La senadora del Centro Democrático y hoy precandidata presidencial por el mismo partido, María Fernanda Cabal, conversó con 360 sobre su campaña para llegar a la Casa de Nariño; la seguridad, la recuperación económica, las relaciones con los empresarios y algunos cambios constitucionales fueron los principales temas de esta entrevista.
Conversaciones360 con María Fernanda Cabal
360:
Recientemente 360 publicó una columna llamada «El fenómeno María Fernanda Cabal», y fue referencia porque este país ha tenido unos últimos años muy complejos en materia de orden público, de justicia, de seguridad, de economía, y hoy existen fenómenos políticos -corrientes sociales- que están apoyando candidaturas que de pronto para algunos podrían no estar en el radar y ahora están resultando ser más que viables, y pareciera que en el espectro político nacional algunos debates que se han planteado un poco rosas un poco etéreos.
Quisiéramos empezar por uno de los temas más importantes por estos días, y tienes que ver con la seguridad, o más bien la inseguridad, que va ligada a la injusticia, a la impunidad que el país vive no solamente ahora, sino hace más de 7 años.
Usted ha sido enfática en eso, y no solo se ha ganado el apoyo de una amplia porción de la base del Centro Democrático si no que ha despertado el apetito y la atención de otros sectores políticos.
Precandidata Cabal, usted ha dicho «Cabal, las cosas como son» y le preguntamos, ¿Qué le pasa a este país en materia de seguridad y justicia?
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María Fernanda Cabal (M.F.C.:)
Es increíble, pero nosotros tememos una historia de violencia que nace desde nuestra vida republicana. Yo siempre apelo a la historia porque considero que uno puede intentar definir un norte y proyectar un futuro conociendo siempre el pasado, de otra forma vamos a repetir los mismos escenarios; parece que estuviéramos viviendo lo vivido, ¿y por qué digo esto?, porque uno tiene que reconocer que vivimos en una sociedad violenta que tiene rasgos criminales muy fuertes.
Recién la independencia de Colombia se vivieron épocas de guerras civiles que terminaron con la Guerra de los Mil Días y con una paz relativa con el general Rafael Pérez, y así sucesivamente, vienen los años 20’s los años 30’s con la influencia del comunismo, -así la gente no quiera creerlo, ahí están los documentos de la historia-.
Viene el tema de la huelga insurreccional de las bananeras que con García Márquez, él intentó magnificar esas cifras, siempre tratando de dejar al ejército y a la fuerza pública como genocida, que es lo que sucede hoy, una inseguridad jurídica rampante para dejar a la sociedad sin quien la defienda, porque lo que quiere la izquierda es la destrucción a través de la violencia; incitar a la violencia para que dé una respuesta y convertirse aquellos victimarios en víctimas, usando una vieja estrategia que se llama inversión revolucionaria; -lo malo es bueno, y lo bueno es malo-
A nosotros todo ese transcurso histórico nos lleva a décadas de violencia, incluso de desplazamientos antes de la fundación de los grupos guerrilleros, y terminamos en el año 2022 con una nación destruida, un estado fallido; 30.000 muertos año, 3000 secuestrados; secuestrados en las ciudades -«yo todavía recuero la primera caravana vive Colombia viaja por ella, con tanquetas y helicópteros»-, una cosa increíble, pero eso es lo que hemos vivido hoy.
Gracias al presidente Uribe se devolvió la seguridad, y al cabo de un año había una reconquista de las regiones, pero acompañada de las demás entidades del estado, porque siempre se deja sobre el peso de los soldados y de los policías la recuperación de los territorios, pero no se llega con empleo, con vías terciarias, con expectativas de mejoramiento de la calidad de vida, aparte del tema de seguridad que obviamente es fundamental.
sin seguridad no hay nada.
El relajamiento en la seguridad viene especialmente desde el gobierno de Juan Manuel Santos, cuando se extienden los cultivos de coca con el invento de que tristemente no es candidato presidencial, que es Alejandro Gaviria, siendo ministro de salud, y se inventan un estudio no probado de la Organización Mundial de la Salud, donde decían que el glifosato daba cáncer, -en este mismo estudio estaba la actividad de la peluquería-
Así se llenó el país de coca, la coca que sirve para la violencia, la muerte de líderes sociales, la corrupción de la fuerza pública, de la política y de todo, eso es un veneno para la posibilidad de sostenibilidad de cualquier institución que quiera por lo menos mantener los pilares de una democracia.
