en jaque no solo los proyectos de exploración existente sino proyectos nuevos porque el capital no solo es miedoso sino que también es inteligente y prudente.
Si uno está en una situación en donde hay una carga fiscal desmesurada y no va a haber más exploración, entonces el escenario para las empresas es difícil. Si no se puede explorar más para mantener los niveles de producción o para tratar de ver si se descubre gas o petróleo para poder producir y estar en Colombia con una carga fiscal tan alta puede llevar no solo a la inviabilidad de muchos proyectos sino a que muchas empresas consideren las inversiones en el país.
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360:
¿Qué hace la industria en materia de sostenibilidad y responsabilidad social para mitigar el impacto?
F.L.:
Valido la preocupación de los jóvenes y otras personas por el medio ambiente, todos la compartimos pero debemos avanzar con mucho cuidado e inteligencia porque tampoco podemos afectar la calidad de vida de la gente. Cuando pensamos en hidrocarburos, un ejemplo: hoy en día más de 11 millones de hogares utilizan gas natural para cocinar, es un combustible que es bastante económico, qué les vamos a decir a esos hogares cuando vemos que el 20 % de la electricidad, sobre todo en las horas pico, se genera con gas natural, ¿entonces qué hacemos?
Para que las fuentes eólicas y las solares puedan funcionar necesitan una fuente de energía primaria de respaldo que es el gas natural, cuando más del 85 % de todos los productos con los que convivimos son derivados del petróleo, es parte de nuestra vida. Ahora, cosa distinta es entender que el enemigo no es el petróleo del gas, el enemigo son las emisiones de gases de efecto invernadero, las que tenemos que controlar, no es el petróleo y el gas, son los gases de efecto invernadero.
En el caso de Colombia, el 60 % de los gases de efecto invernadero se producen en el sector agrícola, ganadero, cuando hacen deforestación, el mal uso de la tierra como minería ilegal, cultivos ilícitos; la industria del petróleo y gas no es la gran responsable de esas emisiones. Me parece muy importante que pongamos todo sobre la mesa, hablar con mucha sinceridad no para que reduzcamos el compromiso con lo ambiental y con ver cómo logramos cuidar el planeta, pero sí entendiendo que esta industria ha sido clave durante más de un siglo para lograr los estándares de vida que hoy miles de millones del planeta tienen y que debemos hacer una diversificación y transición inteligente hacia fuentes distintas, hacer una combinación pero recordemos que el enemigo son los gases de efecto invernadero, no es la fuente primaria de energía.
360:
¿Cuál es su opinión sobre el fondo de estabilización de precios?
F.L.:
Lo que ha ocurrido durante varios años es que la demanda de combustibles líquidos ha aumentado en el país porque el parque automotor ha aumentado y porque hay más vuelos que despegan todos los días, porque hay más barcos en los puertos. En Colombia se movilizan más o menos 40 millones de pasajeros al año, tenemos 17 millones de vehículos de los cuales 10 millones son motos y cada año ingresa 1 millón de motos más. Es decir, para el año 2050 vamos a tener más de 50 millones de vehículos en el parque automotor.
Hay una demanda de combustible que ha crecido y en Colombia ese combustible se subsidia -la gasolina corriente, el diésel en un 50 %-. Cuando vamos a una estación de servicio y vemos que la gasolina corriente o el galón de diésel cuesta $9.000 -$10.000 debería estar costando casi $20.000, lo que cuesta a nivel internacional.
Desde hace varios años, el gobierno nos está subsidiando el 50 % de la gasolina y diésel, pero pareciera que a veces los colombianos no somos conscientes de eso. Ese subsidio ha ido generando un déficit -lo que se llama como el fondo de estabilización del precio de los combustibles- y ya suma casi $37 billones, eso es un hueco y es mucho más que la reforma tributaria planteada.
Si uno realmente quisiera acelerar una transición energética en Colombia con el mundo entero, lo primero que habría que hacer es quitar los subsidios a la gasolina y eso en el momento en que a una persona le cueste tanto dicho combustible depronto buscaría otras fuentes, pero también tendría que desarrollarse paralelamente unas inversiones gigantescas en infraestructura para ofrecer electricidad, gas natural; tenemos aproximadamente 5.000 estaciones de servicio y entonces habría que electrificarlas.
La reposición de los vehículos no se da de la noche a la mañana, y pues no hemos logrado chatarrizar los buses de transporte viejos. Tenemos que ser muy realistas teniendo en cuenta también que la edad promedio del parque automotor es de 18 años.
Fíjense la paradoja: por un lado transición, los combustibles fósiles son lo peor que hay; pero por otro lado «cuidadito, gobierno, con no subsidiarme la gasolina. Esas contradicciones se presentan en la sociedad pero nos deben hacer un llamado a la realidad, es que esto no es tan fácil.
Un ejemplo tenemos más de 30.000 talleres formales que hacen mantenimiento y reparación de motores de combustión, ¿qué vamos a hacer con ellos?, ¿qué les vamos a decir, que de malas? Tenemos que entender que son tres transiciones: una es la energética, donde con la excepción del desafío que hay en materia de movilidad y reposición del parque automotor, hemos avanzado muchísimo, la matriz eléctrica en Colombia es 100 % verde; la segunda es la transición económica, la balanza comercial, las exportaciones, a nivel fiscal con qué vamos a reemplazar casi que el 18 % del ingreso fiscal de la nación, con qué vamos a reemplazar las regalías para las regiones; eso no lo vamos a hacer en 5 o 7 años, ¿con qué las vamos a reemplazar? La otra transición es la productiva, perfecto, impulsemos otras actividades como el turismo, el agro; ¿cuánto llevamos hablando de eso y no lo hemos logrado?, ¿por qué no utilizamos los recursos del petróleo de la reforma para apalancar esas actividades como la reforestación, el cuidado de cuencas, para programas que realmente ayuden a reducir la pobreza?
Nos quedamos en el discurso, hablando mucha carreta y la realidad es otra. Tenemos que entender que estas transiciones -la productiva, la económica y la energética- o se dan de la mano de forma sincronizada o si no vamos a causarle un gran daño al país.