Creer que las personas dejarán de encontrarse y departir porque los restaurantes y cafés están cerrados es una visión bastante ingenua y divorciada de la realidad. Personalmente apuesto porque se reabran más sectores en Colombia con todas las medidas de seguridad necesarias.
Por: Andrés Felipe Gaviria
Es importante el anuncio de reabrir las salas de cine y teatro con un aforo limitado. No se entiende que primero reabran estas, que los permisos que nunca se otorgaron para el funcionamiento de los autocines. Cosas que pasan en este país.
Tampoco pareciera claro que en septiembre no se cumpla con lo anunciado por el presidente Iván Duque sobre la reapertura de los cielos de nuestro país para los vuelos internacionales de carácter comercial.
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Cientos de personas tenían tiquetes comprados para septiembre y algunas aerolíneas se los han pospuesto para noviembre. Recientemente tenemos una comunicación de la aerolínea Air Europa en la que anunció que en septiembre no operará en Colombia y tampoco en otros países de la región.
Paralelamente, algunas naciones no permitirían el ingreso de colombianos, como pasa actualmente con Italia, por lo cual muchos de los tiquetes que ya se vendieron, no se podrían ejecutar en la actualidad del contrato de transporte, con el traslado del pasajero. En diversos países están obligando a que quienes visitan sus territorios, guarden una cuarentena de 14 días. Lastimosamente Colombia hoy no está muy bien frente a la comunidad internacional en materia de contagios y fallecidos por Covid-19.
En el territorio local es importante plantear una reflexión acerca de cómo afrontar las cadenas de contagio – que serán imparables – igual que los rebrotes que ya se evidencian en diferentes países de Europa y ciudades de Estados Unidos y Asia. Las personas no pueden estar encerradas de por vida.
Colombia cuenta con la cuarentena más prolongada del mundo y las personas no van a dejar de reunirse y compartir porque lo diga un decreto, o no van a dejar de verse porque los establecimientos públicos estén cerrados.
Quizás hay que ajustar las medidas al diario vivir de las personas y sus necesidades sociales y culturales, que en otros países las han reconocido y, por ende, permitieron reuniones en hogares con máximo diez o quince personas, preferiblemente el entorno familiar más cercano, pero no ha existido una represión en ese aspecto.
Es un momento para abrir los restaurantes, cafeterías y bares, siguiendo las medidas de bioseguridad, los protocolos de higiene, distanciamiento, limpieza y con un aforo regulado. Se evitarían centenares de contagios si las personas se encuentran en estos lugares habilitados con certificación para departir y no que se encuentren en sus casas sin las menores medidas de protección. Es cambiar el orden a la ecuación, modificar lo que se viene haciendo y reactivar la economía que tan urgentemente lo necesita de una forma responsable.
Respecto al turismo, hemos conocido los sellos que ha promovido el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo para que miles de hoteles a lo largo y ancho del país estén listos para operar. Han hecho inversiones importantes en cuanto a medidas de bioseguridad y es menester recordar que una importante porción de hoteles antes de la pandemia contaban con sellos de calidad, higiene y prácticas que garantizaban que en el lugar hacían desinfección continuamente y eran sanos para convivir.
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Por lo tanto, si Colombia continúa aislada del turismo internacional, lo obligatorio es garantizar territorios seguros, hoteles certificados, rutas aéreas a estos lugares y que el turismo interno pueda continuar. Actualmente muchos hoteles no tienen la certeza de si pueden operar o no, y eso los tiene al borde de la quiebra.
Hago un llamado respetuoso y amable al Gobierno Nacional para que siga dando pasos hacia la apertura, que deseche las propuestas que impliquen cuarentenas estrictas que acaban con la salud mental y la economía. Necesitamos que las personas que no cumplen con las medidas de protección sean multadas. Estoy seguro de que la mayoría de los colombianos son responsables, por lo que es indispensable que puedan aprovechar y pensar en una vida medianamente normal, salir, viajar, conocer y compartir con sus seres queridos.