En un informe reciente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento para Colombia, reflejando una marcada desaceleración económica. Este ajuste se atribuye a la caída de las tasas de inversión, la disminución del consumo y la rigurosa política monetaria del Banco de la República, diseñada para hacer frente a la creciente inflación.
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Según el análisis de la OCDE, este escenario, agravado por la incertidumbre política, ejercerá presión sobre la demanda interna, especialmente ante la debilidad que exhibe el consumo privado, que previamente había impulsado la reactivación económica tras la recesión provocada por la pandemia.
La OCDE proyecta un crecimiento económico del 1,2% para el presente año, con una estimación aún más moderada del 1,4% en 2024. No obstante, se espera un repunte en 2025, con un aumento del 3%. Este pronóstico representa una rebaja con respecto al 1,5% previamente pronosticado para 2023.
El documento destaca que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) ha experimentado una desaceleración significativa desde finales de 2022. Factores como la débil confianza de consumidores y empresas, la abrupta caída de la inversión por debajo del 18% del PIB (comparado con el 22% de media entre 2014 y 2019), los altos tipos de interés y la incertidumbre política son identificados como los principales obstáculos que lastran la inversión.
La OCDE resalta el aumento en el costo del crédito y la aplicación de criterios de préstamos más estrictos. Sin embargo, subraya que el mercado laboral aún no ha experimentado completamente la desaceleración económica, permaneciendo 1,5 puntos porcentuales por debajo de los niveles pre-COVID-19.
¿Qué otras proyecciones tiene la OCDE?
El informe también aborda las decisiones del banco central, que ha elevado las tasas de interés al 13,25%, contribuyendo a contener la inflación a pesar del aumento del 16% en el salario mínimo y los ajustes en los precios de la gasolina para reducir el déficit del Fondo de Estabilización de Precios del Combustible.
A pesar de estas medidas, la OCDE advierte sobre el posible impacto climático en lo que queda de este año y el primer trimestre del próximo. Se espera que el actual fenómeno meteorológico de El Niño alcance su punto máximo a principios de 2024, generando sequías que podrían presionar los precios de los alimentos debido a la disminución de las cosechas.
El análisis sugiere que el banco central podría iniciar una reducción de las tasas de referencia a partir del próximo año a medida que la inflación continúe disminuyendo, anticipando que los tipos de interés bajen al 6% a finales de 2025.
El documento resalta que, aunque se están realizando ajustes para lograr una consolidación fiscal, persisten riesgos de incumplimiento en la regla fiscal. La OCDE destaca los déficits presupuestarios previstos de 4,3% del PIB en 2023, 4,5% en 2024 y 3,5% en 2025, justo dentro de los límites establecidos por las normas fiscales.
En cuanto a las reformas, la OCDE sugiere que podrían impulsarse con la continuidad de la solidez del marco fiscal, una mejora en la eficiencia del gasto y un aumento en los ingresos mediante la reducción de exenciones fiscales. Además, subraya la importancia de que los proyectos gubernamentales se centren en reducir la informalidad, los costos laborales no salariales y mejorar la calidad de la formación para generar reformas significativas en el país.
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