El actual gobernador de Antioquia ha demostrado ejercer un liderazgo en los momentos que realmente se necesitan. Ha sido sano, no polarizador y que busca permanentemente el consenso para avanzar hacia propósitos que beneficien a la sociedad.
Una crisis como la que actualmente afronta el mundo viene sin previo aviso y sin posibilidad de prepararse, es claramente una sorpresa para las ciudades, países y sus gobernantes. Una crisis o tragedia demanda los mejores esfuerzos y conocimiento de quienes son los encargados de gestionarla. De forma evidente, en los países con régimen presidencialista como es el caso de Colombia, se encuentra concentrado ese poder en la ciudad de Bogotá y aunque en la Constitución se consagra una descentralización que poco se cumple sí existe implícitamente una autonomía de los departamentos que más se destacan en todo el territorio nacional, entre estos se encuentra Antioquia quizá como el principal departamento del país.
Y no es para menos su aporte, no solo con el de tipo económico que representa Antioquia sino también con el liderazgo que ha tenido en distintos frentes. Con estas crisis se evidencia lo mejor y lo peor de los gobernantes, de confirmar la ineptitud y desconocimiento; algunos liderazgos termina siendo tóxicos para hacerle frente a esta pandemia porque tienden a chocar con otros gobiernos. En Antioquia esto no ha pasado a diferencia, lastimosamente, de otras regiones; aunque la mayor parte de los antioqueños ha cumplido a cabalidad las normas sanitarias estipuladas por el Gobierno Nacional y también desde un comienzo, finalizando marzo, con la cuarentena por la vida adelantada por Aníbal Gaviria y Daniel Quintero. Ante esto, los ciudadanos han demostrado un buen comportamiento sin desconocer que han existido algunos lunares por cuenta de personas que no han sido obedientes.
Una de las primeras directrices del gobernador Gaviria y uno de sus propósitos principales es cuidar la vida a como diera lugar, pero a la vez no descuidar la economía y no debatir sobre la falsa dicotomia que han vendido algunas personas: la vida o el dinero. Gaviria decidió trabajar por los dos tratando de mantener sectores económicos básicos y vitales activos, con las normas de bioseguridad, estudiando semana tras semana cómo abrir nuevos sectores, reforzar la vigilancia en las fronteras del departamento y por traer personas de tan alta categoría, con experiencia probada, como Luis Gonzalo Morales, actual gerente covid en Antioquia.
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No es fácil para Aníbal Gaviria Correa afrontar esto con una administración departamental como la de Antioquia. Aunque la Gobernación tiene una alta importancia, esta carece de reales fuentes de financiación para sus planes de desarrollo. También, esta pandemia afecta sus principales ingresos: la FLA y la Lotería de Medellín. Esto representa entonces tres enormes retos que se han sabido sortear y que se espera que gestione recursos ante el Gobierno Nacional, pero también reactivar lo más pronto posible esos sectores que le representan ingresos al departamento antioqueño.
Sobre la capacidad de liderazgo, cabe decir que Aníbal Gaviria ha logrado articular el trabajo con el alcalde de Medellín Daniel Quintero Calle en distintos frentes. Ha logrado mantener el equilibrio y dar esa credencial de garantía a los ciudadanos de que él está ahí para ellos, esto ha ayudado a que los antioqueños respeten y comprendan esta situación porque han visto en el gobernador una persona responsable en sus decisiones, incluso quienes han sido sus detractores en el pasado, o competidores como Andrés Guerra, han ido a su despacho para trabajar en ideas de reactivación económica para el plan de desarrollo. Reconocen en él un talante democrático, abierto y de construcción permanente.
Si hoy Antioquia tiene un activo importante es esa construcción de confianza y transparencia que ha tenido el gobernador Aníbal Gaviria con todo su entorno y de cara al departamento. Se pueden encontrar comentarios en distintas redes sociales reconociendo lo que ha hecho Antioquia en el marco de esta pandemia felicitando al gobernador porque ha dado tranquilidad. En momentos de tragedia Antioquia ha tenido que soportar líderes que han buscado el protagonismo mediático, pero hoy no ocurre eso; el departamento tiene a un gobernador sereno y de categoría en Antioquia.