Seguimos en esta historia, después Juan Manuel Santos viene con el tema de su acuerdo de paz, se sirve de todas las artimañas posibles, -hay que ver que fue el negocio de mayor lavado de activos de la historia de Colombia, como lo dijo el entonces procurador Alejandro Ordóñez.
Lo que sucede a posteriori, es que viene una sentencia de la Corte Constitucional; esa sentencia es sorprendente, una tutela interpuesta por el Consejo Comunitario de Nobita, aun sabiendo que está lleno de coca, de ELN que instrumentaliza población vulnerable donde las sentencia establece que hay que pedir permiso donde estén esas comunidades; o sea, terminamos toda la población colombiana sometida a unos criterios absolutamente ilegales, ilegítimos, que van en contra de la naturaleza propia de los derechos y deberes -porque no hay derechos sin deberes-, y se premia la ilegalidad.
En eso estamos hoy, en una disputa; un gobierno muy temeroso de revisar la aspersión, y un país que recibe como herencia de Santos y del acuerdo de paz, la urbanización de la guerra. En eso estamos hoy, en guerra urbana, milicias urbanas;
-lo que llaman el estallido social que no es más que una toma guerrillera financiada por el narcotráfico-
360:
Precandidata Cabal.
Hoy los alcaldes de las principales ciudades tienen fenómenos de inseguridad desbordados, y varios de ellos no han sido temerosos en decir que la culpa es de los jueces.
Empecemos por el subteniente, hermano de su colega del Centro Democrático, el congresista Vallejo fue dejado en libertad que por un mal procedimiento.
Como éste tenemos millares de casos viéndolos hace muchos años, y fuera de eso, con la problemática que tenemos de un aumento de una población migrante que, si bien en su mayoría vienen a trabajar y a buscar un mejor futuro por cuenta de la dictadura de maduro, es real que existe un fenómeno de delincuencia por parte de estos grupos.
Ahora, no hay cárceles, en Colombia no se construye una cárcel hace más de ocho años, y la reforma a la justicia es otra deuda de este gobierno, -casi cuatro ministros y ni una sola reforma-.
La fuerza de la policía sigue siendo minúscula ante estos retos, y tenemos por ejemplo que cuando se autoriza la asistencia militar en ciudades como Bogotá, hay más alarmas por cuentas del armamento de los soldados que porque es superior al del armamento de los delincuentes; ese es el nivel de la discusión que hay en esta materia, ¿Qué opina sobre esto?
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M.F.C.:
Que estamos atrapados en la invesibilidad colectiva, y eso sí que es desafiante.
Cuando a usted le pervierten la norma, cuando lo malo es bueno y lo bueno es malo como lo dije hace un momento, usted está enfrentado a saber si sigue la sociedad vigente o si hay que disolverla
¿porque, qué vamos a hacer?, cómo vamos a ponernos de acuerdo entre quienes consideran que la fuerza pública debe ir desarmada, cuando los estados se crean para tener el uso legítimo de la fuerza, esa fuerza incluso se puede ejercer con algún grado de violencia, porque si usted está enfrentado a unos barbaros, -como decía alguien- «es que no es igual una piedra a un arma», ¿no?, ¿Con una piedra no matan?, -yo tengo un muchacho del ESMAD con toda la cara destrozada y sin un ojo por una piedra.
Cuando empezamos a entrar en esos argumentos de los progresistas que en el fondo lo único que quieren es adornar con protestas una revolución violenta, y se lo permiten muchos medios, que estimulan, que se vuelven los porristas de turno que mañana la protesta es en tal lado, pasado mañana en tal otro, de la forma más irresponsable, exponiendo la vida de la fuerza pública y de los ciudadanos de bien que no son los que queman medios de transporte público que es donde la gente sin recursos debe movilizarse, y mucho menos van a quemar policías vivos que también son gente humilde.
Acá terminaron adornando todo, y recibiendo apoyo internacional de todo este progresismo global donde les parece magnifico por ejemplo que el aborto se practique a los 8 meses de vida; o sea, a ese nivel de degradación moral hemos llegado, el problema es que no nos damos cuenta los de este lado que nosotros somos mayoría, pero es una mayoría atemorizada y no podemos seguir con miedo porque ellos avanzan siendo minoría.
Las minorías violentas que terminan siendo las dueñas de la información a través de las noticias falsas auxiliadas por varios medios nacionales y extranjeros y que al final siendo minoría terminan cambiando la percepción del ciudadano incauto y obviamente a ellos los siguen los hipnotizados y la invesilidad colectiva.
O los enfrentamos y los desenmascaramos o no vamos a tener país; nosotros no nos merecemos estos jueces, ya basta, basta del garantismo a los delincuentes; estamos hartos que se privilegie el derecho al criminal por encima de los derechos de las víctimas, o sea, ¿Qué nos está pasando por Dios?, ¿desarmar la fuerza pública y desarmar la ciudadanía que tiene el derecho a la legitima defensa como lo dice la constitución?
Es inconcebible, y lo hizo el gobierno de Santos y lo continuó este gobierno: los países más peligrosos del mundo son los que tienen la prohibición del uso de armas por parte de civiles con su debido permiso. En Colombia habían 600.000 permisos de porte, ¿sabe cuántos hay hoy? -6000-, y vaya pregunte cuánto les tocó pagar, porque lo que hizo Santos fue un permiso especial que lo que significa en prohibición.
Mientras gozamos, -las personas que querían tener un arma por necesidad para salvaguardar sus vidas-, desde el año 93 hasta el año 2015 y nadie dijo nada, hasta que llegaron las ordenes de la Habana, y no entiendo como este gobierno sigue con esa tesis absurda enfrentando 3 millones de armas ilegales que llegan de Venezuela.
Ustedes han tocado varios problemas, como el de la migración. También se permitió que entrara el que le diera la gana; acá están entrando todos los colectivos ‘chavistas’, los asesinos sueltos por la señora que es la directora de las cárceles Iris Varela, que es igual de delincuente que el régimen de maduro.
-Acá hay más de 30 guetos identificados hace cinco años de venezolanos con la policía política del sevi, ayudando a destruir las ciudades cada vez que hay una manifestación, acá está el G2 cubano, ¡por favor!, y la frontera con Venezuela llena de antenas de los rusos para aviación no tripulada, la amenaza esta allí.
Si no diseñamos ya una política de seguridad nacional unidimensional que atienda las amenazas internas y externas y haga una planificación para enfrentar también la amenaza regional, porque es distinto el problema del Cauca, al problema del Catatumbo, al del Darién, al de Tumaco, no vamos a tener país; así de sencillo.
360:
Precandidata Cabal, el principal auge de su nombre se da entre abril y mayo, cuando buena parte del país se encontró verdaderamente preocupada, sitiada y no solamente en Bogotá, sino en las regiones; -en el Valle del Cauca, en su tierra-,
Nosotros de primera mano pudimos conocer como en distintos encuentros empresarios muy importantes y de todos los tamaños encontraron en usted de pronto más que un discurso, unas líneas ideológicas que ni el gobierno actual les estaba planteando, y eran personas que estaban desprotegidas porque estaban bloqueadas en Cali, en el Valle del Cauca, la gobernadora enfrenta con el alcalde porque él no permitía actuar ni siquiera, de manera que los ciudadanos tuvieron que actuar por su propia cuenta y acá el tema de seguridad que ya ampliamente lo hemos tratado se mezcla con el económico.
Colombia ha entrado en un bucle de hablar de subsidios, asistencialismo y programas sociales, pero sin tocar la principal fuente es de donde sale el dinero. La riqueza, y está comprobado, la crean las empresas, son las que generan valor, las que generan realmente un dinero que se puede tocar, el estado sencillamente es un recaudador y no se puede convertir en el mayor empleador, y está demostrado en todo el mundo.
¿De dónde se va a sacar tanto dinero si hay menos empresas, si hay más desempleo y hoy se habla hasta de renta básica por parte de un candidato presidencial, para los jóvenes, y se habla de subsidios, subsidios y más subsidios?
Subsidios, creación de riqueza y empresariado, ¿Qué haría usted por estas personas?
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M.F.C.:
Es que los populismos nos llevan a creer en esto, a creer que todo lo resolvemos dando sin generar nada a cambio, que además es parte de la dignidad humana que es valerse por sí mismo y no depender de otros.
Ahora, tengamos esa claridad, en Colombia hay un sinnúmero de subsidios, pero una parte son necesarios porque hay una población muy pobre que no tiene como acceder a la educación -que debe ser subsidiada-, a la salud -que debe ser subsidiada-, y hay unos subsidios que se suponía que eran coyunturales como el del desplazamiento habiendo sido víctima, -que yo los transformaría-.
Yo entiendo que en momentos de empobrecimiento la gente necesita platíca en su bolsillo. El Covid arruinó a la mayoría de países del mundo, sí, es cierto, y nadie estaba preparado para enfrentar una pandemia como esta.
El paro criminal, que fue una toma guerrillera terminó de arruinar al que había logrado sobrevivir, ¡increíble!, generando escasez por el desabastecimiento de productos de la canasta básica y generando encarecimiento.
Lo que querían estas mentes criminales era además del terror de los bloqueos, del bloqueo de la vía arteria de Colombia -que es Buenaventura-, era arruinar y matar de hambre a la gente, porque esa es la mentalidad degenerada del comunista, que quiere que la misma gente salga y le apoye su revolución y su esquizofrenia para poder llevarnos a todos al mundo ideal que lo único que ha producido es 100 millones de muertes a lo largo de la historia de la humanidad.
Ese es el plan macabro, y lo alimentan con el dinero del narcotráfico, y aquí no podemos nosotros generar seguridad solamente bajo los hombros de soldados y policías; todas las comunidades debemos ser aliados, informantes, auxiliadores, -a escondidas si les da miedo-, los frentes de seguridad tienen que organizarse todos alrededor de defensa civil y de fuerza pública, y eso se hace, y eso vuelve y se recompone, pero el problemas es que nos estamos estrellando con jueces que no sé qué méritos o que calidades tienen -me imagino que en Colombia será ser amigo de algún magistrado-,
¿Cuál es su mérito para ser juez de garantías y estar garantizando un debido proceso sin privilegiar al bandido y sin desproteger a la víctima?
Qué es lo que nos pasa cuando en el mundo el juez tiene que tener una estatura superior dentro de la sociedad; el juez debe tener no solo todas las condiciones y las calidades porque es el que te quita la libertad. En Estados Unidos ser juez es bien difícil, -no ser fiscal, ser fiscal es cualquiera-, ser juez no; en Europa, en España, existen las famosas oposiciones, que son unos exámenes que hay que aprobar -dificilísimos- para ser juez, ¿y aquí, si soy amigo del amigo?
Estamos expuestos a una justicia que no tienen las calidades que exigimos los ciudadanos que además le inyectamos recursos multimillonarios, esta última reforma creo que les dio como 3 billones, pero no hizo el cambio estructural porque los jueces no se dejan reformar; pero eso pasa en todo el estado colombiano, a nadie le gusta que lo reformen y como cada uno es dueño de un pedacito.
A Fecode no le gusta que lo reformen y está condenando a los jóvenes estudiantes a no tener ningún nivel de competitividad en un mundo global a que nunca salgan de pobres, ¡»Ahh, pero es que ellos son los dueños de la educación de los pobres»!, la esclavitud de los pobres estar atrapados por los Fecode.
Igual pasa con los sindicatos, y uno se pregunta: bueno, ¿en qué mundo viven?, si queremos es el bienestar, que la gente decida por sí misma, igual pasa con cada ley que sale del Congreso donde atrás hay un grupo de interés, entonces vos terminas pagando el registro, la sanción porque te obligan como empresario a dar una cantidad de curvas por un laberinto interminable de reglamentos y de decretos que van en contravía de la libertad de empresa y de la iniciativa privada.
Todo eso hay que tumbarlo, por eso es tan rico cuando uno se sienta con los gremios y te dicen «este decreto es pésimo, se quebraron tantos. Esta resolución no sirve. Esto es inconstitucional y no lo hemos podido quitar», es que hay que tumbar las barreras de acceso; hoy hay cinco millones de colombianos en el gota a gota, ¡Por favor!, vaya usted a pedir un crédito, pues le sale mejor que le caiga un rayo primero.
Entender este país con sus desafíos es empezar a limpiar la casa, con autoridad, exigiendo jueces con calidades, con una fuerza pública que sienta confianza de que no va a terminar presa por ejercer el derecho al que tienen y el mandato constitucional que tienen, por una comunidad que sienta que es parte y que sienta que quiere apoyar a su fuerza pública y eso cambia con decisión.
De lo contrario esto se va a empeorar cada vez más hasta que terminemos con una violencia nuevamente desbordada, porque la gente o se aburre o se va o se defiende y empieza la matazón, o son grupos que se crean en las zonas de donde son los que mandan, como los mafiosos mandaban antes en los barrios, ahora manda el dueño del microtráfico.
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